Poema al amor

Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín

Como las olas del mar así eres tú,

Impredecible y salvaje,

Calmado y suave

Tu perfume dulce como las rosas me adormece

Aunque a veces tus golpes me entorpecen

Me da esperanzas para un nuevo amanecer

Tus hermosas palabras endulzan mis oídos

Aunque a veces agobias todos mis sentidos

Hoy te hablo amor mío

Hoy te hablo para decirte que agradezco tus colores

Tus adorables y a veces amargos sabores

Hoy te canto con mi corazón en mano

Hoy te canto para encontrarte en mi hermano.

Gracias doy nuevamente porque te tengo en mi vida

Aunque a veces sienta que no estás presente

En este día, amor de mi vida, solo quiero recordarte para devolver la luz y la alegría

A esta lúgubre y confusa vida mía.

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El museo en la casona de Pueblo Viejo

Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín

Era un 30 de octubre como cualquier otro. Esmeralda y Josué ayudaban a sus padres a preparar el fiambre y las torrejas para la celebración del día de todos los santos, que todos los años se celebraba en el parque de Pueblo Viejo.

Después de un rato a Josué se le ocurrió preguntar —Mamá ya me aburrí ¿Puedo salir un rato al jardín?

—Bueno, aprovechando que todavía no es tarde, puedes ir pero te llevas a tu hermana y se regresan en cuanto empiece a anochecer.—

—Está bien, volvemos rápido.

Entre juego y juego Esmeralda y Josué empezaron a contar historias de terror, cosa que siempre hacían entre ellos. Pero este día, llegaron a la más misteriosa leyenda del pueblo “La historia del museo de la casona de Pueblo Viejo.”

— Cuenta la leyenda que hace muchos años, vivía en pueblo viejo la familia Hidalgo.

Esta familia tenían varias haciendas de ganado y fábricas de tela, aunque los vecinos no los conocían muy bien, ya que eran tan reservados y codiciosos que se creía que embrujaron todas sus posesiones para que quien intentara robar en sus tierras, se convertiría en un monstruo de piedra y quedaría condenado a custodiar el lugar.

Con el pasar del tiempo se llegó una guerra civil que arrasó con el pueblo Viejo y los Hidalgo desaparecieron misteriosamente.

Muchas son las hipótesis que se manejan de lo que sucedió con esa familia, pero lo único que se puede comprobar es que nadie sabe dónde están los Hidalgo.

Con los años, cuando la guerra terminó y todo pueblo viejo volvió a la normalidad, la casona de los Hidalgo se convirtió en un museo, el cual lamentablemente tuvieron que cerrar por que, según cuentan, comenzaron a escucharse y verse cosas extrañas.

—Ay ya, qué aburrida esa historia, parece sacada de esas películas de Hollywood— dice Esmeralda, mientras Josué termina de contar.

— A ver, ya que eres tan valiente, te reto a que mañana vayamos al viejo museo, a la media noche y veamos lo que hay adentro.

— Ay si típico, a medianoche igual que en las películas—

—Bueno, si no te atreves, no vas, yo en cambio si quiero ir a ver qué me llevo de ahí —

— Dicen que hay un tesoro escondido y yo quiero aprovecharlo—

— Mmm, está bien , pero hagámoslo interesante, mejor quedémonos ahí toda la noche y el primero que salga corriendo de miedo, tiene que hacer las tareas del otro por un mes—

—Trato hecho, así cuando salgas corriendo, te va a tocar que lavar hasta mis calzones, jajaja—

—Yo que tú, mi estimado Josué , no estaría tan segura que voy a ganar , o tengo que recordarte lo que pasó la última vez que vimos la película de aquel bosque tétrico

—Bueno ya, sin golpes bajos, además ya te dije que cuando me viste el ojo me lloraba por que me entró polvo—

— Jajaja, esa ni tu te la crees, pero está bien, me guardaré mis comentarios para cuando gane la apuesta—

—Ahora, solo tenemos un problema, ¿Qué le decimos a nuestros papás? Porque no creo que nos vayan a dejar salir a medianoche—

—No te hagas la inocente Esmeralda, eso es lo más fácil, simplemente le decimos que vamos a tener una fiesta con algunos amigos y ya, por ejemplo, tu dices que vas a casa de Mariana y digo que voy con Diego.

—Mjm, y casualmente los dos vamos a salir, eso no va a funcionar, mejor hay que decirles que vamos a ver películas con Martín, total, él siempre hace eso para estas fechas—

—Buena idea, así van a creer que vamos a estar solos, pero te aviso que entonces vamos a tener que llevarnos a Martín, porque si nuestros papás llaman a su casa y nos descubren, ya nos llevó la tristeza—

— Está bien, por mi mejor, así Martín nos ayuda a forzar el candado para entrar, él sabe de estas cosas—

— Bueno, entonces quedamos que mañana vamos por Martín y entramos a la casa.

A la mañana siguiente, Josué se encargó de ir a hablar con Martín y convencerlo de ir con ellos al museo.

— Qué onda Martín, vengo a verte porque quiero proponerte una aventura interesante

— Qué onda Josué, ¿Ahora qué tienes en la cabeza?

— Es que Esmeralda y yo queremos ver qué hay en el museo viejo y quedarnos ahí toda la noche—

— ¿El de la casa Hidalgo? !Ni loco!

!Qué no saben que esa casa está maldita¡

—Ay Martín, no seas miedoso, esas puras leyendas hombre, dan más miedo las películas que tanto te gusta ver—

— Es diferente, las películas son falsas, esto es la vida real, o qué ¿Se quieren arriesgar a quedarse atrapados adentro con quién sabe qué cosas?

— yo ni loco voy, no quiero que me maten

—Martín, estamos hablando de una vieja casa nada más, mira ahí hasta podemos aprovechar para hacerle bromas a Esmeralda ¿Acaso no quieres desquitarte del susto del año pasado?

—Bueno, está bien, voy con ustedes, pero si hay algo, me voy y ustedes se quedan a su suerte—

— No va a pasar nada, no seas cobarde—

El día fue pasando, y cuando se empezó a ocultar el sol, Esmeralda y Josué fueron por Martín y se fueron directo al museo, que estaba justo enfrente del parque.

En cuanto llegaron, Martín empezó a intentar abrir el candado de la puerta principal, tratando de disimular un poco para que no los descubrieran.

Después de muchos intentos, el candado de la puerta se abrió pero antes que alguno de los jóvenes se atreviera a entrar, abrió la puerta una mujer muy delgada, con cabello castaño y un vestido negro que le cubría desde el cuello hasta los pies y les dijo con un tono tétrico «Buenas noches, bienvenidos a la casa de la familia Hidalgo, soy Irma, el ama de llaves ¿Gustan pasar adelante?”

En cuanto vieron a la mujer los 3 comenzaron a temblar tanto que casi no podían caminar.

Al momento que lograron entrar comenzaron a admirar la enorme mansión, con muchas pinturas y demás cosas valiosas, que se veían un poco descuidadas por el tiempo pero aún conservaban mucho de su esplendor original.

A pesar de las pinturas hermosas aún se podía sentir un ambiente tan inquietante que comenzó a asustar a Esmeralda, al punto que le dieron ganas de salir corriendo, pero después de voltear a ver a todos lados, se dio cuenta de que la puerta donde habían entrado ya no estaba, cosa que la asustó aún más.

—Eem, Josué o Martín, ¿Alguno de ustedes se dio cuenta de que la puerta ya no está?

—Ay Esmeralda, dijo Josué con tono burlón, no me digas que ya estás pensando en irte, acuérdate que si te vas antes de medianoche pierdes la apuesta.

No, no es eso, es que en serio no puedo ver nada de lo que dejamos atrás. De verdad.

Tranquila Esmeralda, respondió Martín, vas a ver que por la mañana vas a poder salir fácilmente de aquí, además yo estoy con ustedes, si te da miedo yo te cuido.

Después de esta breve conversación, los jóvenes se dieron cuenta de que la mujer que supuestamente los guiaba se había ido, dejándolos dentro de una habitación oscura donde ni siquiera con linternas se podía ver nada.

— Ahora si me dio miedo, dijo Josué, mientras le temblaban las piernas como gelatina, hay que irnos de aquí, no vaya a ser nos hagan ceviche.

Hay que buscar la salida, creo que tiene que estar atrás de nosotros, dijo Martín.

Pues, aquí hay una puerta respondió Esmeralda, lo malo es que no se abre, hay que encontrar la llave.

Hay mamá, de haberme imaginado que esto se pondría feo, mejor no hubiera entrado, dice Josué, mientras empieza a sudar del miedo

Ahora no es tiempo de llorar de miedo, responde Martín.

Mientras se apresuraban a encontrar la llave comenzaron a escuchar a un niño gritar ¡Ayuda! ¡Me quieren matar! ¡No puedo salir!

!¿Quièn dijo eso?¡ gritó Esmeralda

No sé, pero se escuchó por aquí, respondió Martín.

Los muchachos empezaron a buscar en la habitación, cuando de pronto se toparon con un closet gigante

Martín, que estaba más cerca abrió la puerta del closet con una palanca que llevaba entre sus cosas y de pronto vieron a un niño, más o menos de unos 8 o 9 años.

!Rápido, sáquenme de aquí! !La bruja fea me quiere matar! Gritó el niño desesperadamente

Tranquilo, nosotros te sacaremos.

!Ayuda! !Quiero a mi mami!

!Cálmate niño! Grita Martín desesperado

!Martín! Tranquilo mano, ni que nunca hubieras visto un niño asustado, lo vas a asustar más. Dice Josué mientras trata de terminar de romper la puerta del closet.

Gracias, dice el niño, mientras desaparece de la habitación.

!aaaahhhh!! !Ese niño desapareció!!!! Grita Esmeralda, mientras trata de salir corriendo.

!No me importa que me molesten por miedoso, yo me voy a mi casita !! Dice Martín

!Yo también, no me importa la maldita apuesta! !Esmeralda, por mi ya ganaste !

De pronto, cada uno trató de salir corriendo en diferentes direcciones, lo que provocó que cada uno chocara con diferentes cosas, primero, Esmeralda chocó con una silla de ruedas que parecía de madera, luego Josué chocó con un espejo y lo rompió, al final Martín chocó con una mesa de madera y se topó con que encima de esta, había una llave pequeña.

!Rápido! ! Hay que salir volados de aquí! Gritó Martín.

Esmeralda, aún temblando del miedo por el fantasma, tomó la llave e intentó muchas veces abrir la puerta pero con tanto movimiento, esta se le caía, hasta que dentro del pánico, le dio la llave a su hermano y él si logró abrir.

Los 3 adolescentes, salieron corriendo pero como ninguno podía ver nada, en medio de su propia histeria, se separaron y terminaron encerrados en habitaciones diferentes.

En cada habitación, se escuchaban voces de diferentes personas.

Esmeralda se encontraba en la cocina, o al menos eso parecía.

Ahí se encontró con Leonora, la señora Hidalgo.

— Buenas tardes, distinguida señorita, soy la señora Leonora Martina Hidalgo de la Flor, dueña y señora de esta gloriosa mansión, ahora dígame ¿Quién es usted? ¿Quién la dejó entrar?

—Soy Esmeralda, disculpe si la incomodé, solo quería salir de aquí. Responde Esmeralda, con voz temblorosa y muy asustada.

—Gusto en conocerla señorita, lamento informarle que las personas que han logrado entrar, nunca logran salir, a menos que…..

—¿A menos que qué?

—No puedo hablar más, la bruja me puede escuchar, apresúrese señorita, si no logran salir antes de la salida del sol, van a quedarse aquí para siempre.

—!Para siempre¡ No puede ser, tengo que encontrar a Josué y Martín, nosotros no pertenecemos aquí.

Después de esta charla, Leonora desapareció frente a los ojos de Esmeralda.

Mientras Esmeralda trataba de escapar de la cocina, Josué aparece encerrado en la biblioteca de la mansión, cuando de pronto aparece Guillermo, que según parece es el mayordomo de los Hidalgo.

— Buena noche caballero, soy Guillermo Alves, mayordomo de la familia Hidalgo, ¿Desea que le sirva un té?

—!Aaaaaa¡ ¿De dónde salió usted? ¿Cómo entró?

—Siempre he estado aquí, solo que no hago ruido, ¿Quién es usted?

—Soy Josué, estaba buscando la salida de aquí.

—Me temo, joven Josué, que me es imposible ayudarle con esa tarea, usualmente quien quiera que entre, nunca sale—

—No puede ser, !Necesito salir de aquí¡

Con el pasar del tiempo, el miedo de los jóvenes aumenta, hasta que de pronto, los 3 lograron encontrar una palanca misteriosa en cada habitación que al moverla los condujo por un pasaje oscuro que terminaba en un túnel.

Dentro de este, encontraron a don Felipe Hidalgo, jefe de la familia y dueño y señor de la mansión Hidalgo.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren aquí?

—No venimos a incomodar señor, yo soy Martín y ellos son mis primos Josué y Esmeralda, quedamos encerrados en la casa y solo buscamos salir.

—Pues, me temo, que eso será imposible, ninguno de los que entran a esta casa logran salir, a menos que logren derrotar a la bruja.

—Y ¿Cómo derrotamos a la bruja? Si no es mucha indiscreción. Pregunta Esmeralda, mientras trata de no desmayarse de tanto miedo.

—Verán jóvenes, hace muchos años, mis padres y yo venimos y construimos una enorme hacienda ganadera, al poco tiempo conocí a Leonora y la desposé.

Por varios años logramos vivir tranquilos y felices, hasta que nació nuestro único hijo, le llamamos Alfredo.

Él era un niño tranquilo y feliz hasta que a los 5 años se contagió de una terrible enfermedad que le quitó la movilidad de las piernas.

Pasamos meses tratando de ver qué le sucedía y tratamos de encontrar la cura con muchos médicos de diferentes ciudades, hasta que, cuando ya habíamos agotado toda esperanza, apareció la bruja.

En vida nos dijo que se llamaba Norma y que con sus poderes podría devolverle la salud a Alfredo, pero con el pasar de las semanas, nuestro niño seguía empeorando, debilitándose cada vez más, hasta que llegamos al punto de prescindir de los servicios de esta bruja, ya que nos dimos cuenta que ella no lograría nada.

Fue entonces que la bruja, furiosa por dejar de recibir dinero de nosotros, nos lanzó una maldición que haría que perdiéramos todo y que cuando muriéramos, quedaríamos encerrados en la hacienda para siempre, a menos que 3 almas jóvenes, pertenecientes al mundo real, lograran encontrar a la bruja y vencerla en un duelo.

Al principio no sucedió nada extraño, pero con el paso de los días, comenzó la desgracia.

Además de la haciendo, habíamos logrado construir varias fábricas de telas finas, pero a raíz de la maldición, todo se vino abajo.

Las telas dejaron de venderse, nuestros empleados se fueron, pero lo peor fue que todos los animales de la hacienda, murieron de la noche a la mañana, según dicen aquejados de la enfermedad de la rabia.

Luego, con la llegada de la guerra civil, nosotros decidimos escondernos en la hacienda.

Un día llegó a nosotros una señora, con un vestido muy recatado y negro, nos dijo que poco tiempo antes unos soldados habían asesinado a su hijo, y ella necesitaba trabajo, que no pedía dinero, sólo pedía que le diéramos un lugar seguro para resguardarse de la guerra y a cambio ella se podía encargar de cocinar, limpiar la casa y sobre todo, cuidar de nuestro pequeño, que en en ese entonces ya tenía 7 años.

Primero, al igual que todo lo demás, la presencia de la señora no nos pareció mala, hasta que, descubrimos que la misteriosa señora era la misma bruja que nos hechizó, tristemente lo descubrimos el día en que nos mató envenenando nuestra comida.

Desde ese entonces, mi familia y yo quedamos prisioneros en la casa y esperamos a que un grupo de jóvenes entre a la casa para rescatarnos de la bruja.

Pero cuidado, ya que la bruja es muy traicionera y si logra vencerlos, sus almas quedarán prisioneras junto con nosotros, hasta el fin de los tiempos.

Pero, nosotros no tenemos poderes, dijo Martín.

Además, ¿Cómo vamos a encontrar a la bruja si no sabemos cómo es?

Eso es lo más fácil, la bruja es la señora que los recibió en cuanto entraron.

¿El ama de llaves? ¿La que nos empezó a dar el recorrido por la casa?

Si, esa misma, hace esto con los vivos para perderlos dentro de la casa y así lograr dejarlos prisioneros.

Ok, yo safo, dijo Josué, yo no quiero que la bruja me haga chicharrón.

Pues, no es aquello que tengamos opción primo, si no la enfrentamos, nosotros también vamos a quedarnos aquí para siempre, responde Martín.

Pues, a mi me da miedo, pero… creo que podemos vencerla con algo de inteligencia, lo único es que necesito que todos se apeguen a mi plan.

Recuerdo que la bruja tenía un extraño collar, con un reloj de arena colgando, creo que si se lo quitamos podemos derrotarla, o al menos distraerla el tiempo suficiente para poder matarla.

¿Esmeralda, no estás hablando en serio? ¿Verdad prima? Eso es peligroso, además no creo que esa doña sea tan tonta como para darnos el dichoso collar solo por que si.

Pues no, pero algo tenemos que hacer, ya sé que no va a ser fácil como un examen de inglés, pero necesitamos salir, yo no quiero volverme un gasparín en esta casa.

Ok, empecemos, primero Josué, necesito que te inventes uno de tus trucos para atraer a la bruja, luego Martín la amarra en un lugar y yo le quito el collar por la espalda, según creo tenemos casi la misma estatura así que no será difícil.

!Momento¡ ¿Desde cuándo yo tengo que ser carnada para brujas malas y feas? Reniega Josué.

Desde, querido hermano que fue tu idea entrar en esta casa en primer lugar. Además tu eres el único de todos que sabe hacer trucos de magia.

No vas a dejarme en paz con esto ¿Verdad?

Sólo colabora Josué, si no trabajamos juntos, no saldremos de esta casa, responde Martín.

Bueno, deséenme suerte, voy a ir a buscarla.

Después de unos minutos caminando por la oscura casa, Josué logra encontrar a la bruja, la cual extrañamente estaba cerca de la puerta.

—Buenas noches señorita, soy el gran mago, Josué el maravilloso, ¿Le gustaría ver alguna demostración de mis increíbles poderes?

—Bueno, bueno, con que crees que tienes poderes, ¿Veamos si eres al menos la mitad de sorprendente que yo?

—Mi estimada dama, ante sus ojos, haré que aparezcan, !Unas hermosas flores¡ pero primero, quiero probar si es realmente digna del regalo de la magia, la prueba consiste en que yo me desaparezco y usted, mi estimada dama, me encuentra.

— ¡Jajaja! A ver, intentemos.

—Para esta prueba, necesito que cierre sus ojos y cuente a 5.

—Bien, le daré la oportunidad, pero en cuanto lo encuentre, ¡Me lo comeré!

En cuanto la bruja cierra los ojos, Josué le tira un vaso de agua a la cara y sale corriendo a la biblioteca que era el lugar más cercano.

Justo después de que Josué entrara corriendo, el mayordomo de la casa lo escondió en una estantería cerca de la puerta, y en cuanto la bruja entró, Martín entró, cerró la puerta y de un golpe, la aturdió para ayudar a Esmeralda.

Cuando Martín y Josué lograron domar a la bruja, Esmeralda rápidamente le quitó el collar.

!No¡ ¡Niños ineptos! ¡Denme mi collar! gritó la bruja

En cuanto la malvada bruja logró incorporarse, intentó lanzar un hechizo a los jóvenes, pero sus poderes desaparecieron.

!NOOO¡ ¡Mis poderes! ¡Qué han hecho!

Al ver esto, los jóvenes se apresuraron a salir y lograron escapar de la casa.

—!Lo logramos¡ !Estamos en casa¡

—Josué, tranquilo, ¿Si te acuerdas que nunca salimos del pueblo? ¿Verdad?

—Pues, yo no te culpo hermano, yo sentí que estuve encerrada por meses ahí, sólo me pregunto ¿Qué pasara con los Hidalgo?

—Mmm, me imagino que lograron descansar en paz. Al menos eso espero. Responde Martín.

En cuanto salieron, los jóvenes se dieron cuenta que había amanecido, así que los 3 se fueron juntos a la casa de Martín, donde lograron descansar y olvidar por un momento, lo que habían vivido.

Semanas después, apareció una joven, que decía ser descendiente directa de los Hidalgo y desde que llegó, se encargó de remodelar la gran mansión y reabrió el museo.

Así, tanto los pobladores como visitantes de otros lugares, conocieron la gloriosa historia de la familia Hidalgo.

Misterio En Central Park

Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín.

Eran más o menos las 9:00 a.m. yo estaba haciendo ejercicio en Central Park, cosa que hago todos los días antes de ir a trabajar, cuando de pronto vi un extraño bulto de tierra cerca de unos arbustos.

Al ver eso tan extraño decidí acercarme a investigar un poco, cuando de pronto, veo la mano de una mujer asomándose.

En cuanto vi eso tomé mi teléfono y como pude llamé a Cloe, mi compañera de misiones y a mi jefa la general Simons para pedir que llegaran a investigar.

Unos minutos después, veo que llegó Cloe y como me ve la cara de susto, inmediatamente me toma de la mano y me lleva a sentarme a una banca que estaba por ahí.

—¡William! ¿Qué sucede? ¿Porqué estás tan asustado?—

— No sé, yo estaba haciendo mi caminata de todos los días, cuando de pronto vi el cadáver—

—Ok, mejor quédate aquí en lo que yo investigo con el equipo—

Unos minutos después llega el equipo forense con mi jefa y comienzan a recabar las pruebas del lugar y se llevan el cadáver.

De repente se acerca Cloe con una bolsa de esas que usamos para guardar las pruebas, me la da y me pregunta, —¿De casualidad conoces a esta mujer?—

Yo aún estaba aturdido por lo que había visto pero logré ver de reojo que lo que tenía la bolsa era la identificación de la víctima que acababa de encontrar.

—Es Louise Dubois, vivía en el mismo edificio que yo— respondo, sin poder creer que realmente era ella.

—Es increíble, a penas ayer la vi, estuve platicando con ella en su apartamento, era su cumpleaños—

En cuanto vi eso, a pesar de ser policía y llevar muchos años viendo estas cosas, sentí que me fui de este mundo. Lo que sentí era tan fuerte que tuve que pedir permiso para no trabajar ese día.

Después de la conmoción de todo lo que estaba sucediendo, llegué a mi apartamento y comencé a repasar todo lo de el día anterior. Sentía esa necesidad de encontrar pistas donde se me ocurriera.

A la mañana siguiente, antes de ir a trabajar, decidí ir al apartamento de Louise donde esperaba encontrar a Jennifer, la mejor amiga de Louise, pero para mi suerte no la encontré.

En el apartamento encontré un relicario, el cual decido llevarme porque recuerdo que ese relicario Louise siempre lo usaba, creo que no se lo quitaba ni si quiera para dormir, no entiendo ¿Porqué no lo llevaba puesto cuando la encontraron?

Además, en el comedor encontré unas galletas que me parecían sospechosas ya que no las había visto el día que la mataron cuando estuve con ella. Supongo que eran un regalo especial.

En seguida, recuerdo que tengo que ir a la oficina, así que salgo corriendo lo más rápido posible para no llegar tarde, pero antes tomo una de las galletas para analizar qué contenían.

Después que llegué a la oficina, empecé a trabajar en otros casos que tengo pendientes pero como todo transcurría con tranquilidad decidí ir al laboratorio forense, pero cuando llegué el doctor encargado no estaba ahí, así que me senté a esperarlo en la recepción.

20 minutos después llega el doctor Ben Lucas, encargado de la autopsia de Louise.

—Buen día Ben, ¿Cómo estás?—

—Hola William, bien gracias, corriendo un poco pero bien ¿Y tú? ¿Cómo estás? ¿Ya te recuperaste del susto?

—Si, un poco,le respondo mientras me levanto de la silla y ambos caminamos a su oficina.

—Bueno, dime ¿Qué te trae por acá?—

—Sólo venía a traer el informe de la autopsia de la víctima de Central Park—

— Aaa si, la señorita Dubois, acabo de terminar el informe, aquí tienes.

—Gracias, ¿Casualmente encontraste algún tipo de herida de bala o algún golpe visible en el cuerpo? Es que cuando Cloe la revisó en la escena de crimen no encontró nada raro.

—Realmente no, pero envié unas muestras de sangre al laboratorio, las cuales no me han entregado.

—Gracias, ¿Me avisarías cuando te den los resultados de las muestras?

—Claro , te haré saber los resultados en cuanto los tenga.

Después de salir de la oficina del forense, me llegó un mensaje de Cloe que decía “William, tienes que venir inmediatamente a la oficina, necesito que veas unas cosas del caso de Central Park”

Al ver el mensaje, me fui corriendo a la oficina y en cuanto llego, se acercan unos colegas y me llevan a una sala de interrogatorios.

En la sala estaban Cloe y mi jefa con expresión sospechosa,

—Oficial William, como sabe hemos estado investigando y ya que ambos eran vecinos necesitamos saber ¿Dónde estaba usted entre las 8:00 y las 9.30 p.m.?—

—Estuve en un bar con unos amigos, tomando unos tragos ya que era el cumpleaños de mi mejor amigo, después más o menos como a las 10:00 p.m. me fui del bar y caminé a mi casa.

—¿Nos podría dar el nombre de alguna de las personas para confirmar su coartada?

—¿Porqué necesito coartada? ¿Es que creen que yo la matè?

—Por el momento, solo estamos investigando pero sería bueno que pudiera comprobarlo—dice la general Simons dándome a entender que creían que yo podía haber cometido el crimen.

—Bueno, estuve en el Penrose bar y una de las personas que estuvo conmigo se llama Paul Grayson, es otro vecino mío.—

—Lo tendremos que investigar, ahora, necesito que me comente ¿Qué hizo con la víctima antes de que la asesinaran?

—¿Porqué me preguntan?

—Oficial, limítese a responder la pregunta.

—Solo hablé con ella un momento porque era su cumpleaños pero no pasé tanto tiempo con ella ya que tenía la reunión con mis amigos— Respondí un poco asustado por lo que estaba sucediendo ¿En verdad estas personas con las que he trabajado por más de 5 años me creen un asesino?

—Saben qué, necesito un abogado, no voy a seguir esperando a que me perjudiquen por un crimen que no cometí.

—William, solo queremos ayudarte, tenemos un testigo que te vio hablar con la víctima en el bar donde dices que estabas con tus amigos.

—Ya les dije que si la vi !Pero sólo la felicité por su cumpleaños¡ les aseguro que la dejé viva, ella misma se fue del bar unos minutos después que la vi.—

—Miren, no voy a seguir hablando hasta que venga mi abogado—

—Muy bien, queríamos hacer esto por la buena, pero si usted quiere será por la mala—

Después de unos minutos, llega mi abogada Caroline, me saca de la sala de interrogatorios y me lleva a mi casa. Ya que para mi suerte no tenían muchas pruebas para retenerme.

En cuanto llego, veo que tengo un mensaje de la oficina del forense, eran los resultados del laboratorio, los cuales indicaban que Louise había consumido alcohol, lo cual no me pareció extraño ya que nos vimos en un bar, pero también habían encontrado que la víctima había ingerido canela, era imposible que la comiera , ya que era alérgica. Además encontraron rastros de cianuro.

Al ver esto, fui directamente a su apartamento, el cual para mi sorpresa estaba sin llave, por lo que no me costó mucho entrar.

En cuanto entré, vi que en la mesa del comedor habían unas galletas  junto con el relicario favorito de Louise, con una tarjeta que decía “Te deseo que tengas un feliz cumpleaños, con amor William” rápidamente, tomé las galletas con el relicario y me dirigí directamente al laboratorio. Estaba seguro que esas galletas iban a darme una pista importante del caso.

Esa misma tarde, Clarisse, la encargada del laboratorio me llamó, y me pidió que llegara al laboratorio lo más pronto posible.

Para mi sorpresa, las galletas tenían canela y cianuro. !Había encontrado el arma del crimen¡ ahora mi mayor problema era descubrir quién tendría acceso a ese veneno y quién tenía motivos para matar a mi vecina, solo así mi vida, volvería a la normalidad.

En los días siguientes estuve intentando abrir el relicario ya que este tenía una llave, la cual yo no tenía.

Cuando por fin logré abrirlo, descubrí que adentro había una foto De la Torre Eiffel y una pareja con 2 niños (un niño y una niña) Recuerdo que Louise me contó que ella había ido a al universidad en París, pero no recuerdo que me mencionara de qué país era o si aún tenía familia así que con las pistas que tenía me dispuse a viajar a París para ver si lograba descubrir algo con sus antiguos maestros.

A la mañana siguiente, mi novia me consiguió un pasaporte falso y un boleto para ir a París.

En seguida me fui al aeropuerto, con un disfraz por supuesto, para que no me reconocieran y me arrestaran.

En cuanto llegué, me registré en un hotel con el poco efectivo que me quedaba y me dispuse a buscar la universidad Sorbona, no me fue muy difícil encontrarla pero como ya era muy tarde decidí dormir esa noche y a la mañana siguiente me desperté temprano para ir directo allá.

Ya estando allá, me fui a la oficina de información, aparentemente no logré mucho ya que no podían darme nombres de los compañeros de Louise de ese entonces, pero para mi sorpresa si pudieron decirme que según sus registros, ella era de Guatemala y había llegado a esa universidad a estudiar unos cursos de Literatura.

No me extraña, pensé, Louise siempre fue aficionada a escribir, principalmente historias de amor.

Ya con la información traté de buscar a su familia, pero no tuve suerte, no logré averiguar nada ni con su apellido ni con su nombre.

Aún sabiendo que era demasiado difícil que lograra dar con el asesino, decidí arriesgarme y fui a Guatemala y en cuanto llegué, empecé a investigar todo lo que pude.

Resulta que allá, entre tanto intento descubrí que el nombre real de mi vecina no era Louise, ella originalmente se llamaba Renata Palacios,  pero por alguna razón se cambió el nombre en cuanto llegó a París.

Ya con este descubrimiento logré averiguar que sus padres habían muerto cuando ella era muy pequeña, así que sus abuelos maternos la criaron, tristemente, ambos fallecieron 3 años atrás.

Pero, justo cuando me quería dar por vencido, logré encontrar a uno de sus primos llamado Raúl, el cual vivía en la ciudad donde yo estaba.

Esa misma noche, decidí arriesgarme a ir a la casa del primo de Louise, pero me costó que me recibieran, ya que según palabras de Raúl, él ya no quería saber nada de su prima.

Después de varios días de intentar convencerle, Raúl accede a hablar conmigo.

—Buen día señor Raúl.

—Solo dígame de una vez lo que quiere , no tengo mucho tiempo ya estoy harto de todo el relajo que esa hace. De una vez le cuento que si está presa no la voy a sacar del tambo.

—No señor, no es eso, lo que sucede… Es que a Renata la asesinaron.

—Mmm, pues ese no es mi problema, ya era hora que dejara de hacer tanto relajo.

—Me sorprende que no se asuste por lo que pasó.

—Mire, a mi esa patoja fresa me dejó de importar desde que se volvió la traída de ese fulano que era tan caquero que la convenció de cambiarse de nombre—

—Como que si nuestra familia fuera una total basura—

—Disculpe, ¿Cómo se llamaba el novio de su prima?—

—Ya ni me acuerdo, creo que Hugo, pero ni me acuerdo del apellido, ni me importa—

—Ahora me tengo que ir, uno si tiene que darle duro al chance para salir adelante—

Después de la “amable charla” fui directamente a buscar al dichoso ex novio de la víctima, lo cual complicó las cosas porque resulta que no tenía el apellido del susodicho.

Horas más tarde, por alguna razón, el susodicho me encontró y me dejó dicho en el hotel que nos viéramos en el hotel Panamericano, que por suerte quedaba a unas pocas cuadras de donde me hospedaba.

En cuanto llegué al hotel, se acercó a mi un hombre vestido de saco y corbata, con fácil unos 5 guardaespaldas custodiándolo.

Aparentaba ser alguien importante, como del gobierno o algo así, aunque no estoy seguro.

—Buenas noches, mi nombre es Hugo Alvizures, ¿Quién es usted? ¿Y qué busca de Renata? De una vez le advierto que si ella me quiere culpar de algo, yo no le hice nada que ella no quisiera. Me dijo con una voz amenazante, mientras me enseñaba una pistola que cargaba en el cincho de su pantalón.

—Buenas noches señor Alvizures, soy el oficial William y vengo de la policía de Nueva York, lamento informarle que Renata ha sido asesinada y estoy investigando el caso—

—¿Cómo que asesinada? ¿Qué no se supone que los estados es más seguro que acá y que la gran cosa? No me diga que ahora resulta que me van a ensartar a mi en eso..

—No señor, solo necesito saber qué ha sabido de ella, es que un testigo me comentó que ustedes tuvieron una relación—

—Pues, si, ella era mi mujer, hasta que a la pisada se le ocurrió denunciarme porque un día me enojé porque no limpió la casa—

—Encima de que yo la mantenía a esa se le ocurre meterme una demanda por “violencia en contra de la mujer”. Ella solo tenía que mantener la casa limpia, se supone que para eso son las mujeres.

—Es que las mujeres de ahora no aguantan nada—

—Pero a saber con quién se metió que ya la dejaron tiesa—

—¿ok gracias, de casualidad usted no sabe si ella tenía otros hermanos o hermanas?—

—Según recuerdo tenía una hermana que se llamaba Sofía—

—Era bien patoja cuando la conocí, creo que está viviendo con una tía o algo así, ya no me acuerdo—

—Ahora, me tengo que ir, pero recuerde, si me quiere joder, conmigo no va a poder—

—No se preocupe, gracias, que tenga buena noche—

Después de salir de ahi, como era tarde decidí pedir un uber para que me llevara al hotel, fue un día duro y quería descansar.

Cuando ya iba llegando al hotel, solo vi que el chofer del uber, se desvió,—Nos vienen siguiendo— me dijo mientras pisaba el acelerador y se metía a un parqueo que estaba cerca.

Yo estaba a punto de llamar a la policía, pero el joven me detuvo y me dijo, —mejor no pierda el tiempo— El señor que estuvo hablando con usted es un narco, y contra esos no se logra prácticamente nada—

—Mejor quedémonos aquí en lo que los matones se van, ya después lo llevo a su hotel—

Con lo que el señor me dijo solo pude quedarme preocupado, yo era un policía pero no se me había ocurrido traerme mi arma, así que no tenía cómo defenderme.

Después de que pasaron más o menos unos 20 minutos, el encargado del parqueo nos dijo que iba a cerrar así que aún asustados por lo sucedido no nos quedó mas que ir al hotel.

Lo bueno es que los matones ya no estaban, así que logré llegar sano y salvo, para irme directo a dormir.

A la mañana siguiente, intenté volver a llamar a Raúl, el primo de Louise, y le pregunté si sabía dónde encontrar a Sofía, por suerte parece que estaba de buenas porque tranquilamente me dijo que vivía con él y me dijo que en esos momentos estaba estudiando pero que en la tarde podría hablar con ella.

Solo me advirtió que no le había dicho nada sobre su hermana, así que yo debía tener cuidado.

Esa misma tarde, fui a la casa de Raúl y efectivamente pude hablar con Sofía. Era una muchacha de unos 15 años, callada, seria y un poco resistente a hablar conmigo.

—Hola Sofía, ¿Cómo estás? Le dije tranquilamente.

—¿Usted quién es? Me dijo mientras daba un paso atrás como queriendo poner una barrera entre ella y yo.

—Tranquila, soy William , soy vecino de tu hermana Renata. Solo quiero hablar contigo un momento.

—¿Conoce a mi hermana? ¿Le pasó algo?

—Mira por el momento solo te puedo decir que necesito que platiquemos un rato, si quieres te puedo invitar a un helado.

—No gracias, así estoy bien, pero quiero hablar con Raúl primero. Me contestó desconfiada.

—Ok, mejor te dejo que hables con él y luego decides si me ayudas..

Entonces, ante la petición de Sofía, Raúl entra a la sala y le comenta lo que pasó con Renata, mientras yo esperaba afuera.

Como era de esperarse, Sofía no tomó muy bien la noticia, se puso tan mal que comenzó a hiperventilarse, por lo que entre Raúl y yo decidimos darle tiempo y cuando ya estuviera mejor ya podíamos hablar.

Ante este inconveniente, decidí ir a comer ya que aún no había almorzado y decidí tomarme un tiempo para conocer un poco del país.

A la mañana siguiente, Raúl me llamó para decirme que no había llevado a Sofía al colegio, y ya que estaba tranquila yo podría hablar con ella.

Después de colgar el teléfono , pedí otro Uber para dirigirme a la casa de Raúl.

Ya estando allí, Sofía estaba esperándome en el comedor, con los ojos llorosos porque como era de esperarse pasó gran parte de la noche llorando hasta que logró quedarse dormida.

En cuanto comenzamos a hablar, Sofía me comentó que desde que ambas eran pequeñas, su padre tenía serios problemas de alcoholismo, su madre era médico y ganaba relativamente bien, por lo que realmente no pasaban muchas penas económicas, pero su padre además de que tomaba en exceso, un día en una de sus tantas borracheras, mató a su madre a golpes y trató de abusar de ella así que Renata, decidió salir corriendo como pudo con ella y llegó con su abuela materna, la cual las había cuidado desde que eran unas niñas muy pequeñas.

Cabe resaltar que realmente Louise o Renata, no tenía la edad que decía tener si no que realmente tenía 25 años y ese incidente ocurrió hace 5 años, mientras ella había regresado de París para pasar unas vacaciones con su familia antes de irse a Nueva York.

Mientras hablábamos, Sofía me comentó que su abuela había puesto una denuncia en contra de su padre, la cual tristemente no tuvo mucho éxito ya que  un juez decidió soltarlo  por “falta de pruebas” pero al menos gracias a ese suceso ninguna de las 3 volvió a saber de él.

Con el pasar de los años, Renata conoció a Hugo, que según palabras de Sofía, era la viva imágen de su padre, ya que también tenía problemas con el alcohol y en repetidas ocasiones golpeó a Renata.

La relación realmente duró un año, hasta que un día, ella se hartó y llamó a la policía, para su suerte, llegaron inmediatamente y lo arrestaron, pero, como se trata de alguien de dinero, consiguió sobornar al juez para que no lo metieran a la cárcel, en lugar de eso, solo le dieron una orden de restricción.

Al poco tiempo, Renata decidió salir huyendo de Guatemala, ya que ese narco la seguía amenazando que si no volvía con él, la iba a matar y a mí me iba a vender en uno de sus bares.

Entonces, Renata decidió falsificar su identidad y se fue a vivir a Nueva York, mientras que Sofía se iba a vivir con Raúl ya que su abuela se enfermó de cáncer y murió.

—Gracias Sofía, me has ayudado mucho, ahora solo quisiera saber ¿Cómo te llevabas con tu hermana? ¿La ibas a visitar alguna vez?

—Si, una vez fui a pasar mis vacaciones con ella en Nueva York aunque no conocí su casa ni nada de eso, solo nos fuimos a conocer unos lugares bonitos.

—A mi me gusta mucho la música y el teatro así que en ese viaje mi hermana me llevó a ver varias obras en Broadway.

—Siempre que hablábamos me decía que un día vendría para llevarme con ella pero siempre pasaba algo que parecía detenerla, y ahora ya no podremos estar juntas— decía Sofía, mientras lloraba desconsoladamente .

—Gracias Sofía, eres una mujer muy valiente, sé que tu hermana estaría orgullosa de ti— le dije tratando de calmarla.

—Encuentre a quien le hizo esto y mátelo por mi, no es justo que se llevaran a mi hermana—

—Haré lo que pueda— le respondí.

Para terminar le agradecí a Raúl por dejarme hablar con Sofía y me fui con un enorme nudo en la garganta por todo lo que había escuchado.

Esa misma noche, recibí una llamada extraña al teléfono de la habitación, no logré distinguir quién me llamó pero quien quiera que haya sido solo me dijo—Ya deje de meterse de Shute en esto, si no deja de investigar lo vamos a matar—

Un poco asustado por lo que pasó, me atreví a salir de la habitación, esta vez con mi arma en la mano, para ver quién me amenazaba y a lo lejos logré ver una persona más o menos de la estatura de Hugo, correr lejos de un teléfono público que había cerca del comercial que estaba cerca de mi hotel.

Lamentablemente, todo pasó tan rápido que no logré verle la cara al desdichado.

Para no arriesgarme a que me mataran decidí volver a mi habitación, sin saber lo que me sucedería al día siguiente.

Después del susto de la noche anterior, decidí desayunar y salir a caminar por la sexta avenida de la zona 1, me pareció un lugar interesante, con varias tiendas y restaurantes, aunque iba con precaución porque me habían dicho que por ahí asaltaban mucho.

Después de un rato caminando llegué al parque central y decidí quedarme ahi un rato a ver la gente pasar.

Unos minutos más tarde, cuando iba saliendo del parque, se me acercaron unos tipos en motos y con pasamontañas, pararon la motocicleta enfrente mío y me amenazaron con una pistola, a lo que yo solo pude reaccionar sacando mi arma y disparando al aire, como logré distraer a los matones, me fui corriendo por la calle hasta que entré en una panadería que estaba cerca, traté de pedir ayuda pero para mi suerte los matones tenían unos cómplices que me golpearon, me dejaron inconsciente y me subieron a un automóvil.

Después de unos minutos logré despertar y vi que me tenían atado en una silla, estaba encerrado en lo que parecía una casa abandonada.

En cuanto logré recuperar por completo la consciencia, aparecerieron 3 hombres con máscaras y unos enormes bates, inmediatamente comenzaron a golpearme.

De pronto, entró en la habitación una persona que parecía mujer y aparentemente era la líder de esa banda.

Después de que me golpearan bastante y me abrieran la frente, la mujer solo se me acercó y me dijo— Mire usted, deje de meterse en lo que no le importa, ya váyase de regreso a los estados, usted no tiene nada que andar haciendo aquí hombre. —

—¿Quién es usted y qué quiere conmigo? Le pregunté .

—A usted qué le importa— Ya deje de joder hombre—

Luego de un silencio incómodo, la mujer solo les dice a los que andaban con ella.

—Sigan trancaseando a este, para que entienda que no lo queremos aquí, acuérdense que a don H.. no le gusta nada a medias—

Después, la mujer solo se fue del lugar donde me tenían y uno de los matones solo se acercó a mi y me susurró, haga como que le pegamos fuerte, nosotros no lo queremos matar, es que nos tiene amenazados.

Luego de eso, los 3 comenzaron a romper cosas y a gritar muchas malas palabras, yo gracias a lo que me dijo aquel hombre sólo comencé a gritar para que pareciera como que me seguían golpeando.

Una semana me tuvieron encerrado hasta que los hombres me dijeron—Mire don William, la jefa ya no está, lo vamos a soltar pero por favor no diga nada.—

Después me soltaron de la silla y me llevaron a un restaurante donde me soltaron, pero me advirtieron que no saliera rápido, que tratara de “matar el tiempo” un rato. También me pidieron que me cambiara de hotel ya que me iban a seguir persiguiendo.

Estas palabras me asustaron pero decidí que ya que estaba avanzando no iba a darme por vencido, así que hice lo que me pidieron y me cambié de hotel, aunque me trajo problemas hacer eso porque tuve la adorable idea de irme a otra zona de la ciudad.

La verdad es que este caso me tenía cada vez más confundido y frustrado pero por otra parte comencé a sospechar que el ex novio de Louise tenía algo que ver, así que decidí investigarlo más a fondo, siempre tratando de no dejar de lado a Raúl ya que parecía tener motivos para cometer el crimen.

Con el pasar de las semanas, me comencé a quedar sin pistas, hasta que un día, se me ocurrió llamar a Clara, mi novia, ella también es policía en Nueva York así que le pedí que averiguara si Renata o Louise o cualquier persona relacionada con ella.

Curiosamente, encontró que dos semanas antes del asesinato, Sofía había estado con Renata en Nueva York y “convenientemente” regresó el mismo día que asesinaron a Renata, solo que el vuelo partió en la mañana, así que Sofía no podía haber dejado las galletas, además no creo que una muchachita de 15 años sea capaz de semejante crimen contra su propia hermana.

Por un tiempo decidí dejar esa pista sin investigar mucho para enfocarme en Raúl, ya que como Sofía era menor de edad, él tendría que haber ido con ella, obligatoriamente.

Después de unos días, la pista de Raúl se había desvanecido, resulta que él si había viajado a Estados Unidos junto con Sofía pero, de alguna forma, él se fue a Miami ya que tenía unos compromisos de trabajo allá, mientras que Sofía se fue para Nueva York para ver a su hermana.

Al seguir más directamente esa pista, resulta que Sofía había comprado unas galletas iguales a las que se usaron para matar a Renata pero si ella se iba ese día en la mañana ¿Cómo pudo arreglar para que su hermana comiera las galletas cuando ella ya no estuviera allá?

Entonces, se me ocurrió que mi novia me ayudara a averiguar en las panaderías que estaban cerca del apartamento, para mi sorpresa, la única panadería que estaba en esa zona, que por cierto era mi panadería favorita, vendía esas mismas galletas de canela.

Pero, entonces ¿Còmo consiguió el cianuro ? !Es sólo una joven de 15 años! ¡No puede ser que tenga tanta suerte!

Entonces, recordé, la mujer que estaba con los que me secuestraron mencionó a un don H..

En eso, vino a mi mente ¿Y si Hugo si tuvo algo que ver? ¿Digo es un narcotraficante, perfectamente podría haber conseguido el veneno y mandarle las galletas a Louise?

¿O será posible que esa mujer que vi era la misma Sofía? ! Pero, cómo no la reconocí!

Con estas pistas decidí arriesgarme a llamar a mi colega Cloe, ya que aunque ella estaba investigando el caso, pensé que no creería que yo podría ser capaz de semejante crimen.

—Hola Cloe, soy William, no puedo decirte dónde estoy, pero tengo unas pruebas que necesitas para resolver el caso de mi vecina—

—!William¡ !Còmo es posible¡ !Tienes que regresar¡ todos te estamos buscando, te vas a meter en muchos problemas

—Si Cloe, lo sé pero necesito tu ayuda, estoy muy cerca de resolver el crímen pero necesito que le presentes las pruebas a la capitana Simons, necesito que retiren los cargos en mi contra—

—No te prometo nada, pero lo intentaré—

—Gracias, también necesito que vayas a la panadería que queda cerca de mi apartamento, necesito que averigües quién compró galletas de canela en las últimas 2 semanas—

—Eso parece difícil de averiguar, pero lo intentaré—

—Ahora dime ¿Porqué necesitas saber eso?

—En el apartamento de la víctima encontré unas galletas de canela, las envenenaron—

—Ok, haré lo que pueda.—

—Gracias, ahora no puedo seguir hablando para que no me descubran-

—Adiós William, ya verás que todo se resolverá—

Dos días después, Cloe me llamó a mi celular y me comentó que en las últimas 2 semanas, solo habían comprado una orden de galletas de canela.

Las ordenó una tal Luisa Lane, lo cual fácilmente se distinguía que era un nombre falso, pero ¿Ahora cómo probaré mis sospechas?

Por suerte para mi, Raúl me llamó sospechosamente pero no me quiso decir qué necesitaba hasta que llegué a su casa.

—Hola oficial William, necesito su ayuda, hace unos días llegó el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito, resulta que tengo una compra de unas galletas de canela pero estoy seguro que yo no las compré, también tengo un cobro por un envío en una hora que yo estaba en el aeropuerto para regresar a Guatemala.

—Le pregunté a Sofía y ella me dijo que solo compró las galletas para dárselas a su hermana por su cumpleaños, pero me lo dijo con un tono como a la defensiva—

—¿Usted cree que Sofía sea capaz de hacer un daño? Le pregunté tranquilamente

—No lo sé, la verdad es que ha estado muy rara desde que regresó, resulta que me llamaron del colegio que se ha estado escapando con dos hombres, no sé qué le pasa, ella no es así—

—Tranquilo, averiguaremos qué sucede, pero necesito que usted trate de hacer como que no sabe nada—

—Eso intento pero me preocupa que Sofía esté en malos pasos—

—No se preocupe, resolveremos esto—

De pronto mientras hablábamos, Sofía entró a la casa y se fue corriendo a su habitación. En ese mismo momento Raúl y yo corrimos tras ella pero no la alcanzamos entonces tuve que sacar mi arma y dispararle a la puerta.

Lamentablemente cuando abrimos, Sofía saltó por la ventana y logró huir en una motocicleta.

Cuando pasó esto Raúl y yo nos fuimos rápido en el carro de Raúl para ver si la podíamos alcanzar.

Una hora después, a Raúl se le ocurrió ir al cementerio la villa, era el lugar donde enterraron a la mamá de Renata y Sofía.

Para nuestra suerte, encontramos a Sofía en la tumba de su madre. Estaba llorando pero no parecía que estuviera lastimada.

En cuanto nos vio comenzó a confesar todo.

—Siempre había admirado y querido mucho a mi hermana, hasta hace 2 semanas, resulta que ella siempre me prometía que en cuanto pudiera me llevaría con ella, y yo podría estudiar lo que tanto quise que era música, pero el día que llegamos a su apartamento, ella me dijo que como yo estaba grande, ya tenía que ver por mi misma, ya ella no necesitaba la responsabilidad de cuidarme, me dijo que ella era mi hermana, no mi niñera y yo tenía que madurar—dijo entre sollozos.

—Ella era mi hermana, mi sangre y yo ya no le importaba, simplemente me abandonó como todos los que están en mi vida—

—Además, me dijo que ella ya no era Renata que ahora era Louise, ajá como si la muchachita fuera toda una francesa—

— Entonces pensé que si ella no me quería en su vida yo tampoco, como su cumpleaños se acercaba, vi la panadería que estaba cerca del edificio y aproveché a pedir una órden de galletas, y un día antes de irme, les puse el veneno, solo que como ella me descubrió poniéndolo le dije que solo le había puesto esencia de almendra, solo que yo sabía que eso no era verdad—

—Sofía ¿Porqué lo hiciste? Yo te podía cuidar, no te dejaré sola— dijo Raúl mientras trataba de abrazar a Sofía.

—Ay Raúl, tú estás cuidándome por la herencia que mi mamá dejó, sabes que yo no la puedo cobrar hasta que sea mayor de edad, pero en cuanto cumpla los 18 me vas a dejar lo sé—

—No Sofía, no te voy a dejar, además esa herencia que tanto dices la tenía tu hermana, no yo—

—Ajá claro, y ahora qué, me vas a contar una de vaqueros o qué—

En eso, como Sofía estaba distraída yo logré sacar unas esposas que llevaba conmigo, y se las puse para que no pudiera huir, en eso Raúl llamó a la policía y en cuanto llegaron se la llevaron a una estación, en lo que yo arreglaba todo con la policía de Nueva York para extraditarla ya que el crímen fue cometido allá.

Después de muchos trámites logré comunicarme con mi jefa la cual logró retirar los cargos en mi contra gracias a las pruebas y así pude regresar tranquilo a mi vida normal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Quiero compartir con ustedes que el día de ayer publicaron uno de mis poemas en el volumen 2 de la Antología de Poesía Independiente de Escritores Independientes. Pueden encontrar la publicación completa en PDF en la página de Facebook de Lettera MEI. Espero sus comentarios.

Oda a mis emociones

Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín

Hoy es uno de esos días en que necesito hablar.

Principalmente de ustedes, que me han enseñado el llanto y la sonrisa.

Que me han dado mis gritos y mis arrebatados golpes.

A ustedes hoy les hablo, mis hermanas emociones.

A ustedes, que a veces me llenan de ilusiones , aunque a veces también me dan decepciones

Les agradezco que me acompañen mientras recorro la montaña rusa llamada vida.

Aún necesito aprender a comprenderlas, principalmente para saber reconocerlas.

Pero aún así creo que he aprendido a quererlas un poco.

Me disculpo si sueno torpe al hablar de ustedes, pero comprenderán que solo soy de carne y hueso.

Soy tan frágil y mortal que creo que no me bastará vivir mil años para saber todos sus nombres.

Más puedo estar segura que nunca dejarán de acompañarme.

Gracias por las huellas que dejan en mi cuando aparecen.

Les pido nunca se alejen de mi camino.

Ya que sin ustedes sería muy aburrido mi destino.

Libre Albedrío

A donde quiera voy,
Caminando desde lo que soy,
A veces avanzo, a veces regreso,
Mas yo soy quien elige mi camino.

A veces pienso mis pasos,
A veces los dejo a la suerte,
Pero siempre atrás de eso estoy yo.

Con mi esencia,
Con mis miedos,
Con mis anhelos,
Con mi soledad

Con mi fe y mi libertad,
Camino por la vida sin saber a dónde.

A veces tropiezo de golpe,
A veces me rindo ante las dificultades

A veces no entiendo lo que hago,
A veces temo al fracaso.

Pero jamás he de ceder al mundo lo único que es solamente mío.

Mi amado y a la vez odiado libre albedrío.

Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín.

Lecciones Misteriosas

Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín.

Raquel, una joven de 23 años, estudiante de literatura, estaba escribiendo una historia para una de sus clases, cuando de pronto, empieza a quedarse dormida, pero un ruido extraño la despierta, al inicio pensó que podía ser Gabriela, su compañera de apartamento, pero después de un rato volvió a escuchar el mismo sonido, por lo que decidió salir de su habitación y al llegar a la sala, vio a Linda, su hermana gemela, a la cual no veía desde que eran niñas.

-!Linda¡ !Estás aquí¡ Pensé que habías desaparecido, ¿Cómo estás? ¿Qué ha sido de ti en este tiempo? Dice Raquel, asustada.

  • Hola Raquel, No quise asustarte, he estado bien, tengo una misión especial y decidí venir a verte.

Después de unos minutos entra Gabriela, Raquel corre hacia ella y le dice -!Gabriela¡ Rápido, entra que quiero presentarte a mi hermana, tranquila Raquel, no te apresures, dice Gabriela asustada,

Eem, Raquel, creo que necesitas descansar un poco, ¿Porqué?, Si aquí está mi hermana!

Raquel, tranquila, siéntate y voltea, aquí no hay nadie, solo estamos tu y yo. Dice Gabriela tratando de calmar a Raquel.

  • Pero, !Pero si aquí estaba¡, !Justo en frente de mí¡ !¿A dónde fue?¡

Raquel corre asustada por todo el apartamento buscando a Linda, hasta que después de unos minutos, se convence de que pudo haber sido un sueño y mejor vuelve a su habitación a terminar las tareas que había dejado pendientes.

Al día siguiente, Raquel y Gabriela se levantan como de costumbre para ir a la universidad.

-Buen día Raquel, dice Gabriela,
-Buen día Gabriela, ¿Cómo estás?

-Bien gracias, ¿y tú?
-No muy bien, anoche casi no pude dormir, creo que ya necesito vacaciones, por suerte ya vamos a salir de la universidad.
-Ay si, a mi también me hace falta un buen descanso.

Después de un desayuno rápido, Raquel sale rumbo a la universidad en su bicicleta, como usualmente lo hace. Cuando de repente, ve de reojo a su hermana Linda, lo cual provoca que Raquel choque contra un poste que estaba en el camino y se caiga de la bicicleta.

A causa del choque Raquel cae desmayada en la acera, y de pronto su novio Sebastián, la ve y corre a ayudarla. Al cabo de unos minutos, Raquel logra recuperar la consciencia, y aún aturdida por el choque le pregunta a Sebastián.

-¿Sebastián? ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?
-Te caíste de tu bicicleta, ¿Estás bien? ¿Necesitas que te ayude en algo?
-Mmm no, gracias, ya estoy bien, tengo que llegar a clases.
-Raquel, acabas de tener un choque fuerte, al menos déjame acompañarte ¿Estás segura que vas a ir a clases así? Creo que te ayudaría más descansar un poco.
-No Sebastián, gracias, tengo clase con el profesor García y tu sabes que él no acepta ausencias por ningún motivo, además necesito entregar unos trabajos que son el 50% de mi calificación y con mi suerte, capaz que si no los entrego, no paso el semestre.

-Bueno, al menos déjame llevarte en mi auto, así estaré seguro que no te pasó nada grave.


-Está bien, gracias. Dice Raquel de forma dudosa.

Después de unos minutos de camino Raquel y Sebastián logran llegar a la universidad y durante el resto del día transcurrió con normalidad.

Esa misma noche, Linda vuelve a visitar a su hermana Raquel, pero esta vez, Raquel ya no la recibe con la misma alegría, en cambio, trata de hacer que se vaya.


¿!Tú otra vez¡? ¡Vete de aquí! ¡Ya deja de atormentarme!, ¿No crees que ya causaste suficiente caos?.
Lo siento Raquel, no fue mi intención hacerte daño, como te dije al inicio, tengo una misión que cumplir pero después de eso no volverás a verme.

Al menos dime a qué vienes, exclama Raquel con un tono fuerte y muy enojada.

Aún no puedo decirte, tú misma lo irás descubriendo poco a poco, ten paciencia. Dice Linda, con tono tranquilo.

Después de esta discusión, Linda vuelve a desaparecer misteriosamente, pero esta vez Raquel aunque si se asusta de nuevo, ya no trató de buscarla y solo se fue a dormir.

A la mañana siguiente, Raquel llega tarde a la clase del profesor García, el cual con tono molesto y sarcástico le dice:

Buen día señorita Raquel, como que su alarma se quedó dormida el día de hoy.

No tan buen día profesor, dice Raquel apretando sus dientes con enojo.

Bueno, ya que la señorita Raquel se dignó a acompañarnos, comenzaremos la clase de hoy.

Después de la clase, Raquel decide ir directamente a su apartamento y llamar a su novio Sebastián para desahogarse un poco y le cuenta lo que le ha estado sucediendo.

Aló, ¿Raquel?, ¿Cómo estás? ¿Cómo seguiste?
Hola Sebastián, del choque estoy bien gracias, solo quería saber si tienes tiempo para hablar un momento.
Claro Raquel, sabes que para ti siempre tengo tiempo.
Antes de decirte lo que te quiero decir, necesito que me prometas que no se lo dirás a nadie ni vas a burlarte o molestarte conmigo.
Por supuesto que no Raquel, ¿Qué persona crees que soy? yo nunca me burlaría de algo que me cuentes ni andaría comentando nada con nadie. Por algo soy tu novio.Tienes razón, es que me ha estado pasando una cosa muy extraña, ¿Recuerdas que te conté que yo tenía una hermana gemela?
-¿La que desapareció después de un accidente? Si, la recuerdo. ¿Qué pasa con ella?
-Pues…. No sé cómo decirlo, pero creo que está aquí. Ha estado visitándome.
-¿Estás segura? Hasta donde te entendí, eso es imposible ya que a tu hermana no la encontraron ni en el lugar del accidente, ni en el hospital.
-!Sí¡ Estoy segura, es ella, pero no aparece como niña, sino como adulta, tu sabes, como de mi edad.

Bueno, eso si suena extraño, ¿Desde cuándo la has estado viendo?
-Un par de semanas más o menos. Es extraño porque cuando trato de confirmar si alguien más la ve. Ella de pronto desaparece.
-Ok, ahora si me estás asustando, mira que si esto es una broma tuya, me vas a oír de aquí hasta que termine el año.
!Claro que no Sebastián¡ ¿En serio me crees capaz de bromear con algo así?

Perdón, pero es que si suena muy ilógico lo que dices. Pero continúa, ¿De casualidad te dijo dónde estuvo? O ¿Qué le sucedió? Dice Sebastián asustado.

No, solo me dice que tiene una misión especial aquí. Pero no me dijo cuál.


¿De casualidad no crees que me estoy volviendo loca? Digo, con la suerte tan “brillante” que tengo, no sería nada extraño.
-Ay Raquel! ¿Cómo dices eso? Grita Sebastián.
-Puede ser, como te digo, considerando lo “ bien que me va” solo eso me falta. Dice Raquel, con tono negativo.

Sabes Raquel, creo que deberías esperar a las vacaciones de verano e ir a hablar con tus papás sobre esto.
-¿Con mis padres? Ja, si ellos nunca lograron superar la pérdida de mi hermana, con esto los mato.
-Bueno, si no quieres hacer eso, al menos ve con un médico para asegurarte que no haya nada físico que te provoque esto.
-Si, puede ser, voy a ir al médico para asegurarme.

Al día siguiente, después de clases Raquel fue con un médico, el cual le realizó muchos exámenes, solo para confirmar que Raquel no tenía nada extraño que pudiera provocar lo que le sucedía a ella. Por lo que solamente le recomendó que hiciera yoga para ayudarla a manejar el estrés.

Con el pasar de los días, Linda siguió apareciéndose ante Raquel, pero ahora Raquel solamente la ignoraba, en la medida de lo posible.

Un mes más tarde, después de varios intentos de buscar explicaciones para la aparición de Linda, Raquel decide aprovechar sus vacaciones de verano para visitar a sus padres. Para ver si ahí, logra averiguar qué está sucediendo, pero no se atrevía a ir sola así que le pidió a su novio Sebastián que fuera con ella, al menos por unos días.

-Hola Sebastián, estuve pensando en lo que me sugeriste y creo que si necesito ir con mis padres. Ya no puedo seguir evadiendo esto, aunque creo que me va a costar, porque no he hablado con mis padres sobre este tema.
-Ok, si quieres te acompaño, pero vamos paso por paso, recuerda que no solo a ti se te dificulta, dice Sebastián tratando de calmar a Raquel.

  • Tienes razón, desde el accidente mis padres evitan a toda costa hablar de eso o de mi hermana. Además puede ser que ni siquiera sea necesario, ¿Verdad?.
    -Eso, querida mía, solo lo sabrás cuando estés allá, pero, si supongo que puede ser posible que no sea necesario hablarlo directamente con ellos. Aunque, también tienes que tomar en cuenta que toparte con personas o cosas relacionadas con el accidente puede afectarte a ti.
    -¿En buen sentido o en mal sentido? Pregunta Raquel un poco temerosa.
    -De cualquier forma, afirma Sebastián, solo prométeme que si llega a afectar más tu salud, nos regresamos de inmediato.
    -Mmm, creo que podrías estar exagerando, pero está bien, solo porque te amo te prometo que si me empiezo a sentir peor a como estoy, nos regresamos.
    -Ok, sería bueno que le preguntes a tus papás, si van a estar en casa, tu sabes, por si tuvieran planes, porque de nada va a servir el viaje si de repente nos regresamos porque tus papás no están.
    -Mmm yo no me preocuparía mucho, por alguna razón que no recuerdo, desde el accidente, mis papás no salen de vacaciones, es más ni si quiera salen de paseo solo por un día.
    -Bueno, pero si por lo menos, por respeto sería bueno que los llamaras y les contaras que vas a visitarlos conmigo porque, te recuerdo que ellos no me conocen ni yo a ellos.
    -!Tienes razón¡, no recordaba ese detalle, pero no creo que sea mucho problema. Eso espero, dice Raquel con un tono ligero de duda.

Después de planear el viaje, Raquel decide llamar a sus padres para comentarles que quería ir a visitarlos, aunque solamente les mencionó que quería presentarles a su novio, cosa que sus padres aceptaron con mucha alegría, ya que era la primera vez que Raquel llevaría una pareja a casa de ellos.

Finalmente llega el día del viaje, Sebastián y Raquel suben sus maletas en el auto de Sebastián, cuando de pronto, una de las maletas de Raquel se cae del auto y se abre.

-!Qué demonios¡ !Para colmo, tenía que pasarme esto a mí¡ grita Raquel furiosa.
-Tranquila Raquel, no es para tanto, a ver, yo te ayudo a subirla de nuevo. Responde Sebastián tratando de calmar a Raquel, quien sigue gritando por la maleta.
-¿Ya ves? No es tan malo, ya logramos acomodar todo, ¿Estás segura que no dejas nada?
-Creo que ya está todo, al final solo será una semana de viaje, no empaqué tantas cosas tampoco.
-Bueno, entonces empecemos el viaje.

Después del incidente de la maleta, Raquel y Sebastián siguen su camino hacia la casa de los padres de Raquel, cuando de pronto, una de las llantas del auto cae en un hoyo del camino y se rompe. Por alguna razón, el sonido de la llanta estallando hizo que Raquel entrara en pánico.

-¡Aaaaaa!, ¡Nos vamos a morir! ¡Sebastián, no me dejes aquí!
-Tranquila Raquel, no pasa nada, a ver, respira profundo, ¿ves? No pasa nada, no es tan malo, solo se pinchó una llanta, tranquila, no vamos a morir, no nos pasa nada, solo hay que llamar a una grúa para que nos ayude a cambiar la llanta, pero primero voy a ver si tengo una llanta de repuesto en el baúl del auto, si la tengo, solo tengo que cambiar la llanta y podemos seguir el camino, si no la tengo, si necesitamos esperar que vengan a cambiarla.
-!No te vayas¡ !No me dejes aquí¡
-Raquel, ¿qué te pasa?, tranquila, no tardo, solo voy al baúl y regreso, tranquila.
-Está bien, pero no te tardes. Dice Raquel mientras intenta calmarse.
-Tranquila, no fue nada grave. Ahora regreso.

Sebastián sale del auto y descubre que tenía una llanta de repuesto en el baúl, por lo que dispuso cambiar la llanta él mismo.

Después de unos minutos luchando por poner la llanta, Sebastián regresa al auto y se encuentra con que Raquel ya logró recuperarse del ataque de pánico.

-Bueno, ya cambié la llanta del auto, no fue tan grave, solo fue una tachuela que estaba en el camino y pinchó la llanta, pero ya lo arreglé.
-Bueno, ¿si estás bien verdad?,
Si Raquel, tranquila, no pasa nada. ¿Tú cómo te sientes?
-Ya mejor, creo que puedo continuar
-¿Quieres hablar de lo que sucedió? Pregunta Sebastián con tono de preocupación.
-No, gracias, dice Raquel aún agitada por lo sucedido unos momentos atrás, ya pasó, no sé porqué me pasó pero ya estoy bien.
-Muy bien, tú tranquila, no nos va a pasar nada.
-Pues, eso lo sabré hasta que lleguemos a la casa de mis padres, recuerdo que con mi suerte, todo puede salir mal.
-Ay Raquel, tu siempre con tu negatividad, pero bueno, mejor empecemos el viaje porque si no, llegaremos muy tarde.

Después de unas horas de camino, mientras Sebastián conduce, Linda vuelve a hacer su aparición por unos segundos pero desaparece de repente. Lo cual provoca que Raquel voltee al camino con cara de susto pero al ver que su hermana desaparece, solo se restriega los ojos como para tratar de ver mejor pero luego decide olvidarse del asunto y ponerse sus audífonos para escuchar música con su celular.

-¿Raquel, estás bien? Pregunta Sebastián preocupado, al ver la reacción de Raquel.
-Eeee, si dice Raquel, con tono de duda.
-¿Segura? Si te sientes mal, podemos parar a descansar a algún lugar y continuamos el viaje mañana
-No te preocupes cielo, no fue nada. Solo creí ver algo raro, pero no es nada.
-Ok, por cierto ¿ de dónde salió eso de cielo? Digo se siente lindo que me digas así pero tu no tiendes a decirme esas cosas. Dice Sebastián sorprendido.
-No sé, solo me salió decirlo. Eres mi novio, y ahora me salió decirte eso.

Después de unas horas de camino, Sebastián y Raquel llegan a la casa y los padres de Raquel salen contentos a recibirlos y les ayudan a bajar sus maletas del auto.

De pronto, Carmen, la prima de Raquel, nota que vienen un poco tensos por lo que pregunta

-Raquel, ¿Están bien? Es que te veo un poco pálida.
-Mmm, no te preocupes estamos bien, solo un poco cansados, responde Raquel mientras voltea rápidamente a ver a otra parte.
-¿Estás segura?
-Si prima, no te preocupes, mejor cuéntame ¿Tú cómo estás?
-Muy bien gracias, hace poco comencé a trabajar en la florería de mis suegros, me estoy encargando de hacer arreglos para eventos especiales. Es bastante trabajo, pero me gusta. ¿Y tú cómo vas con la universidad?
-Mmm no muy bien supongo, tú sabes que no tengo muy buena suerte.
-Mjm, veo que no has cambiado nada dice el padre de Raquel, que se acerca a ambas primas.
-Es que es verdad, ustedes saben que la mala suerte me persigue, pero ahi sigo, luchando.

-Creo que lo que Raquel quiere decir es que le ha ido bien, acaba de terminar otro semestre de la universidad, interrumpe Sebastián.

-Que bien, dice la madre de Raquel, bueno, será mejor que entremos porque parece que va a llover.

-Creo que si, dice Raquel, mejor entremos y así podemos charlar tranquilamente.

Ya estando dentro de la casa, los padres de Raquel los ayudan a instalarse en la habitación de huéspedes y después sirven la mesa para cenar.

Después de unas horas cenando y charlando, Raquel y Carmen deciden quedarse en la sala charlando un momento, de pronto cuando ya creen estar solas, Raquel le cuenta a Carmen lo que le ha estado sucediendo con su hermana Linda.

-Carmen, te puedo preguntar algo, solo por curiosidad, pregunta Raquel con tono inseguro.
-Si prima, claro, sabes que puedes preguntarme lo que sea, responde Carmen.
-Es que, puede que suene raro pero ¿Tú alguna vez no has soñado con alguna persona cercana a tí que haya muerto? O hipotéticamente hablando ¿ De casualidad, no se te ha aparecido alguien que era cercano a tí que tu creías perdido?

-Mmm, no ¿porqué?, no me asustes prima, mejor dime qué te ha pasado.
-Eeem no, a mi no me sucede nada pero tengo una amiga que últimamente le ha pasado esto.
-Mmmm, mejor dime la verdad, ¿Esto no tiene nada que ver con tu hermana Linda?
-Eeee, ¿porqué lo dices?

  • Porque, prima querida, te conozco y creo que te sucede algo pero si no quieres decirme, está bien, cuando estés lista podemos hablar de eso.
    -Es que, es algo muy extraño, difícil de hablar, pero está bien, te contaré.
    -Lo que sucede es que, Linda se me ha aparecido, desde hace unos días, pero de pronto desaparece.
    -OK, ¿has hablado con ella?
  • Algunas veces si, pero algunas veces solo la veo, como un reflejo y de pronto desaparece.
    -OK, creo que tú y yo necesitamos hablar de eso, pero no aquí, mejor veámonos mañana, en la cafetería donde íbamos con nuestros amigos cuando éramos niñas.
    -Ok, nos vemos mañana entonces ¿ a qué hora mas o menos?
    -tengo libre a las 12:00 no sé si es posible para tí?
    -Si, creo que podré desaparecerme un rato a esa hora. Nos vemos mañana entonces.
    -Bueno, se está haciendo tarde, será mejor que me vaya, nos vemos mañana, que descanses prima.
    Gracias prima, tú también descansa.

Al día siguiente, Carmen y Raquel llegan a la cafetería y Carmen le muestra a Raquel una fotografía un tanto extraña.

-Hola Raquel, ¿Cómo estás? Pregunta Carmen.
-Hola Carmen, no muy bien, anoche no pude dormir mucho y tú?
-Bien gracias, mira te cité aquí porque necesitamos hablar de algo muy importante, pero primero, necesito que me prometas que no te vas a alterar mucho.
-Ay no Carmen, no me asustes por favor. Exclama Raquel asustada.
-No prima, tranquila, esa no es la idea, por cierto también quisiera saber ¿qué recuerdas sobre el accidente donde desapareció Linda?
-Mmm, no mucho, ¿Porqué?
-Solo responde por favor, después te explico.
-Pues, solo recuerdo que íbamos mis padres, Linda y yo en un auto, y luego escuché un estallido fuerte. Luego solo desperté en el hospital. Recuerdo que siempre preguntaba por Linda, pero nadie me decía nada. Eso sin mencionar que desde ese accidente, siempre he tenido mala suerte con todo.
-Ok, te pregunto esto porque….

  • !Habla ya Carmen! Qué tiene que ver todo esto con la aparición de Linda?
    -¿Raquel? ¿No lo recuerdas? Linda murió en el accidente…
    -¿Cómo? Pero.. ¿Porqué no me dijeron?. Grita Raquel asustada.
    -Raquel, mis padres estuvieron meses tratando de ayudarte a entender el accidente, incluso te tuvieron que llevar lejos de aquí, porque en el hospital no tenían el personal especializado que te ayudara. Es que durante mucho tiempo perdiste la memoria, y ya que tus padres también tuvieron que estar mucho tiempo en el hospital, mis padres decidieron cuidarte.
    -No, estás equivocada, !Yo sé que he visto a Linda¡ Además si ella murió de niña ¿cómo es que ahora aparece siendo adulta?
    -Mmm, no lo sé, pero si no me crees puedes ir al cementerio, aquí te traigo una fotografía del lugar para que encuentres la tumba.
    -Pero ! Es imposible¡ !yo tendría que haber estado ahi¡ Tú tienes que estar equivocada, debe.. debe haber otra explicación.
    -Mira Raquel, sé que puede ser difícil para ti entenderlo, pero Linda ya no está, al menos no en este mundo. Dice Carmen con tristeza, tratando de hacer entender a Raquel.
    -Si quieres incluso puedo ir contigo, pero creo que necesitas verlo para entenderlo.
    -No, estás mintiendo, !Linda no puede estar muerta¡ Dice Raquel confundida

Después de la discusión, Raquel sale muy alterada de la cafetería y llorando va a buscar a Sebastián y le cuenta lo que le dice su prima Carmen.

-Raquel, ¿Porqué lloras? Pregunta Sebastián muy preocupado.
-Acabo de hablar con mi prima Carmen, no vas a creer lo que me dijo.
-Tranquila Raquel, respira profundo y cuéntame qué te dijo Carmen.
-Raquel, respira profundo para tratar de calmarse y se seca las lágrimas, después trata de comentarle a Sebastián lo que ocurrió con Linda.

-Pues, todo comenzó bastante normal, pero de pronto Carmen me contó que Linda, murió en un accidente que tuvimos con mis papás cuando ambas teníamos 7 años. ¿Eso no es posible, verdad? Mi hermana no puede estar muerta, si no entonces ¿porqué volvió o cómo pudo volver?

  • No lo sé, puede ser.. Responde Sebastián un poco escéptico ante lo que escuchaba.
  • Ay no, esto tiene que ser una broma, yo ni siquiera recuerdo que tuviéramos un accidente, solo sé que mis padres de un día para otro me separaron de ella, pero no recuerdo haber estado en un hospital, ni haber tenido ningún accidente.

-A ver, ¿de casualidad no crees que por eso te alteras tanto cuando escuchas cuando algo explota?

  • ¡No lo sé! Eso es lo que me asusta. Bueno, pero con mi suerte, no me extraña, si mi vida ha sido un caos completo desde que tengo memoria. Supongo que tal vez pasó, pero ¿Porqué yo no lo recuerdo?

Después de unas horas charlando, Sebastián le sugiere a Raquel que vayan a ver la tumba donde Carmen dice que está enterrada Linda a lo que Raquel se muestra muy temerosa y al inicio se niega a hacerlo, pero esa misma noche, Linda aparece en un sueño de Raquel y la convence de que vaya.

Al día siguiente Raquel Sebastián y Carmen llegan la cementerio y se dirigen a la tumba de Linda, de pronto Raquel se comienza a sentir extraña y empieza a imaginarse ciertas cosas relacionadas con un accidente hasta que de pronto se desmaya.

Inmediatamente Carmen y Sebastián suben a Raquel al auto en que iban y la llevan a la emergencia del hospital San Marino, en el cual casualmente estuvieron Raquel y sus papás para recuperarse del accidente.

Después de una semana de estar en el hospital Raquel despierta en su habitación y confundida trata de levantarse pero Sebastián la detiene y trata de calmarla.

-!Tranquila Raquel¡ No te levantes, aún estás delicada.
-¿Sebastián? ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? Pregunta Raquel, aturdida por el desmayo.
-Te desmayaste, estás en el hospital, te golpeaste la cabeza, pero tranquila, los doctores dicen que dentro de unos días vas a salir.

  • ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
    -Una semana.
    -!Una semana¡
    -Si, una semana, los doctores te sedaron para evitar un daño mayor porque como te dije antes, te golpeaste la cabeza.
    -!Una semana¡ !Pero tenemos que regresar¡ ¡Voy a perder mis clases de la universidad¡
    -Tranquila Raquel, aún no tenemos que volver, tenemos dos meses para regresar a clases
    -¿Y mis papás? ¿Dónde están?
    -Ellos están bien, han venido a visitarte pero por ahora están en su casa, arreglando todo para cuando salgas del hospital.
    -¿Y Carmen? Vagamente recuerdo que ella y yo fuimos a un lugar, pero no recuerdo a dónde.
    -Eso mejor te lo explico cuando te recuperes, por ahora, mejor descansa, así vas a estar mejor.
    -Muy bien, tienes razón. Aún me duele un poco la cabeza y estoy mareada.

Después de la conmoción de ver que estaba en el hospital, Raquel vuelve a dormirse y empieza a soñar con Linda, pero esta vez Raquel ya no se asusta ni trata de ahuyentarla, si no que ambas empiezan a charlar.

-Hola Raquel, ¿Cómo estás?, tranquila, no vengo a asustarte dice Linda.
-Hola Linda, responde Raquel, no te preocupes, estoy bien, solo quería saber, ¿Porqué me trajiste aquí? ¿Qué quieres que sepa?
-Aún no es tiempo para que lo sepas, solo recuerda, realmente yo no te traje, tu viniste pero aquí si vas a entender lo que está pasando.

-Tranquila, todo se sabe a su tiempo.

Raquel solo suspira frustrada y mejor comienza a hablar de otras cosas.

-Bueno, al menos dime ¿En dónde has estado?
-Es difícil de explicar, dice Linda. Es un lugar tranquilo.
-Ok, interesante, dice Raquel dudosa.
-¿Sabes algo? Te extraño. Nunca entendí ¿Porqué te fuiste?

  • No me fui, vivo dentro de ti, aunque no lo creas.

Después de unas horas, Raquel despierta sobresaltada porque su teléfono comienza a sonar.

-¿Hola? ¿Quién habla?
-Hola Raquel, soy tu mamá, ¿Cómo estás hija? ¿Cómo te sientes?
-Hola mamá, estoy mejor, Sebastián dice que podré salir en unos días. Aunque aún me duele la cabeza.

  • Me imagino querida, pero me alegro que estés mejor.
    -Mamá, ¿ Puedo preguntarte algo?
    -Si claro hija, ¿De qué quieres hablar?
    -Mmm, prefiero que lo hablemos en persona, ¿Podrías venir al hospital?
    -Si claro, puedo ir mañana en la mañana si quieres
  • Está bien, nos vemos mañana. Gracias mamá.
    -Que descanses hija, cuídate, nos vemos mañana.

A la mañana siguiente, la mamá de Raquel llega al hospital y ambas comienzan a hablar.

-Hola mamá, dice Raquel con voz débil, mientras trata de sentarse en la camilla del hospital.
-Hola hija, ¿Cómo estás? Espero que te sientas mejor.
-Si, gracias mamá, me siento mejor, ahora ya no necesito tanta ayuda para levantarme y por momentos salgo a caminar un poco, para tratar de estar en movimiento.
-Que bien, me alegro. Ahora dime ¿De qué querías hablar conmigo?
-Mmm, la verdad no sé por dónde comenzar, pero necesito hablar de mi hermana Linda.
-¿Qué necesitas saber de ella ? Dice la mamá de Raquel, tratando de voltear la mirada a otro lado.
-¿Tú recuerdas lo que sucedió con ella?
-Eee, ¿Exactamente qué quieres saber sobre eso?
-Tú sabes, necesito saber lo que pasó
-Mmm, no recuerdo muy bien la verdad, pero ¿Porqué repentinamente te interesa esto?
-Verás mamá, desde hace unas semanas, Linda se me ha aparecido.
-¿Quieres decir que has soñado con ella?
-Mmm, si, más o menos…

  • Ok, ¿Y eso, porqué te extraña? Ambas eran muy unidas.

-Pues por eso, yo realmente no la recuerdo y hasta ahora es que he soñado con ella, dice Raquel, con tono de preocupación.

-La verdad, no sé qué decirte hija, tu sabes que para tu padre y para mí es duro hablar de estas cosas, mejor hablemos de otra cosa.

-Mamá, ya, dime la verdad, dice Raquel ya molesta por los intentos de su madre de evadir el tema.

-Bueno, la verdad, no sé si lo recuerdes, pero nosotros tuvimos un accidente cuando tu hermana y tú eran pequeñas.

-Realmente, no recuerdo el accidente, solo sé que de la noche a la mañana, ella desapareció de mi vida y ustedes me alejaron de aquí. Desde entonces mi vida entera ha sido un caos total.

-No es que tu padre y yo quisiéramos dejarte, lo que pasó fue que tuvimos un accidente fuerte, y mientras nosotros nos recuperábamos tus tíos se hicieron cargo de cuidarte, ya que tuviste muchos problemas de amnesia, tan graves que tuvieron que trasladarte a un hospital lejos de aquí. Nosotros nunca tuvimos intenciones de alejarte, era realmente que no tuvimos otra alternativa.

-Algo de eso me comentó Carmen, de hecho ella mencionó que mi hermana murió en el accidente, Pero ¿Eso no es verdad, o si? Mi hermana no pudo haber muerto, si hubiera sido así, entonces ella se me aparecería como niña y cada vez que la veo, ella ya es una mujer.

Cuando Raquel terminó de hablar, hubo un silencio ligeramente largo y de pronto la madre de Raquel comenzó a llorar, al punto que tuvo que salir de la habitación un momento para poder calmarse.

Después de unos minutos, la madre de Raquel regresó y comenzó a explicarle de nuevo a Raquel.

-Verás hija, es difícil para mí recordarte esto, Pero… tu hermana si murió en el accidente. De hecho si te lo dijimos pero no entiendo porqué no lo recuerdas, tal vez sea por las lesiones que tuviste, ahora con respecto a lo que me cuentas, tu sabes que yo no sé nada de esas cosas. ¿Tal vez pueda ser que hay algo que tu hermana quiere que sepas?

Mientras su madre hablaba, Raquel se quedó confundida por lo que estaba escuchando, cuando de pronto unas lágrimas rodaron por sus mejillas.

Cuando menos lo sintió , Raquel empezó a gritar y halar su cabello con fuerza y comenzó a ver ciertas imágenes de ella en un auto volcado, en la parte de adelante vio a sus papás inconscientes y de pronto vio a su hermana desmayada fuera del auto.

Junto con estas imágenes, comenzó a escuchar un estallido fuerte,lo cual la hizo gritar.

Al ver la reacción de Raquel, su madre entró en pánico y comenzó a pedir ayuda desesperadamente.

En seguida, un grupo de médicos y enfermeros entraron corriendo a la habitación de Raquel y la sedaron para calmarla. A raíz de esta crisis los médicos le pidieron a la madre de Raquel que saliera de la habitación y que mejor volviera al día siguiente. Ya que Raquel necesitaba descansar.

Una semana después, dieron de alta a Raquel del hospital y Sebastián la llevó de vuelta a la casa de sus padres. Cuando ambos iban llegando Raquel alcanzó a ver que varios de sus familiares y amigos más cercanos estaban allí para recibirla, lo cual, hizo que se sintiera un poco nerviosa.

A medida que pasaban las horas, los invitados se iban retirando de la casa de los padres de Raquel hasta que al final solamente quedaron los padres de Raquel, Sebastián y los padres de Carmen.

De pronto, todos se sentaron en la mesa del comedor de la casa y comenzaron a charlar sobre Linda y Raquel.

Al inicio, tanto los padres de Raquel como sus tíos intentaron resistirse a la idea de revivir esa oscura parte de la historia de la familia, pero cuando Raquel comenzó a explicar lo que le estaba sucediendo, a ninguno le quedó más opción que comenzar a hablar.

Carlos, el tío de Raquel, comenzó explicando que el día del accidente toda la familia iba rumbo a un bosque que quedaba cerca del pueblo donde ellos viven, ya que tenían la tradición de que en verano, toda la familia iba de campamento por unos días.

Al inicio todo iba bien, pero después de unas horas, los tíos de Raquel, que ya habían llegado al bosque, comenzaron a preocuparse ya que los padres de Raquel no llegaban, entonces, como en el bosque no había señal de teléfono, ambos decidieron ir a buscarlos.

Después de una hora dando vueltas en el camino, encontraron el auto de los padres de Raquel volcado al fondo de un barranco.

Al ver esto, Carlos corrió lo más rápido que pudo para rescatar a su familia, pero solamente logró subir el cuerpo de Linda, que estaba lleno de sangre pero aún parecía tener signos vitales.

Unos segundos más tarde, llegaron dos ambulancias y una patrulla de policía que rápidamente subieron a Linda y sacaron a Raquel y a sus padres del automóvil.

Después de unos minutos ambas ambulancias llegaron al hospital y los doctores de guardia se apresuraron a atender a Linda y a su familia, pero lamentablemente, debido a la gravedad de la hemorragia interna que llevaba, Linda murió.

Al mismo tiempo que un grupo de médicos intentaba reanimar a Linda, otro grupo trataba de estabilizar a Raquel, ya que presentaba serias heridas en el cráneo, las cuales, le provocaron amnesia.

Después de unos minutos, Octavio, el padre de Raquel, interrumpió el relato de Carlos, y comenzó a explicar que cuando iban en camino al bosque, todo iba bien, hasta que escucharon un estallido, muy parecido a un disparo.

De repente, el auto en que viajaban comenzó a patinar violentamente.

Esta parte, inquietó un poco a Sebastián y a Raquel, ya que eso podría explicar porqué Raquel se alteró cuando la llanta del auto donde venían estalló en el camino.

De pronto, Raquel interrumpe a su padre y pregunta – ¿Papá, no crees que alguien pudo haber provocado el accidente? ¿Aunque sea accidentalmente?

-Mmm, puede ser, respondió Octavio, aunque eso nunca lo investigaron, ya que ni si quiera encontraron evidencia de que alguien hubiera disparado cerca del lugar del accidente.

Ante la respuesta de su padre, Raquel solo suspira y dice -Típico, desde ese entonces me persigue la mala suerte. Bueno, mejor sigue explicando papá.

  • Ok, como iba diciendo, después del estallido, el auto empezó a patinar violentamente. De pronto solo recuerdo que vi una sombra que parecía ser una persona y yo por intentar esquivarla, giré rápidamente el timón y desvié el auto hacia el barranco.

-Después de eso, solo recuerdo haber despertado en el hospital.

De repente, cuando Octavio deja de hablar, Camila, la madre de Raquel, agrega algunos detalles de los que ella recuerda.

-Eee, de hecho, yo también recuerdo haber visto la silueta, y también recuerdo que después que cayéramos por el barranco, antes de desmayarme, vi que alguien se trató de acercar al auto, pero rápidamente se fue.

-Otra cosa que recuerdo es que, cuando estábamos en el hospital y tú estabas consciente en tu habitación, una de las enfermeras te regaló un cuaderno, te encantaba escribir en él y así estuviste hasta que los doctores determinaron que tenían que trasladarte a otro hospital ya que no lograbas reconocernos y por momentos no recordabas ni tu nombre.

-¿O sea, que desde ese entonces me gusta escribir?, ¿A todo esto, cómo se llamaba la enfermera que me atendió?

-Si, dice Camila y sobre la enfermera, fue hace tanto tiempo que no recuerdo, pero la adorabas.

-Bueno, al menos algo útil salió de eso. Lo que aún necesito saber es ¿Porqué murió Linda y no yo? ¿Porqué estoy aquí, si nada me sale bien?

-Mira Raquel, dice Lucía, la tía de Raquel tristemente a veces pasan cosas que no comprendemos pero realmente no todo es tan malo, además todos tenemos potencial para mucho.

-Pues como que el mío está demasiado oculto, exclama Raquel con tono sarcástico.

-Bueno, yo creo que mejor seguimos la conversación otro día, ya que Raquel necesita descansar y nosotros también, interrumpe repentinamente Sebastián.

Esa misma noche, Raquel pasó dando vueltas en la cama, llorando y pensando en todo lo que le comentaron.

A la mañana siguiente, Raquel decide regresar al hospital para averiguar sobre la enfermera que le regaló el cuaderno.

Después de horas caminando por el hospital e interrogando a todos los médicos y enfermeras que encontró, Raquel, se levanta frustrada y comienza a salir del hospital, cuando de pronto se encuentra con una enfermera un poco anciana, la cual se acerca a Raquel con cara de sorpresa y exclama: !Raquel¡ !Estás aquí¡ ¿No me recuerdas?

Raquel solo se detiene con cara de susto y pregunta con tono muy dudoso ¿Quién es usted? ¿Cómo me conoce?

-Lo siento, me llamo Marta, he sido enfermera de este hospital desde hace muchos años y te atendí cuando estuviste internada con tus padres. Recuerdo que eras una niña seria pero con una gran imaginación.

-Recuerdo que tenías problemas con tu memoria pero siempre estabas contando maravillosas historias.

-¿Usted fue la que me dio el cuaderno? Pregunta Raquel

-Si, un día te traje un cuaderno, para que pudieras escribir las historias que me contabas. Te encantaba escribir en él.

-Ahora cuéntame, ¿Qué ha sido de tu vida? ¿Me imagino que sigues escribiendo?

-Mmm, si, la verdad, ahora estoy estudiando literatura en la universidad, me fui a estudiar a Grand Valley, está a unas horas de aquí.

-!Wow¡ !Es maravilloso¡ aunque si te fuiste un poco lejos de aquí.

-Si, supongo, de hecho me fui desde hace muchos años.

-Si recuerdo que te trasladaron a otro hospital, solo que no me habían dicho a dónde. Es decir que ¿Estuviste allá todos estos años?

-Si, regresé a ver a mis papás y a tratar de averiguar algunas cosas sobre mi vida, por eso la vine a buscar.

-Pues, si quieres, con gusto te ayudaré en lo que pueda.

-¿Usted conoció a mi hermana Linda? ¿Alcanzó a conocerla?

-De hecho, no pero supe que venía con ustedes, pero tristemente murió.

-Pues, quería ver si usted sabe algo del accidente, de casualidad ¿No hubo alguien que viniera a verme? ¿Alguien que se viera sospechoso?

-La verdad no, solo venía tu familia, creo que eran tus tíos.

-Aaa, ok, gracias, y ¿De casualidad alguien trató de decirme lo que pasó con mi hermana?

-Según recuerdo, tu mamá llegaba todo el tiempo a tu habitación y te repetía lo que pasó todo el tiempo, hasta que mejor me pidió que tratara de decírtelo yo.

-Yo misma traté de decirte, tanto directamente como por medio de historias. Pero siempre parecías olvidarlo o bloquearlo. Según los doctores, eso pudo ser por las lesiones que tenías.

-Mmm ok, gracias, ¿De casualidad usted sabe algo del accidente?

-Déjame pensar, hubo un par de días que estuvo viniendo un detective, creo que era de la policía.

-¿De verdad? ¿De casualidad recuerdas el nombre?

-Creo que se llamaba Johnny. Pero no recuerdo el apellido.

-Muchas gracias, creo que con eso me ayuda mucho.

-Fue un gusto verte de nuevo, espero poder leer alguna de tus obras.

-Gracias, con gusto te enviaré una cuando me gradúe, digo, si es que me gradúo de la universidad.

Después de despedirse de Marta, Raquel sale del hospital y se va directamente a la estación de policía para averiguar si aún puede encontrar al detective Johnny.

Al llegar a la estación Raquel pide hablar con el detective pero la secretaria que la atendió le comenta que el detective se fue a su casa unos minutos antes, por lo que Raquel responde que regresará al día siguiente.

A la mañana siguiente Raquel sale de la casa de sus padres y se dirige a la estación de policía para encontrarse con el detective Johnny.

Al llegar a la estación, Raquel vuelve a pedir hablar con el detective, a lo que la secretaria le responde que el detective si se encuentra en la estación pero está muy ocupado, por lo tanto Raquel decide sentarse a esperar.

Mientras van pasando las horas, Raquel va perdiendo la paciencia pero de pronto, la misma secretaria que la tendió cuando llegó la llama y le dice que puede pasar a ver al detective.

-Buen día, soy el detective Johnny Frances, ¿En qué puedo ayudarla?

-Buen día detective, mucho gusto, mi nombre es Raquel Reynolds, hace unos años mi familia y yo tuvimos un accidente y según me comentaron usted estuvo a cargo de la investigación.

-¿Reynolds es su apellido de soltera?

-Si, yo tenía más o menos 7 años al momento del accidente, mi hermana Linda Reynolds murió al llegar al hospital

-Recuerdo un caso así, permítame que busque en mis archivos.

-Si, aquí está, dos niñas y dos adultos, en un accidente automovilístico en cerca de Rainbow Forest. ¿Qué es lo que desearía saber sobre el caso señorita?

-Verá, hace unos días estuve hablando con mis padres y ambos recuerdan vagamente haber visto una silueta que parecía ser de una persona cerca del auto al momento del accidente. ¿De casualidad ustedes no encontraron alguna evidencia de que el accidente pudiera ser provocado por otra persona?

-Sinceramente, no recuerdo mucho del caso, pero si de verdad necesita saber, podría darle un vistazo al expediente y le podría ayudar a averiguar, pero antes, necesito que me responda una pregunta.

-Si claro detective.

-¿A estas alturas realmente necesita saber la verdad sobre el accidente? Y si es así ¿Realmente está dispuesta a soportar cualquier resultado que dé la investigación?

-Mmm no comprendo, ¿Porqué me hace estas preguntas?

-Lo que sucede, señorita Reynolds, es que algunas veces el resultado de estas investigaciones no necesariamente llega al resultado que la persona quisiera. Me refiero a que puede ser que no podamos descubrir nada o que el hecho de saber que ese accidente fue provocado pero que no se podrá encontrar al responsable, puede hacerle más daño a usted y a su familia.

-Ok, creo que estoy dispuesta a correr el riesgo.

-Bueno, en ese caso, puede regresar mañana por la tarde para saber si logré averiguar algo o podría llamarme a mi teléfono personal. Le dejo mi tarjeta, me puede llamar en cualquier momento.

-Muchas gracias, creo que mejor le llamaré por si acaso. En verdad le agradezco.

-De nada, fue un gusto conocerla, espero poder ayudarla.

-Que tenga buen día detective.

-Gracias señorita Reynolds, buen día para usted también.

Después de haber hablado con el detective Raquel salió de la estación de policía y se fue a caminar a un parque que estaba cerca de ahí.

Mientras Raquel, paseaba por el parque, Linda apareció frente a ella y le pidió que se sentara en una banca que estaba debajo de un árbol lleno de flores color violeta.

Raquel, asustada por la aparición repentina de Linda, se sienta en la banca y toma su teléfono para simular que está hablando con alguien.

-Hola Raquel, dice Linda con voz suave y calmada.

-Hola Linda, ¿Cómo estás? Espero que todo marche bien.

-Estoy bien gracias Raquel, veo que te estás acercando a mi objetivo. Pero tranquila, aunque ahora no lo entiendas, esto te ayudará a comprender la realidad de muchas cosas.

-¿Estás segura Linda? La verdad yo tengo miedo, he vivido tanto tiempo sin pensar en estas cosas que temo que todo empeore.

-Confía en mí Raquel, todo tiene una razón de ser. Por ahora, vete con cuidado y verás que todo valdrá la pena.

-Bueno, confiaré en ti, dice Raquel mientras finge que cuelga el teléfono.

Al día siguiente, Raquel le pide a su prima Carmen que la acompañe mientras llama al detective Johnny, quien en ese instante no contestó el teléfono.

Mientras pasan las horas Raquel y Carmen deciden dar un paseo por Greenville.

De repente, el teléfono de Raquel comienza a sonar.

-Buen día, contesta Raquel, ansiosa por lo que el detective podría decirle.

Buen día señorita Reinolds, soy el detective Johnny, la llamo para comentarle que tengo buenas y malas noticias.

-Si detective, gracias por llamar, logró descubrir algo?

-Por una parte si, pero no es mucho. Responde el detective con un tono preocupante.

-Bueno, lo escuchó, cuénteme lo que descubrió, ya después veremos si se logra averiguar más.

-Pues, según los registros, no se lograron recabar muchas pruebas, por lo que el caso se cerró como un caso de accidente común. Pero dentro de lo que se encontró, está un sudadero rojo cerca de la zona del accidente, que parece ser de un hombre, aunque los investigadores no lo tomaron en cuenta ya que fue lo único extraño que se encontró, no hubo ni casquillos ni señales de disparo en los neumáticos ni en el auto.

-Pero, el sudadero debe significar algo o no? Por alguna razón es que estaba en esa zona! Exclama Raquel, con voz alarmante.

-Por una parte si, pero lamentablemente, no es suficiente evidencia para re abrir en caso de forma oficial. Aunque, si usted desea, yo podría ayudarle a investigar más, puedo averiguar con algunos colegas de esa época.

-Gracias detective, está seguro que no se meterá en problemas por mi culpa? No quiero provocarle problemas.

-No se preocupe señorita, no tendría que haber ningún problema, yo le ayudo.

-Muchas gracias! Dice Raquel mientras sonríe por la emoción.

Después de colgar el teléfono, Raquel le cuenta a Carmen lo que dijo el detective.

Cuando Raquel terminó de hablar, Carmen solamente preguntó: de verdad crees que vale la pena seguir con todo esto? Ya pasó tanto tiempo, que lo más probable es que no logres averiguar quién provocó el accidente. No crees que mejor deberías terminar con todo y solo seguir con tu vida ? Al final eso no te devolverá a tu hermana y tal vez hasta hagas sufrir a la familia.

– Mira Carmen, la verdad es que si tengo miedo de lo que pueda descubrir pero es algo que necesito averiguar.

-Sè que no recuerdo casi nada del accidente , pero si hay algo que he tenido que cargar desde ese día y es la idea de que el accidente fue mi culpa.

-Verás, ese día, una o dos horas antes de salir de casa, mi mamá nos comentó que ella no estaba segura de ir porque tenía un mal presentimiento.

-Pero, como a mi me encantaban esos viajes, les rogué a mis papás para que fuéramos y al final por mí, mis padres decidieron ir.

-He cargado con ese peso por tanto tiempo que ya me siento agotada de eso. Necesito saber qué pasó.

– Raquel, eras solo una niña, no podías saber que algo tan grave iba a ocurrir. No tienes porqué culparte.

-Créeme que lo he pensado, pero siempre llego a la misma conclusión, tal vez si yo no hubiera insistido, no habría pasado nada. Tal vez así mi hermana seguiría con nosotros y hubiera podido cumplir todos sus sueños. Ella no merecía morir.

-Por eso es que digo que quien debía haber muerto era yo, no ella. Dice Raquel con expresión triste.

-Bueno, si estás tan segura de que esto te ayudará, yo te ayudaré.

-Gracias, no tienes que hacerlo, esto es asunto mío y no quiero que sufras por esto.

-No te preocupes por mi, estaré bien, lo importante es que te quites esas ideas de la cabeza, tal vez así aprender a ver el lado bueno de tu vida.

– No sabes cómo me consuela escuchar eso, en serio gracias. Dice Raquel, mientras ambas caminan de regreso a la casa de los padres de Raquel.

Después de unos minutos caminando, ambas primas llegan a la casa donde los padres de Raquel estaban esperándolas con un almuerzo delicioso.

Conforme los días pasaban, Raquel perdía la esperanza de descubrir lo que sucedió, ya que el detective no la había vuelto a llamar ni contestaba el teléfono.

Cuando menos se lo imaginaba, la última semana de las vacaciones de Raquel se llegó.

De pronto, el detective Johnny la llamó y le pidió que lo viera en su oficina lo más pronto posible.

Raquel se apresuró a llegar a la estación de policía y entró directamente en la oficina del detective.

-Buen día detective, dijo Raquel con la respiración agitada ya que corrió lo más que pudo para llegar antes de que el detective se fuera.

-Buen día señorita Raquel, dijo el detective. Tengo buenas noticias, logré averiguar más sobre su caso.

-Después de semanas investigando, logré contactar con los encargados de recabar la evidencia del accidente y también pude hablar con el médico encargado de la autopsia que se le realizó a su hermana.

-¿Y bueno? !¿Qué le dijeron?¡ Pregunta Raquel, ansiosa por lo que estaba escuchando.

-Resulta que el sudadero rojo tenía ciertas muestras de ADN, las cuales corresponden con un hombre que en ese entonces tenía aproximadamente 35 años, cuyo nombre era Gabriel Smith.

-Mjm, ¿Y ese tipo qué tiene que ver con nosotros?

-Dentro de lo que pude averiguar, este sujeto nunca confesó directamente haber provocado el accidente, pero se le condenó por haber provocado otro accidente similar, que curiosamente ocurrió una semana después del accidente de su familia. Lamentablemente, murió dos años después de la condena, pero le dio a uno de los guardias de la cárcel una carta donde según dijo, habla sobre el accidente ocurrido a su familia.

-Tardé en informarle, principalmente porque se me dificultó encontrar al guardia, el cual guardó la carta, que está dirigida a toda su familia. ¿Estaría usted lista para leerla?

-Por supuesto que sí, dijo Raquel con un tono ligeramente temeroso.

-En ese caso, aquí tiene, espero que esto le ayude.

-Muchas gracias detective, se lo agradezco de corazón.

Después salir de la oficina del detective, Raquel decide no abrir la carta aún, en cambio decide guardarla en su maleta para leerla tranquilamente en su apartamento.

Los días pasaron, Raquel y Sebastián regresaron a Grand Valley. Después Raquel regresa a su rutina de la universidad y el resto de su vida, hasta que una noche, Linda vuelve a aparecer en el apartamento de Raquel, pero esta vez, tenía la carta en la mano, así que a Raquel no le quedó más que abrirla, en compañía de su hermana.

La carta decía lo siguiente: “Para quien convenga, confieso que soy responsable del accidente de esta familia, pido perdón por todo el daño que pude haber provocado.

Era un día como cualquiera en mi vida, yo iba caminando por la calle pensando en mis asuntos, cuando de pronto, vi a una persona persiguiéndome, y decidí disparar el arma que llevaba, pero, lamentablemente, fallé el tiro y disparé al auto azul que iba pasando por ahí, no tuve la intención de matar a nadie, solo tuve miedo y reaccioné. Espero que algún día, puedan entenderme y perdonar mi error. Traté de ayudar pero cuando vi lo que provoqué, sentí pánico y huí. Este error me perseguirá toda la eternidad, espero que mi partida pueda darle paz a la familia que lastimé.”

Después de leer la carta Raquel comenzó a llorar profundamente, por lo que Linda trató de consolarla.

-¿Ves Raquel? No todo tiene que ser culpa tuya, a veces las cosas suceden, pero no podemos evitarlas, tal vez si yo no moría en el accidente, hubiera podido morir de otra forma.

-!Pero sigue siendo injusto! ¿Porqué tú? ¿Porqué no fui yo? Grita Raquel, sollozando fuertemente.

– A veces la vida no es justa, por lo tanto solo queda tratar de ver lo bueno que tenemos, ahora Raquel, quiero que me prometas, que vas a vivir tu vida, yo te estaré cuidando desde el lugar que la vida eligió para mí. Tranquila, yo no estoy sufriendo, estoy en un lugar donde hay paz y pronto podremos estar juntas de nuevo. Ahora, llora, date tiempo de perdonar y suelta este peso.

-No fuiste tú la que me mató, simplemente tuve que irme. Pero estaré cuidándote. Te quiero hermana.

-Linda, no me dejes, por favor, te extraño hermana, dice Raquel, llorando de tristeza.

De pronto, Linda desaparece dejando una rosa blanca en uno de los sillones de la sala de Raquel. Después, entra Sebastián y ve a Raquel llorando tan intensamente que él se limita a abrazarla fuertemente, hasta que Raquel logró calmarse y contarle lo que sucedió.

A la mañana siguiente, Raquel encuentra la rosa, la pone en un vaso con agua, toma la carta y la quema, mientras dice : “Gracias Linda, por permitirme quitarme este peso. Te amo hermana.”

Te agradezco

Hoy es uno de esos días en que pensé en mi pasado y sentí la necesidad de hablarte a ti.

Hoy te agradezco vida, todo lo que me diste.
Te agradezco por lo bueno, porque me permitió saber qué se siente ser feliz.

Te agradezco las caídas, porque me enseñaron a no dejarme vencer.

Te agradezco los amigos que aún quedan y me ayudan a no sentirme sola.

También agradezco los que ya no están, porque me permitieron aprender a ser más fuerte.

Te agradezco los problemas, porque me permitieron ver quiénes si valen la pena y quiénes no.

Te agradezco mi presente porque me recuerda que aún te tengo junto a mí.

Te agradezco los momentos en que traté de impresionar a otros aún pasando por mi propio bienestar, porque me permitieron aprender a valorarme más.

Te agradezco mis sueños, porque me permiten luchar cada día por mi misma.

Te agradezco los fracasos porque me ayudan a mejorar cada día más.

Pero sobre todo te agradezco vida mía, por convertirme en lo que hoy soy.

Blanco y Negro

La vida está llena de opuestos. Bien y mal, armonía y caos, luz y oscuridad, amor y odio. En medio de esto estoy yo, solo yo fuerte y vulnerable, confusa y transparente, viviendo en armonía con el caos. Libre y presa, en paz y tormenta.

Este es el mayor encanto de la vida, que siempre sorprende y confunde, alegra y duele. Vida mía, no me dejes, vida mía ayúdame a entenderte. 

Vida hermosa, vida espantosa, eres mi equilibrio y mi locura. 

Mi consuelo y mi tortura. 

Mi laberinto y mi brújula. 

Gracias te doy vida, gracias por hacerme vulnerable y fuerte

Gracias te doy por tus sorpresas y tus sinsabores. 

Vida mía, vida libre, ayúdame a no perderte, ya que sin ti, mi extraña amada, no soy nada. 

Vivian Lucía Rivera Marroquín.

¿Quién Soy?

Eran más o menos las 10:00 a.m. de un día soleado, la brisa del mar parecía refrescar el ambiente, Marina y Joaquín iban caminando por la playa, ambos tomando una piña colada, de pronto Marina pregunta curiosa – ¿Joaquín, alguna vez pensaste en lo que has hecho con tu vida?- Mmm, no ¿porqué la pregunta?, responde Joaquín confundido, No lo sé, responde Marina, mientras trataba de terminarse su bebida -solo trataba de pensar en lo misteriosa que me parece la vida, que siempre toma rumbos diferentes. Como un laberinto, que nunca sabes por dónde ir para salir.

Ok, contesta Joaquín riéndose – creo que ya has tomado mucha piña colada y necesitas descansar , mejor vamos a desayunar a algún lugar que tengo hambre.

Si, tienes razón ya tengo hambre, vamos al hotel a comer y descansar un momento.

Unos días después, Marina regresa a casa después de hacer sus compras de la semana, cuando de pronto la atropella un auto, por lo cual queda inconsciente 2 semanas en un hospital, después de muchos tratamientos Marina logra despertar y se encuentra con que Alicia, su mejor amiga de la secundaria, llega a cuidar de ella en el hospital.

-¡Marina, despertaste! dice Alicia asustada, ¿còmo estàs? ¿Còmo te sientes?
-No sé, ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó?

-Tuviste un accidente muy fuerte, estás en el hospital San Francisco, pero tranquila yo me encargo de ayudarte hasta que mejores.

Con el pasar de los días Marina se recupera y logra regresar a casa, aún con una fractura en el tobillo y en el brazo izquierdo.

Cuando Marina regresa del hospital, se encuentra con Joaquín, que estuvo cuidando de la casa y de los peces de Marina.
-Hola Marina ¿Cómo estás?, dice Joaquín muy alegre, me alegro de verte de regreso, ¿Cómo te sientes?

  • Mejor Joaquín, gracias, ¿Tú has estado cuidando la casa mientras no estuve?,
    -Si, dice Joaquín, y no te preocupes, seguiré ayudando hasta que logres recuperarte del todo.

Lentamente, Marina logra recuperarse de las heridas provocadas por el accidente. Un día, mientras ella y Joaquín platicaban un poco, Marina hace un comentario un poco extraño a Joaquín.

-Sabes Joaquín, en estos días de encierro, me he dado cuenta de que extraño muchas cosas de mi vida, menos mi trabajo. Aunque entiendo que salvo vidas, desde hace un tiempo he estado sintiendo que lo que hago no me llena como antes, ni el hecho de conocer personas nuevas en el hospital, ni la alegría que me daba al lograr realizar una operación complicada con éxito, ya mi trabajo no me emociona como antes.

  • ¡¿Pero, si te veías feliz y muy realizada?! dice Joaquín,
  • Si, lo sé, pero últimamente no he sentido que puedo ser yo misma, siento que estoy viviendo lo que los demás quieren y no lo que me hace feliz, ¿sabes? antes del accidente, incluso estuve considerando en renunciar a mi empleo en el hospital y estudiar pintura con los ahorros que tengo. Pero tengo miedo de que no funcione.

-Bienvenida al mundo de los adultos, responde Joaquín, muchas personas pasan por este tipo de crisis, solo recuerda que yo te apoyo en lo que a ti realmente te haga feliz, por ahora lo que te puedo decir es que intentes de darte ese espacio de experimentar lo que te gusta, por ejemplo inscribiéndote en un curso de pintura, trata de aprovechar tu vida, pero que sea la tuya, no tienes porqué vivir pensando en lo que los demás piensen, igual críticas siempre vas a tener. ¿Tu familia sabe esto?

-Mjm, mi familia, aún no les he dicho, ellos siempre me presionaron para que estudiara algo que “de verdad valiera la pena”, nunca les pareció que yo quisiera dedicarme a la pintura, es más, dudo mucho que ellos realmente crean que puedo llegar lejos en lo que yo quiera y no solo en lo que ellos dicen.

-Amiga, desde que te conozco siempre has logrado cosas maravillosas, que muchos nunca soñarían en lograr, por ejemplo: te graduaste con honores de la universidad, desde que estudiabas en el colegio, estabas entre las mejores, conseguiste convertirte en directora del hospital más prestigioso de la ciudad, ¿en serio crees que necesitas que tu familia, o cualquier otra persona te diga hasta dónde puedes llegar?

-!Es que no lo sé¡ responde Marina, supongo que nunca en mi vida, me permití soñar con salir del molde que mi familia quería que siguiera, pero ya me harté, ahora quiero aprender a conocerme, ser yo misma, estén de acuerdo todos ellos o no.

-Bueno, responde Joaquín “como te decía ya te apoyo !EN LO QUE A TI TE HAGA FELIZ¡, pero por ahora trata de recuperarte y piensa en los recursos que tienes y con eso construir lo que realmente quieres.

Gracias Joaquín, se siente bien no estar tan sola. Ahora el problema es que no sé ni por dónde comenzar. Jajaja.

A la mañana siguiente, Alicia llega a visitar a Marina.

Hola Marina, ¿cómo estás?, mira te traje una lasaña de carne, para alegrarte un poco.

Hola Alicia, muchas gracias, no te hubieras molestado.

Joaquín me comentó de tu problema y vine a ver si podía ayudar en algo, pero antes dime una cosa, ¿estás segura de que ya no quieres seguir trabajando de médico?.

Aún no estoy segura, pero casi puedo decir que si.

Ok, responde Alicia, por ahora vamos poco a poco, yo tengo una amiga que da clases de pintura, si quieres te doy su número y agendas una clase con ella, si te gusta, te quedas, si no, buscas otra opción.

Gracias Alicia, voy a llamarla ahora mismo, si no, yo sé que no lo voy a hacer nunca.

Entonces Marina, agarra su celular y llama a la amiga de Alicia.

  • Buen día, mi nombre es Marina y quería saber ¿cuánto cuestan las clases de pintura?
    -Buen día señorita, por ahora la primer clase es gratis, las siguientes serían $120 al mes.
    -¿$120 al mes?, muy bien, y ¿cuál sería el horario?
  • las clases generalmente las doy una vez por semana, podría ser fin de semana o los días miércoles, en la mañana.
    -Muchas gracias responde Marina, solo que por ahora no me puedo mover mucho de mi casa.
  • No se preocupe, yo puedo llegar a su casa a darle las clases.
  • Ok, muchas gracias, ¿tiene tiempo este sábado en la mañana?
    -Si claro, podría llegar a las 9:00 a.m.
    -!Perfecto¡ a esa hora está muy bien
  • Muy bien, nos vemos el sábado, a las 9:00 a.m.
    -Muchas gracias, responde Marina

-Bueno, dice Marina suspirando de alivio, por ahora vamos a ver cómo me va el sábado,
-Me alegro, dice Alicia, me cuentas cómo te va.
-Gracias Alicia.
-Con gusto Marina, responde Alicia, ya sabes que no estás sola. Joaquín y yo estamos para ayudarte a encontrarte de nuevo.

Al final el sábado llegó, Marina estaba muy entusiasmada por la clase de pintura que recibiría,

-Buen día señorita Marina, mi nombre es Luisa, yo seré su maestra de pintura
-¡Buen día!responde Marina alegremente, ¿Estaría bien si recibimos la clase aquí en la sala?
-Si, responde Luisa con una sonrisa agradable, podemos tener la clase en donde usted se sienta más cómoda. Normalmente no soy tan exigente en ese sentido. Lo que si quisiera es que me comentara a grandes rasgos, ¿qué le gustaría aprender conmigo? ¿qué le gustaría pintar?

-Uy, realmente no lo he pensado, me gustan muchas cosas, aunque honestamente, aún no sé nada de pintura.

  • Muy bien, no hay problema, podemos comenzar con cosas básicas entonces. Por ejemplo: podríamos comenzar por aprender a dibujar figuras geométricas simples y de ahí vamos a ir sacando otras figuras como frutas, etc.
  • Ok, por el momento vamos a dibujar en el lienzo?
  • Si, vamos a comenzar dibujando con lápiz y luego vamos a ir pintando.
    -Ok, la verdad es que en dibujo no me va muy bien pero al momento de pintar si logro combinar bien los colores,
    -No se preocupe, vamos a ir despacio, verá que poco a poco se puede mejorar.
    -Gracias, ¿podríamos comenzar?
    -Si claro, comencemos por hacer círculo, por ahora trate de hacerlo lo mejor posible, no importa cómo quede porque vamos comenzando.
    -Ok. ¿Así está bien?
  • Si, vamos bastante bien. Ahora, vamos a tratar de realizar otros trazos sobre el círculo para poder formar una manzana,
  • Ok,

Dos horas después, Marina y Luisa acordaron seguir con las clases los sábados a las 9:00 a.m.

  • Muchas gracias, la verdad me parecen muy interesantes las clases, ¿estaría de acuerdo en recibir las clases todos los sábados a las 9:00 a.m.?
  • Si, los sábados podemos continuar las clases sin ningún problema, también necesito aclararle que cada persona tarda su propio tiempo, no se presione porque no es necesario correr tanto.

-Ok, muchas gracias.

Un mes más tarde, hubo algunos recortes de personal en el hospital donde trabajaba Marina y la despidieron, lo cual generó muchos sentimientos encontrados en ella, ya que por una parte se sintió aliviada de no seguir desempeñando el trabajo que tenía pero al mismo tiempo sentía miedo de que lo que su familia fuera a pensar, principalmente de ella, ya que tanto sus 2 hermanos menores como sus padres habían sido médicos exitosos a lo largo de su vida y ninguno de ellos había tenido ese “tropiezo”.

Al día siguiente Fernando y Paulina, los padres de Marina fueron a visitarla de sorpresa a su casa.

  • !Mamá, Papá¡ !¿Qué hacen aquí?¡ Dice sorprendida Marina,
  • Ay hija, qué recibimiento es este, solo queríamos venir a verte porque te extrañamos.
  • No mamá, no me mal entiendan, es que me tomaron de sorpresa, pero me alegra que estén aquí.
    -Gracias hija, a nosotros nos agrada verte también.
  • Ahora cuéntanos ¿Cómo te ha ido en el trabajo?
    -Eeee bien, soy directora del hospital y me mantengo bastante ocupada.
    -!Excelente¡ sabíamos que podrías sobresalir en medicina, qué bueno que te olvidaras de esas cosas de pintura que tenías antes.
    -Ay mamá!
    -¿Qué? Solo te decía mi humilde opinión.
    -Bueno,¿hija, porqué no mejor nos llevas a un lindo lugar a pasear? Tu sabes, para poder convivir un poco.
    -Si papá, conozco un precioso parque donde podemos caminar y así me cuentan cómo están las cosas en casa.
    -Bueno idea, así nos despejamos un poco.

Después de un rato caminando en el parque Marina y sus padres llegan a una galería de arte que es muy famosa en la ciudad donde vive Marina, de pronto Fernando sugiere que entren a la galería a ver un rato, a lo que Marina acepta contenta pero Paulina solo entra por no quedarse sola afuera.

Fernando: ¿Sabes algo Marina? Siempre me he preguntado ¿porqué no tratas de aprender algo de pintura? Tù sabes, en tu tiempo libre.
Marina: Pues, no lo sé, creo que no tengo tiempo aún, tal vez cuando me jubile.
Paulina: ¡Ay Fernando! No me digas que quieres alentar esas pérdidas de tiempo, si Marina necesita dedicarse a una verdadera carrera para vivir. Ella tiene que ser igual a sus hermanos. Todos exitosos.
Marina: Cuando no mamá, no vas a cambiar nunca verdad, pero igual si me dedicara a la pintura, lo haría por mi cuenta, no te preocupes, no necesito de tu aprobación.
Paulina: Ay Marina, yo solo quiero tu bien, no es para que te ofendas por cada cosa que te digo.
Fernando: Bueno, mejor cambiemos de tema, antes de iniciar otra guerra entre ustedes. Marina, ¿cómo han estado tus amigos de siempre ? Joaquín y Alicia creo que se llaman?
Marina: Bien gracias papá, Joaquín trabaja de abogado en una firma muy importante y Alicia recientemente abrió su propio restaurante.
Paulina: ¡Excelente! Recuerdo que ambos fueron siempre buenos amigos tuyos.
Fernando: ¡Qué bien¡ creo que sería bueno ir al restaurante de Alicia un día, tu sabes, para darle suerte, además creo que sería bueno saludarla, después de todo la conocemos desde que estaban en secundaria.
Marina: Si quieren podríamos cenar allá hoy, el restaurante está a una cuadra de aquí, podríamos ir caminando incluso.
Fernando: Excelente idea, ya tengo hambre, me vendría bien una buena cena.

Después de un rato caminando, Marina y sus padres llegan al restaurante Las delicias de Alicia, el restaurante de la amiga de Marina y luego de un rato, Paulina entra al tocador y Fernando se queda en la mesa a solas con Marina.

Fernando: Muy bien hija, ¿Qué te sucede? Tu no tiendes a ser tan callada y distante.
Marina: Mmm no papá, no me sucede nada.
Fernando: Hija, te conozco, además veo que tienes una cicatriz en tu frente, que antes no tenías. Eso sin mencionar que me encontré con los padres de Alicia y me comentaron que tuviste un accidente. Hija, tú sabes que siempre estoy para ayudarte ¿Porqué no me avisaste?
Marina: Lo siento papá, no quería preocuparte, la verdad es que me atropellaron hace unos meses, pero ya estoy recuperada, y con respecto al trabajo, ay no sé cómo decirlo..
Fernando: Me alegra que estés mejor, tu solo cuéntame que sabes que te amo pase lo que pase.
Marina: Bueno.. la verdad es que.. Me despidieron ayer.
Fernando: Pero, ¿Estás bien? ¿No necesitas ayuda? Yo podría hablar con algunos contactos para colocarte en otro hospital. No te preocupes, estas cosas ocurren, si supieras todas las veces que yo he tenido que pasar por crisis así, pero ya verás que después todo se arreglará. Yo aquí estoy para cuando me necesites, sabes que para eso tienes a tu padre.
Marina: Gracias papá, de hecho, desde hace un tiempo ya no me he sentido igual, ya no disfruto mi trabajo como antes, me siento como estancada.
Fernando: Bueno hija, eso es parte de crecer, a veces hay circunstancias que nos ayudan a encausar nuestra vida por el camino que debe ir. No te preocupes, no es nada extraño lo que sientes, lo que si quiero es que te permitas hacer lo que a tu corazón haga feliz.
Marina: Gracias papá, de hecho lo del despido no es tan malo, te cuento que estoy recibiendo clases de pintura.
Fernando: ¡Excelente! !Me alegra mucho¡ Aún recuerdo cómo se te iluminaban los ojos cuando dibujabas o pintabas, cuando eras pequeña. Siempre me pareció extraño que no te dedicaras a eso. Pero no dije nada porque quería que tú te convencieras para que te dedicaras a lo que realmente querías.
Marina: ¿No te molesta? ¿No te decepcionaste de mí?
Fernando: Hija, yo nunca me decepcionaría de algo que te haga feliz. Como te digo, yo solo quiero tu felicidad, ahora a tu madre si aún no quieres comentarle nada, si quieres déjamela a mí que yo te ayudo con ella.
Marina: No papá, gracias pero creo que esperaré para comentarle, tu sabes que ella estas cosas no las tolera mucho que digamos.
Fernando: Hija, sé que tu madre es algo dura a veces pero en el fondo ella te ama mucho y quiere que tengas todo lo que necesitas para cuando nosotros ya no estemos aquí.
Marina: Si papá, lo sé, solo que a veces quisiera saber si realmente algún día voy a ser suficiente para ella, es que de verdad parece que nada de lo que hago le parece.
Fernando: Tú no te preocupes por ella, al final aunque parezca dura, ella te ama y sabrá entender lo que tú elijas. Solo ten paciencia.
Paulina: Uy! Pero cuánta gente había en el tocador¡, pensé que nunca saldría de ahí.
Fernando: Bueno, ya que los tres estamos aquí, ¿qué les parece si pedimos algo de cenar?.
Paulina: Si, buena idea porque ya tengo hambre y no quiero que se tarden demasiado con la comida.
Marina: Ee, señor, disculpe, nos podría atender por favor?
Mesero: Si, con gusto, Bienvenidos a Las delicias de Alicia, mi nombre es Mauricio y los atenderé esta noche, ¿ya decidieron qué desean ordenar?
Paulina: Si, yo quiero una ensalada César con el aderezo a un lado.
Fernando: Yo quiero un lomo asado, término medio con papas fritas.

De pronto el mesero, voltea a ver a Marina y le pregunta ¿ señorita usted qué desea ordenar?, de pronto Paulina responde- A ella tráigale una ensalada también, le hace falta bajar algunos kilos.
Marina: !Mamá¡ ya te he dicho que no me gusta que ordenes por mí, gracias señor, yo quiero una pasta con salsa Alfredo y un filete de pescado asado.
¿Y de beber? ¿Qué desean?, pregunta el mesero.

Fernando: Yo deseo una cerveza,
Paulina: A mi tráigame una limonada con soda
Marina: Yo quiero una naranjada con agua normal.

Muy bien, contesta el mesero, en seguida les traeré sus bebidas, mientras tanto gustan que les traiga un plato de entrada antes de traer la comida?

Marina: No, gracias creo que así estamos bien.

Muy bien, en seguida les traigo sus órdenes.

Fernando: Gracias caballero.

Después de un rato, comiendo y charlando, Marina y sus padres deciden regresar a casa. En eso Paulina comienza de nuevo a criticar a Marina.

Paulina: Marina, cuándo se te va a quitar esa costumbre de desafiarme!, yo soy tu madre y sé lo que es bueno para ti.
Marina: Ay ya mamá, no fue para tanto, además te he dicho que ya estoy lo suficientemente grande para decidir por mí misma lo que quiero comer y lo que no. Tu sabes que jamás me han gustado las ensaladas. Además, no soy obesa por Dios¡, No necesito torturarme a cada momento para contar las calorías que consumo.
Paulina: ¿¡Aa No!? Entonces ¿Qué son estas lonjas que veo aquí?, deberías de ser como tu hermana, ella siempre hace ejercicio y siempre la vez en forma.
Marina: Claro, como ella siempre fue tu favorita, pero yo nunca fui suficientemente buena.
Paulina: ¡Marina! ¡No me hables así que soy tu madre!
Marina: ¡Ya lo sé! ¡Siempre me lo restriegas en la cara! De verdad crees que soy tonta o qué¡ !Ya entiende¡ !Yo nunca voy a ser como mi hermana¡ Yo no necesito ser mi hermana¡ !y tampoco necesito ser doctora para ser feliz¡
Paulina: ¡¿Qué quieres decir Marina?!
Marina: Que ya no estoy trabajando en el hospital y no me interesa si te parece o no.
Paulina: ¿qué, qué? No es posible Marina, ¡Fernando dile algo a tu hija! ¡Va a destruir todo lo que hicimos por ella!
Fernando: A mi ni me metan, yo no tengo vela en ese entierro. Además es la vida de Marina, ya va siendo hora que la dejes un poquito en paz, ¿no crees?
Paulina: No lo puedo creer Marina, eres una mal agradecida, después de todo lo que me esforcé para hacer de ti alguien de éxito, y ahora que no tienes trabajo ¿qué vas a hacer? No me digas que te vas a dedicar a pintar. Te vas a morir de hambre, pero ahora yo ya no te voy a sacar de esta.
Marina: Sabes mamá, como te dije antes, no necesito que sigan decidiendo por mi lo que debo o no debo hacer. Por mi, si tu no quieres apoyarme para que sea feliz, mejor quédate con tus otros hijos ya que yo jamás hice nada bien, según tu.
Paulina: Bueno, si eso es lo que piensas, no me quedaré a soportar que me faltes al respeto, a partir de ahora ya no seguiré preocupándome por tu felicidad, ya que ni si quiera te preocupas por agradecer.
Fernando: Marina, Paulina, ya cálmense, ambas son adultas, reaccionen, no van a dejar de hablarse por algo que puede pasarle a cualquiera.
Marina: Lo siento papá, pero ya esto harta de que mi madre nunca aprecia lo que hago, y si ella no entiende pues ella decide si me saca de su vida o no.
Paulina: Bueno, ya que así están las cosas, lo mejor es que nos vayamos, Fernando, mete las cosas al auto, nos vamos enseguida de aquí.
Fernando: Será que te vas tu Paulina, yo no quiero dejar así a mi hija. Realmente tu no eres la que estás sufriendo con todo esto, para ella también es difícil.
Paulina: ¡Ay claro! ¡Ahora la mala soy yo! Pues bien, si tu no te vas, yo si me voy. Te espero en la casa. Si es que tu no decides abandonarme como la insensata de tu hija.
Fernando: Ten cuidado en el camino, Nos vemos en casa.
Paulina: y tú ingrata, no esperes saber de mi nunca más.
Marina: Adiós Paulina. Que tengas una linda vida.

A la mañana siguiente, Fernando y Marina estuvieron charlando unas horas sobre lo sucedido entre Marina y Paulina. En medio de la charla Fernando decide contarle a Marina, ciertas cosas sobre Paulina, con la esperanza de que eso ayudara a calmar las aguas.

Fernando: Buenos días hija, ¿cómo estás? ¿Ya estás más tranquila?
Marina: Si papá, anoche no pude dormir muy bien pero hoy ya estoy un poco mejor. ¿Y tú? ¿Cómo estás?
Fernando: Bien, aunque necesito hablar contigo. Necesito que sepas algunas cosas que creo que son importantes.
Marina: Bueno, te escucho papá, solo déjame que termine de preparar el desayuno y mientras comemos podemos charlar.
Fernando: Está bien, ¿necesitas ayuda con algo?
Marina: No gracias papá, tu solo siéntate tranquilo que yo termino con el desayuno.
Fernando: Ok.

Después de unos minutos, Marina termina de cocinar unos huevos revueltos con pan tostado y salsa para desayunar con su padre y después, Marina le pregunta a Fernando – Bien papá, ¿Qué era lo que querías contarme?, Siéntate un momento hija, dice Fernando, ¿Alguna vez trataste de pensar por qué es que tu madre siempre fue tan dura y exigente? Digo, no voy a justificar lo que ella ha dicho desde que tu tienes memoria, pero quisiera que trataras de pensar un poco en eso. Mmm no papá, dice Marina un poco molesta por lo que decía Fernando, Verás hija, tu madre no siempre fue así. No claro, si con mis adorables hermanos no era así. Déjame terminar hija, por favor, entiendo que estés molesta pero trata de escuchar antes de responder.

Lo siento papá. Continúa.

-Pues verás hija, cuando tu madre era joven, siempre supo que quería ser médico, pero en su familia, nunca tuvo a nadie que la apoyara, ella venía de una familia donde todos eran abogados y como ella era la mayor de 4 hermanos, pues todos esperaban que ella, más que todos sus hermanos, entrara al negocio de la familia. Pero ella nunca quiso, entonces su familia completa la rechazó a tal punto que ninguno de ellos le habla desde que se graduó de la universidad.

-¿! Estás seguro de que estás hablando de mi madre¡? Dice Marina sorprendida por lo que escuchaba.
-Si, dice Fernando, tu madre luchó mucho sola para llegar a donde ella está, y cuando nacieron tu y tus hermanos, ella trató de darles lo que ella no tuvo, la oportunidad de que ustedes estudiaran sin tener que hacer todos los sacrificios que ella misma hizo.
-Entonces, ella debería de entender lo que yo siento. ¿Si a ella le hicieron eso, porqué insiste en hacerme la vida imposible a mi? Dice Marina, aún herida por la discusión con su madre.
-Bueno, yo te lo comento porque deseo que trates de ver que no es que tu madre no te quiera, es que tiene miedo de que tu y tus hermanos pasen por las privaciones que ella pasó por lograr lo que ella quería. Tal vez en su afán de protegerlos, terminó haciendo lo mismo que le hicieron a ella, pero no fue con la intensión de hacerles daño. Dice Fernando, mientras intenta que Marina entre en razón.

Después de unas horas hablando Fernando decide empacar sus cosas y regresar a la casa donde vive con Paulina.

Dos meses después, María José, la hermana menor de Marina la llama para comentarle una mala noticia sobre Paulina.

Aló? María José? Dice Marina extrañada,
Hola Marina, si soy yo, María José, tu hermana, llamo para comentarte algo sobre mi mamá, Mjm, dice Marina molesta, de seguro que te comentó la pelea que tuvimos hace unos meses, mira si es para reprocharme que me llamas mejor ahórratelo.
-Pues, lamento decepcionarte pero no es por eso que te llamo. Es sobre mi madre, está muy enferma.
-¿Mi madre? Dice Marina sorprendida, ¿Pero, qué le sucede? Cuando vino hace unos meses con papá, estaba muy bien.

  • Desde hace dos semanas que ha estado teniendo muchos desmayos, llegamos al punto de tener que llevarla de emergencia al hospital, le hicieron unos exámenes y el doctor que la atendió, dice que tiene un tumor en el cerebro. La van a operar.
    -!Un tumor¡ ¡Cómo pasó! Si ella siempre fue muy sana. Dice Marina asustada.
    -Si, un tumor, el doctor dice que puede ser maligno, pero aún falta que le puedan hacer unos análisis para estar seguros de si es maligno o no. Mira, el punto es que necesitamos que vengas unos días ayudarnos a cuidarla, yo lo haría pero tu sabes que trabajar en un hospital te absorbe mucho tiempo.
  • Mira María José, por mi yo iba a cuidarla, pero el caso es que no sé si ella quiera recibirme, tu sabes, por la pelea que tuvimos.
  • Me imagino que tuvo que ser algo muy fuerte, pero sigue siendo nuestra madre y ahora te necesita.
    -Aunque si no puedes, pues, tendremos que ver qué hacemos nosotros.
  • No te preocupes María José, yo voy a cuidar de ella. Ahora arreglo mis cosas y llego a la casa de mis padres, ¿En qué hospital está internada?
    -En el hospital Saint Davis, es el mejor hospital de esta ciudad.
    -OK, ahora empaco mis cosas, y nos vemos allá
    Gracias Marina, y no te preocupes, no creo que mi madre no quiera recibirte. Después de todo, estos días antes de enfermar estuvo hablando mucho de ti.

Después de hablar con María José, Marina prepara una maleta con toda la ropa y demás cosas que pudo y llamó a un taxi que la llevó directamente al hospital donde estaba su madre y se encuentra con Fernando, su padre que estaba cuidando a su madre en lo que ella llegaba.

-Hola papá, dice Marina angustiada, ¿Qué pasó? ¿Cómo está mi mamá?
-Mal hija, dice Fernando, los doctores la mantienen sedada porque además de los desmayos ha estado teniendo muchos dolores de cabeza, demasiado intensos. ¿Y tú, ya te instalaste en la casa?,

No, decidí pedirle al taxi que mejor me trajera directamente para acá, para poder ver a mi madre. Tú tranquilo ¿ya comiste? ¿Lograste descansar un poco?

No, dice Francisco, la verdad es que no logré pegar un ojo anoche, tu sabes, por cuidar a tu madre.

-bueno papá, no te preocupes, ahora que yo estoy aquí, mejor ve a descansar a la casa y come algo, mejor cuídate porque no sería nada bueno que tú también te enfermes.

Si hija, dice Fernando mientras bosteza, creo que mejor iré a cambiarme a la casa, aprovechando que estás aquí. ¿No prefieres que me lleve tus cosas? Para acomodarlas en la habitación de huéspedes,

No te preocupes papá, yo las llevo después, por ahora necesito que vayas a comer y descansar, yo me encargo de mi mamá y después pido que lleven mis cosas a la casa.

Después de unas horas, Paulina logra despertar y se encuentra con que Marina está con ella en la habitación del hospital.

Marina? ¿Qué haces aquí?¿ Dónde estoy? Dice Paulina con dificultad.

Hola mamá, tranquila, estás en el hospital, te desmayaste y te trajeron de emergencia. Contesta Marina.
-Hija perdóname por lo que te dije, no debí ser tan dura contigo.
-Tranquila mamá, ahora no es momento de hablar de eso, mejor descansa, trata de recuperarte.
-Hija, no sabes cuánto te he extrañado. De verdad perdóname.
-tranquila mamá, dice Marina mientras sostiene la mano de Paulina, tu descansa. Necesitas todas tus energías para recuperarte. Por mi no te preocupes que vine a cuidarte.
-Me duele mucho la cabeza, dice Paulina mientras intenta tocarse la cabeza con la mano.
-Es que los doctores encontraron un tumor en tu cerebro, eso puede estarte provocando los dolores, ¿quieres que llame a una enfermera para que te dé algo para el dolor?
-No hija, gracias, mejor ayúdame a cambiar de posición, creo que eso me ayudará un poco. Dice Paulina con voz débil y fatigada.

Muy bien mamá, déjame ayudarte a levantarte un poco. Despacio, trata de no esforzarte mucho.

Listo, ¿así estás mejor?.

Si, un poco, gracias hija.

Bueno, ahora trata de descansar un poco, ¿ quieres que te dé agua?
No gracias, por ahora mejor voy a dormir un poco. Gracias. Dice Paulina mientras Marina trata de terminar de acomodar la almohada.

De nada mamá, tu tranquila, yo estoy contigo para lo que necesites, dice Marina.

Después de unos minutos, Paulina logra dormirse de nuevo, de pronto Marina decide descansar un poco también, ya que estaba cansada por el viaje.

Unas horas después, llegó Alberto, el otro hermano de Marina y cuando la vio en la habitación, explotó de ira y comenzó a gritarle a Marina.

!¿Qué haces aquí¡? Tu no deberías de haber venido¡ después de la forma tan desgraciada como trataste a mi madre!

Tranquilo Alberto! Vine porque María José me llamó y me dijo que necesitaban a alguien que cuidara a mi madre. Ahora por favor !ya deja de gritar¡ ! Vas a despertar a mamá ¡

!Tu no me vas a decir lo que tengo que hacer¡ !cómo te atreves a venir¡ ! Ya lárgate! ¡Mi madre no te necesita! Grita Alberto, mientras golpea intensamente la pared de la habitación.

De pronto, al escuchar el escándalo en la habitación de Paulina, llega una enfermera e intenta calmar a Alberto. Después de unos minutos, Marina decide irse mejor, para evitar más problemas en el hospital, entonces Alberto se quedó cuidando de Paulina.

A la mañana siguiente, Fernando llegó a tratar de calmar a Alberto para que pudiera estar en paz con Marina, ya que ella era la única que iba a poder cuidar de Paulina mientras los demás trabajaban.

Esa misma tarde, Alberto y Marina se sientan a charlar en la casa, con Francisco, que trata de mediar entre ambos para que las cosas no se salgan más de control.

Después de unas horas hablando, Alberto y Marina logran organizarse para no tener que hablar mucho entre ellos y así los dos podían ayudar a cuidar a Paulina hasta que ella se lograra recuperar.

Con forme los días pasaron, los 3 hermanos lograron convivir sin tanto conflicto, y Alberto logró comprender que la pelea entre Paulina y Marina fue un mal entendido nada más, lo cual contribuyó a que ambos pudieran estar más tranquilos.

Después de un mes en el hospital, los doctores lograron determinar que el tumor de Paulina no era maligno y la lograron operar para poder extraerlo sin provocarle mucho daño. Aunque después de salir del hospital Paulina aún necesitó cuidados de sus hijos y esposo.

Cuando Paulina se recuperó, Marina regresó a su casa, en donde descubrió que en una universidad local estaban dando becas para estudiar dibujo y pintura, y después de pensarlo un poco, se atrevió a aplicar y consiguió la beca.

5 años después, Marina logró graduarse de su licenciatura en pintura y logró abrir su propia galería, en donde comenzó a exponer sus propias creaciones, además de las obras de otros artistas tanto locales como extranjeros.

Con los años, Paulina y Marina lograron mejorar su relación ya que Paulina llegó a entender que cualquier carrera a la que se le dedique trabajo duro y pasión puede ser muy exitosa, también Marina, logró aprender a incluir a su madre en su vida, sabiendo que no tenía que complacerla en todo para poderse llevar bien con ella.

Vivian Lucía Rivera Marroquín