Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín.
Hace muchos años existió un pequeño y hermoso pueblo llamado Luz de la montaña, en él vivía Chicle, un niño dulce y muy activo, que cursaba más o menos el primer año de primaria, al inicio sus maestros y amigos de la escuela lo adoraban pero tenía un ligero problema, le tenía terror a los dragones imaginarios.
Chicle pasó mucho tiempo luchando contra su miedo, pero lo peor de todo era que se sentía muy sólo, ya que como los dragones a los que él temía eran imaginarios, ningún adulto los podía ver, así que sus padres constantemente lo regañaban, porque no le creían y pensaban que él inventaba todo para llamar la atención.
Un día, mientras estaba en la escuela, tuvo un ataque de pánico tan intenso que de la nada pasó de jugar pelota tranquilamente, a gritar y correr por todo el patio de la escuela, hasta que unas maestras lograron atraparlo y llevarlo a la dirección.
Ya estando ahí Chicle les dijo a sus maestras y al director del colegio que estaba asustado porque había visto un dragón imaginario morado y gigante, que volaba directo hacia la escuela.
En cuanto intentó seguir explicando el señor Robinson, el director de su escuela, azotó un pisapapeles en contra de su escritorio y gritó !Silencio niño mentiroso¡ ¿Qué en tu casa nunca te enseñaron que inventar mentiras es malo? Desde ahora quedas castigado sin poder salir de la clase durante los próximos 3 meses, sólo así aprenderás a no seguir inventando estos disparates.
Además, dijo la señorita Flora, quien era la maestra de Chicle, tendrás que escribir en tu cuaderno 200 veces “No debo inventar mentiras para llamar la atención”
Pero, ¿Porqué me castigan tanto? !Si es cierto que los dragones existen¡ ¡No me estoy inventando nada! ¡Ellos atacarán la escuela!
¡Silencio! Si no quieres que te aumente el castigo, deja de decir esas payasadas.
Después del regaño de sus maestras y el director, Chicle salió muy triste y fue directamente a su salón ya que el recreo estaba por terminar.
Cuando ya iba llegando al salón, se le acerca George, el conserje de la escuela y le dice “Ven Chicle, necesito hablar contigo”
Chicle, como ya no quería tener más problemas, se acercó a donde estaba George y ambos comenzaron a hablar.
Verás niño, comentó George, estuve escuchando que le tienes miedo a los dragones imaginarios, yo sé de esas cosas, cuando yo tenía tu edad yo también les tenía mucho miedo, pero como solamente yo podía verlos, nadie me creía.
Durante años, estas criaturas han estado viniendo al pueblo pero solamente los elegidos pueden verlos.
Originalmente, los dragones eran pacíficos, siempre ayudaban a los niños cuando tenían algún problema que los hiciera sentir tristes o enojados, pero hace algún tiempo, llegó a la montaña Dragón una serpiente misteriosa, que los hipnotizó para que comenzaran a asustar tanto a los niños como a los adultos, y así poder controlar Luz de la Montaña, pero la malvada serpiente no contaba con que los únicos que pueden ver a los dragones son los niños, así que para reunir fuerzas para lograr que los adultos también puedan ser asustados por los dragones, ella elige ciertos niños para asustarlos y alimentarse de su miedo y su soledad.
¿Y cómo logramos derrotar a la serpiente?
Mmm, no será nada fácil, hasta donde sé, lo único que puede derrotar a la serpiente es que un niño, vaya a la montaña dragón y logre quitarle sus ojos, sólo así se podrá liberar a los dragones.
¿Y usted cree que yo pueda derrotar a esa serpiente?
¡Claro mi querido niño! Tú tienes un corazón valiente dentro de ti, solo necesitas dejarlo salir un poco, además no estarás solo, yo iré contigo y juntos derrotaremos a esa malvada.
Gracias, pero no creo poder con esa gran tarea, para comenzar ni siquiera sé cómo llego a la montaña dragón, solamente soy un niño miedoso.
No te subestimes, amigo, yo te ayudaré, no estás solo.
Bueno, si en serio queremos hacer esto, será mejor que empecemos nuestro camino.
Chicle y George salieron de Luz de la montaña en una nave invisible.
Después de más o menos 20 minutos de camino, ambos héroes llegaron a montaña dragón y al momento de aterrizar chocaron con una piedra gigante y ambos salieron disparados de la nave.
Milagrosamente, ninguno se lastimó muy seriamente, así que después de unos minutos se levantaron y comenzaron a buscar a la serpiente.
Bueno, antes de buscar a nuestra enemiga necesitamos ir a la cueva de los misterios mágicos y encontrar la espada del rayo solar, ya que sólo con ella podremos quitarle los ojos a la malvada serpiente.
¿Y en dónde está esa dichosa cueva? Pregunta Chicle con una cara de miedo y desconsuelo.
Según recuerdo, la cueva está del otro lado del Río encantado, pero tendremos que cruzar el bosque de los temores ocultos para llegar.
!Ay No¡ exclama Chicle mientras trata de salir corriendo de regreso a la nave destruída.
Le dije que soy un niño muy miedoso, yo no puedo con tantas cosas al mismo tiempo, dice Chicle mientras salen lágrimas por sus ojos.
Tranquilo Chicle, no te preocupes, ya no llores, todos le tenemos miedo a algo, pero confío en ti.
Usted no me conoce, pero gracias.
Ahora, vamos a seguir el camino para terminar la misión lo más pronto posible.
Después de esa conversación ambos personaje emprendieron camino hacia el bosque de los temores ocultos.
Justo antes de llegar a su destino Chicle y George se encontraron con un castillo hermoso, parecía hecho de dulces y pasteles.
El castillo eran tan hermoso y gigante que Chicle salió corriendo hasta la entrada e intentó tomar un pedazo de la puerta para comérselo.
De pronto, George escucha que alguien grita cerca de ellos pero no logra ver a nadie.
Después Chicle reaccionó y escuchó que alguien gritaba desde el castillo.
—!Auxilio¡ !Estoy encerrada! ¡Auxilio!—
Al escuchar los gritos tanto George como Chicle se apresuraron a entrar al castillo y ya habiendo logrado su cometido, comenzaron a gritarle a la voz !¿Dónde estás?¡ !¿Quién eres?¡
!Ayuda¡ !Estoy encerrada en la cocina¡ !Sáquenme de aquí¡
Tranquila, te ayudaremos, sólo resiste, vamos por tí, grita Chicle, mientras buscaban la cocina.
Después de un rato de caminar por la casa, por fin llegaron a la cocina y adentro había un hada encerrada en una jaula que parecía de hielo.
!Auxilio¡ !La bruja me quiere comer¡ decía el hada con una voz dulce pero muy asustada.
Tranquila pequeña, te sacaremos de ahí, no tengas miedo.
Chicle y George batallaron mucho para poder ayudar al hada, hasta que después de muchos intentos el hielo de la jaula se derritió y lo suficiente para que ella pudiera salir.
!Gracias por sacarme amigos¡ Al fin puedo salir de aquí para regresar a casa.
De nada, responde Chicle, me alegra que pudieras salir, ahora sólo por curiosidad ¿Cómo te llamas? ¿Dónde vives?
Me llamo Flamina, soy un hada del bosque de los temores ocultos, pero no se preocupen, soy un hada buena, no les haré daño, es más puedo ayudarlos en muchas cosas, gracias a mis poderes mágicos.
Gracias Flamina, yo me llamo George y este amiguito por aquí se llama Chicle, vamos en busca de la serpiente que hipnotizó a los dragones imaginarios.
¿Buscan a la serpiente? Eso suena peligroso y difícil, yo conozco perfectamente bien toda la montaña, puedo acompañarlos si quieren.
Gracias amiga, responde Chicle con una sonrisa tierna clásica de un niño de 7 años.
Después de un rato todos salieron rápidamente del castillo y se dirigieron al bosque.
Mientras caminaban Flamina dispuso contarles su historia.
Verás, yo soy un hada recolectora de polen, vivo entre las nubes del cielo sobre el bosque de los temores ocultos, un día estaba buscando a mi conejo Pecas, que se escapó de mi nube.
Después de varios minutos caminando para encontrarlo me topé con un troll que me trajo aquí y me encerró en esta jaula para comerme después.
Por azar del destino, el troll se fue y ustedes llegaron y me liberaron.
Ahora que ya logré estar libre sólo quiero encontrar a mi mascota y regresar con mi hermana.
Nosotros somos humanos, técnicamente no tenemos poderes pero te podremos ayudar si nos dices cómo es Pecas, responde Chicle con un tono inocente.
Si señorita Flamina, nosotros podremos ser simples humanos pero con gusto la ayudaremos, si nos acompaña.
!Gracias chicos¡ se los agradeceré mucho.
Muy bien, ya que aclaramos todo, será mejor ponernos en marcha para cumplir con la misión.
Si señor George tiene razón, tenemos que continuar.
Después de una hora de estar caminando, los 3 amigos llegaron a la entrada del bosque de los temores ocultos.
Como era de esperarse, este lugar era muy oscuro y se veía muy tétrico.
—Eem, Flamina, sólo por curiosidad ¿Porqué le dicen el bosque de los temores ocultos? Preguntó Chicle mientras le temblaban las piernas sin parar.
— Aaa eso es muy fácil, porque dentro del bosque normalmente se encuentran los peores miedos de todos los humanos y criaturas mágicas, pero no se preocupen yo les ayudo a cruzarlo—
— !Ay no¡ !Ya no quiero¡ !Pido pelo¡ !Quiero a mi mami¡ grita Chicle muy asustado
—Tranquilo Chicle, aquí estamos nosotros contigo, no estás solo—
— Es que yo siempre he sido bien miedoso, con decirles que siempre duermo con lucecita de noche—
—¿Sabes Chicle? Cuando yo era chiquita les tenía mucho miedo a los duendes, hasta que un día mi papá me enseñó que los valientes no son los que no sienten miedo por nada, sino aquellos que se atreven a vencer sus miedos.—
— Eso sería para ustedes que tienen muchos, muchos poderes, yo soy sólo un niño miedoso—
—A ver, crucemos el bosque y vas a ver lo que te digo—
Los jóvenes aventureros comenzaron su camino sin ninguna novedad aparente, hasta que de repente, se aparece un dragón imaginario gigante e intenta atacar a George, al ver esto Chicle tomó una corteza un árbol que estaba cerca de ahí y se fue encima del dragón, pero en ese exacto momento el dragón mágicamente se esfumó.
— ¿Y aquí qué pasó? — pregunta Chicle con cara de sorpresa
— Es que, el secreto de este bosque es que recrea los miedos que están en tu mente, o sea que cuando se te aparezca un dragón imaginario, sólo va a desaparecer en cuanto te acerques.—
— ¿Ahh? No entiendo, o sea que cuando yo trate de matar a los dragones ellos sólo se van a ir? —
—Si, exactamente, también puede pasar que cuando George se tope con algo que le dé miedo y trate de enfrentarlo, sólo va a desaparecer—
—- Ooo, jejeje !Eso me gusta¡ así los dragones feos no me van a matar, lero lero , jajajaja—-
Después de unos minutos de estar conversando, apareció una tarántula gigante, la cual en un dos por tres atacó a Flamina.
Al ver esto, George entró en pánico ya que él les tenía muchísimo miedo a las arañas, pero a pesar de todo, con la ayuda de Chicle encendió una rama gigante que había en el suelo y se la lanzó a la araña, y como era de esperarse, ésta desapareció mágicamente, antes que el fuego llegara si quiera a rozarla un poquito.
—!Wow¡ jamás pensé que alguien como yo pudiera hacer semejante hazaña, gritó George muy emocionadamente.—-
—Se los dije, respondió Flamina con una sonrisa inocente, cada criatura que nos topemos está en nuestra imaginación, no nos pueden hacer daño en realidad—
—Pero ¿Porqué no me atacó a mí? ¿Y porqué la araña no atacó a Chicle?— pregunta George con tono de curiosidad
— Es que, parte de la misión del bosque es que el que lo cruce logre aprender a vencer sus propios temores y normalmente una forma de lograr eso es activar el deseo de la persona de proteger a quienes ama—.
— Ok, interesante, ahora a mí me queda una enorme duda, ¿Porqué no apareció uno de tus miedos Flamina? Pregunta Chicle mientras señalaba a Flamina con sus dedos pequeños.
—- Eee, trataré de explicarlo lo más sencillo posible, lo que pasa es que yo soy una criatura de luz, técnicamente yo no existo en el mundo real, sólo existo en la mente de los que aún creen en la magia y la imaginación—
— Ay no te creo, a ver pero si nosotros podemos tocarte y verte, además de hablar contigo— dice Chicle mientras se ríe de lo que decía Flamina
—Es que estoy hecha de una mezcla de luz, sueños y polvo de hadas, eso me hace inmune a este bosque y ayuda a que los elegidos me puedan ver—
—Mmm digamos que te creo, responde Chicle, pero sólo porque ya me caíste bien, jiji—
Después de una hora cruzando el bosque de los temores ocultos, los curiosos héroes llegaron al río encantado.
Este río, era enorme, lleno de agua de arcoíris y muchos peces mariposa, los cuales además de nadar muy bien, a cada poco saltaban del agua y volaban alrededor de todo aquel que se acercara.
—!Wow¡ !Este río si está bien bonito! Grita Chicle con todas sus fuerzas , mientras levantaba los brazos y corría para meterse al agua.
!Alto Chicle¡ !Espera¡ !No podemos cruzar sólo así¡ Necesitamos buscar otra forma, gritó George de repente.
Tanto Flamina como George fueron a explorar la orilla del río, hasta que encontraron un gigantesco puente, que para mala suerte de todos, estaba totalmente roto.
Después de horas de buscar ramas y lodo, Chicle y George lograron construir un nuevo puente pero cada vez que trataban de cruzarlo, este se destruía.
Los cansados héroes pasaron horas tratando de pensar qué hacer, hasta que de pronto a Flamina se le ocurrió una brillante idea.
—A ver, ya que no hay forma de acomodar las ramas para reparar el puente o construir uno nuevo, hay que buscar otro material, me parece que hace unos años, una tía mía que es un hada artesana, me enseñó a construir puentes con piedras de mármol y magia, no es tan difícil, pero necesitaré que me ayuden a juntar algunas piedras de las que están en la orilla.—
—!Muy bien Flamina¡ !Yo te ayudo, soy el mejor recolector de piedras de todo el mundo¡ exclama Chicle, con una gran sonrisa en su inocente rostro.
Inmediatamente George y Chicle comenzaron a reunir piedras, pero justo cuando iban a tomar la tercera piedra, salta un duende del fondo del río ya les dice
—!Alto ahí¡ !Esas piedras son mías¡ Pero… se las puedo prestar con una condición.
—Perdón señor duende, no queríamos molestarlo, responde Chicle, de veras necesitamos esas piedras ¿Qué podemos hacer para que nos preste algunas?—
—Normalmente, exijo que a cambio de cada piedra que necesiten, deben responder una de mis preguntas, que debo decir son muy difíciles, no ha existido nadie que las resuelva todas—
—Muy bien señor duende, responde George, responderemos sus preguntas—
— Excelente, comencemos, aquí les va la primera ¿Cómo se llama las cosas de algodón que flotan libremente en el cielo y se vuelven grises y ruidosas con la lluvia?—
— !Esa está fácil¡ !Son las nubes¡ responde Chicle gritando de alegría.
— Muy bien, aquí tienen la primera piedra, dice el duende rechinando los dientes.
—Ahora les va la segunda pregunta ¿Qué es brillante, amarillo y solamente aparece de noche?
—Mmm, son las estrellas, me parece responde George
—No, esa no es la respuesta—
¿Pero cómo? ¿Si las estrellas brillan y salen de noche ?
—A ver, como soy generoso les daré otra pista, tienen alas y a ustedes les gusta atraparlas en frascos—
— Esa la sé, son las luciérnagas, responde George nuevamente.
—Muy bien, esa es la respuesta correcta, tomen la siguiente piedra.
— A ver, esta pregunta será difícil, así que pongan mucha atención, ¿Es un animal enorme y gris, tiene una nariz larga y tiene buena memoria?
—Fácil, es el elefante, responde Chicle.
—Muy bien, ustedes son más inteligentes de lo que pensé, aquí les va su siguiente piedra.
—Ahora, esta última pregunta es la más difícil de todas, ninguna criatura o ser humano que ha llegado aquí ha logrado responderla correctamente.—
— Oro no es, plata no es, el que no lo adivine muy tonto es—
— Esa está un poco difícil, ¿Quizás sea un anillo? Responde George—
—Mmm no, sigan intentando—
—A ver, dice Chicle, de casualidad no es el sol ?
— No, tampoco es esa, sigan pensando, jajaja—
— Es la arena, responde Flamina—
—¿Qué es eso?, No esa no es la respuesta, vamos piensen, ya están cerca de la meta.
— !Ya sé¡ responde Flamina, !Es el plátano¡
— Muy bien, con esta pregunta se ganaron la última piedra que van a necesitar—
—¿Qué? !Pero son muy pequeñas¡ grita Chicle muy enojado,
—Confíen en mí, sé lo que les digo, si saben usarlas bien, podrán lograr lo que quieren. Responde el duende, mientras desaparece lentamente en el fondo del río.
Después de este misterioso encuentro, los 3 amigos pasaron mucho tiempo descubriendo cómo usar las piedritas,
Hasta que por fin, después de tanto pensar, Flamina recordó que su tía le había explicado que con el polvo de hadas podía hacer crecer las piedras de mármol.
Así que sacó un pequeño saco de su vestido, que dentro contenía un poco de polvo de hadas, tomó una pequeña pizca y la esparció sobre las piedras.
Inmediatamente después, las piedras se volvieron gigantes y mágicamente se colocaron en el puente roto, logrando así reconstruirlo.
Ya con el puente reparado, los 3 cruzaron el río y siguieron su camino hasta que llegaron a la cueva de los misterios mágicos.
Ya estando frente a la entrada, Flamina misteriosamente desapareció, lo cual asustó tremendamente a Chicle y George, al punto que ambos corrieron por los alrededores de la cueva, pero al no poder encontrarla decidieron entrar sin ella.
En la cueva habían muchos túneles, algunos oscuros, algunos muy iluminados, lo cual asustó a Chicle.
Por suerte, Chicle logró encontrar una estrella muy luminosa y la levantó mientras decía “!Wow¡ !Esta estrella está muy grande y brilla mucho¡ !La podemos usar para encontrar la espada¡
Si Chicle, pero ten cuidado, no quiero que te vayas a quemar si se te cae. Respondió George, mientras caminaba para encontrar la mejor ruta.
Si señor, voy a llevármela con mucho, mucho cuidado, ¿Pero por dónde hay que ir para encontrar la dichosa espada?
Según recuerdo, la historia dice que para encontrar la espada, hay que derrotar al dragón de las sombras, pero aquí no hay dragones, o al menos no los hemos encontrado.
De pronto, mientras ambos charlaban, se escuchó un extraño y fuerte gruñido, el cual parecía provenir de uno de los túneles oscuros, así que George tomó la estrella y se asomó para ver qué era.
En seguida, un enorme dragón negro salió del túnel que estaba justo en medio de la cueva.
En cuanto el dragón se lanzó encima de George, Chicle tomó la estrella y le lanzó un rayo de luz directamente a los ojos, esto ayudó a que el dragón se fuera volando rápidamente.
Curiosamente en cuanto el dragón se fue, George vio que una espada cayó justo frente a él, inmediatamente la trató de levantar pero no lo logró ya que esta lanzó un rayo, entonces a George se le ocurrió llamar a Chicle y le dijo “Chicle, rápido, el dragón dejó caer esta espada, esta debe ser la espada que necesitamos para derrotar a la serpiente, pero yo no la puedo tomar ya que solamente un niño con alma noble puede portarla.
Ok, dijo Chicle, mientras trataba de tomar la espada con cuidado para no lastimarse también.
En cuanto Chicle tomó la espada, ambos héroes se fueron en el mismo túnel obscuro del que salió el dragón.
De pronto, al final del túnel encontraron una especie de habitación enorme, llena de muchas joyas y estrellas brillantes, y justo al fondo había una gran serpiente.
—Shh, hay que acercarse despacio, no hagamos ruido para no despertar a la serpiente— dijo Chicle mientras caminaba hacia la serpiente.
—Tranquilo, no te acerques mucho, recuerda hay que llegar a sus ojos y sacárselos con la espada—
Mientras intentaban acercarse un poco, escucharon una pequeña voz que les parecía muy familiar.
—!Alto¡ !No le hagan daño¡ !Ella es mi mamá¡
De pronto, Chicle volteó y vio que la vocecita era de Flamina, el hada que habían conocido antes.
Flamina, muy aterrada, corrió hacia donde estaba Chicle y dijo “!Por favor no la lastimen! !Ella no es mala¡ Sòlo està hechizada, vengo a rescatarla, por favor, no la maten, ella realmente no es así.
— !Flamina¡ ¿Estás bien? Preguntó George, sorprendido por ver a la pequeña hada con ellos.
—¿Quieres decir que esa horrible serpiente es tu mami? Pregunta Chicle con su cara de sorpresa.
—Si, ella es mi mami, hace unos años, era un hada de la luz igual que yo, pero un día fue a buscar polen para hacer polvo de hadas pero alguien la capturó y la convirtió en esa horrible serpiente—
— Desde que desapareció, la he buscado por todas partes, y ahora gracias a ustedes la pude encontrar, creo saber cómo romper el hechizo que le pusieron, pero en serio necesito que no la maten, ella es buena, lo juro.— Dice Flamina, mientras unas lágrimas comienzan a caer por sus mejillas.
—Ahora, mejor dinos cómo romper el hechizo, tranquila, no queremos matar a tu madre, sólo queremos rescatar a los dragones y con tu ayuda será más fácil.—
Mientras los 3 amigos mantenían este diálogo, la serpiente despertó y sin que pudieran evitarlo, se lanzó sobre ellos y empujó a Flamina contra la pared de la habitación.
Esto asustó tanto a George que solamente pudo pensar en tomar la estrella y lanzar un rayo de luz a la serpiente, lo cual ayudó a que esta se aturdiera y tuviera que cerrar sus ojos.
En ese preciso momento Flamina logró recuperar el conocimiento y le gritó a Chicle !Rápido, córtale la cola¡ !Ahí tiene el aguijón que mantiene el hechizo.
Entonces, nuestro valiente Chicle, reunió todas sus fuerzas y rápidamente cortó la cola de la serpiente con la espada.
Inmediatamente, la serpiente se deshizo y surgió de ella una hermosa hada rosada y muy brillante.
De pronto, Flamina no pudo contener su emoción y voló hacia el hada y la abrazó.
— Muchas gracias por salvar mi vida y lamento mucho haberte asustado pequeño, no quise hacerte daño.—
—!Gracias Chicle¡ ! Gracias por rescatar a mi mami¡ gritó Flamina, muy emocionada por poderse reunir de nuevo con su madre.
—En serio me alegra, pero creo que si no queremos otra sorpresita, mejor salgamos de aquí,— dijo George.
Después de el emotivo reencuentro, los 4 salieron de la cueva y acompañaron a Flamina y su madre de regreso a su hogar.
— Flamina, me alegra mucho que puedas estar con tu mami, pero George y yo queremos regresar con la mía ¿Nos podrían ayudar?—
—Claro Chicle, es lo menos que podemos hacer— responde la mamá de Flamina.
—Para regresar a su hogar sólo necesitan montar este dragón imaginario, él los llevará directamente a su hogar—
— Por mí está bien, total, los dragones imaginarios ya no me asustan, jijiji— dijo Chicle sonriendo inocentemente.
Después de despedirse de Flamina, George y Chicle se subieron a dragón y regresaron a su casa.
Con el paso del tiempo, tanto George como Chicle decidieron no hablar sobre lo que habían vivido, pero siguieron siendo amigos.
Gracias a esta experiencia Chicle logró aprender que ser valiente no significa que no le tengamos miedo a nada, si no, atrevernos a hacer las cosas a pesar de sentir miedo.