
Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín
Hay quienes dicen que después de la tormenta viene la calma.
Hay quienes piensan que la buena vida consiste solamente en alegrías, éxitos y estabilidad.
Personalmente, creo que la belleza de la vida viene como un arcoíris.
Después de cada golpe, cada lágrima, cada discusión, viene aprendizaje, fuerza, sabiduría y mucho más.
Con sus bellos y variados colores, el arcoíris representa los matices de la realidad.
Esa realidad que viene con dificultades, amigos, familia y alguno que otro miedo aparentemente absurdo.
Esa realidad que trae sorpresas, sueños, esperanzas y amor de la gente.
Personalmente el arcoíris para mí representa la montaña rusa que puede ser mi propia existencia.
Mi propia y misteriosa esencia, esa que me permite ver mi belleza, aunque a veces se oculta y lucha por salir.
Esa es la magia del arcoíris, la forma en que sale a flote y nos enseña a bailar y cantar justo en medio de la tormenta.
Esa magia nos permite aprender a ser fuertes, valientes y sabios.
A ser honestos en lugar de sombríos y falsos.
Al finalizar, solamente quiero resaltar que el arcoíris nos enseña la verdad innegable de la realidad. Todo lo que vale en serio la pena en la vida, cuesta esfuerzo, luchas y mucho trabajo.