Misterio En Central Park

Autor: Vivian Lucía Rivera Marroquín.

Eran más o menos las 9:00 a.m. yo estaba haciendo ejercicio en Central Park, cosa que hago todos los días antes de ir a trabajar, cuando de pronto vi un extraño bulto de tierra cerca de unos arbustos.

Al ver eso tan extraño decidí acercarme a investigar un poco, cuando de pronto, veo la mano de una mujer asomándose.

En cuanto vi eso tomé mi teléfono y como pude llamé a Cloe, mi compañera de misiones y a mi jefa la general Simons para pedir que llegaran a investigar.

Unos minutos después, veo que llegó Cloe y como me ve la cara de susto, inmediatamente me toma de la mano y me lleva a sentarme a una banca que estaba por ahí.

—¡William! ¿Qué sucede? ¿Porqué estás tan asustado?—

— No sé, yo estaba haciendo mi caminata de todos los días, cuando de pronto vi el cadáver—

—Ok, mejor quédate aquí en lo que yo investigo con el equipo—

Unos minutos después llega el equipo forense con mi jefa y comienzan a recabar las pruebas del lugar y se llevan el cadáver.

De repente se acerca Cloe con una bolsa de esas que usamos para guardar las pruebas, me la da y me pregunta, —¿De casualidad conoces a esta mujer?—

Yo aún estaba aturdido por lo que había visto pero logré ver de reojo que lo que tenía la bolsa era la identificación de la víctima que acababa de encontrar.

—Es Louise Dubois, vivía en el mismo edificio que yo— respondo, sin poder creer que realmente era ella.

—Es increíble, a penas ayer la vi, estuve platicando con ella en su apartamento, era su cumpleaños—

En cuanto vi eso, a pesar de ser policía y llevar muchos años viendo estas cosas, sentí que me fui de este mundo. Lo que sentí era tan fuerte que tuve que pedir permiso para no trabajar ese día.

Después de la conmoción de todo lo que estaba sucediendo, llegué a mi apartamento y comencé a repasar todo lo de el día anterior. Sentía esa necesidad de encontrar pistas donde se me ocurriera.

A la mañana siguiente, antes de ir a trabajar, decidí ir al apartamento de Louise donde esperaba encontrar a Jennifer, la mejor amiga de Louise, pero para mi suerte no la encontré.

En el apartamento encontré un relicario, el cual decido llevarme porque recuerdo que ese relicario Louise siempre lo usaba, creo que no se lo quitaba ni si quiera para dormir, no entiendo ¿Porqué no lo llevaba puesto cuando la encontraron?

Además, en el comedor encontré unas galletas que me parecían sospechosas ya que no las había visto el día que la mataron cuando estuve con ella. Supongo que eran un regalo especial.

En seguida, recuerdo que tengo que ir a la oficina, así que salgo corriendo lo más rápido posible para no llegar tarde, pero antes tomo una de las galletas para analizar qué contenían.

Después que llegué a la oficina, empecé a trabajar en otros casos que tengo pendientes pero como todo transcurría con tranquilidad decidí ir al laboratorio forense, pero cuando llegué el doctor encargado no estaba ahí, así que me senté a esperarlo en la recepción.

20 minutos después llega el doctor Ben Lucas, encargado de la autopsia de Louise.

—Buen día Ben, ¿Cómo estás?—

—Hola William, bien gracias, corriendo un poco pero bien ¿Y tú? ¿Cómo estás? ¿Ya te recuperaste del susto?

—Si, un poco,le respondo mientras me levanto de la silla y ambos caminamos a su oficina.

—Bueno, dime ¿Qué te trae por acá?—

—Sólo venía a traer el informe de la autopsia de la víctima de Central Park—

— Aaa si, la señorita Dubois, acabo de terminar el informe, aquí tienes.

—Gracias, ¿Casualmente encontraste algún tipo de herida de bala o algún golpe visible en el cuerpo? Es que cuando Cloe la revisó en la escena de crimen no encontró nada raro.

—Realmente no, pero envié unas muestras de sangre al laboratorio, las cuales no me han entregado.

—Gracias, ¿Me avisarías cuando te den los resultados de las muestras?

—Claro , te haré saber los resultados en cuanto los tenga.

Después de salir de la oficina del forense, me llegó un mensaje de Cloe que decía “William, tienes que venir inmediatamente a la oficina, necesito que veas unas cosas del caso de Central Park”

Al ver el mensaje, me fui corriendo a la oficina y en cuanto llego, se acercan unos colegas y me llevan a una sala de interrogatorios.

En la sala estaban Cloe y mi jefa con expresión sospechosa,

—Oficial William, como sabe hemos estado investigando y ya que ambos eran vecinos necesitamos saber ¿Dónde estaba usted entre las 8:00 y las 9.30 p.m.?—

—Estuve en un bar con unos amigos, tomando unos tragos ya que era el cumpleaños de mi mejor amigo, después más o menos como a las 10:00 p.m. me fui del bar y caminé a mi casa.

—¿Nos podría dar el nombre de alguna de las personas para confirmar su coartada?

—¿Porqué necesito coartada? ¿Es que creen que yo la matè?

—Por el momento, solo estamos investigando pero sería bueno que pudiera comprobarlo—dice la general Simons dándome a entender que creían que yo podía haber cometido el crimen.

—Bueno, estuve en el Penrose bar y una de las personas que estuvo conmigo se llama Paul Grayson, es otro vecino mío.—

—Lo tendremos que investigar, ahora, necesito que me comente ¿Qué hizo con la víctima antes de que la asesinaran?

—¿Porqué me preguntan?

—Oficial, limítese a responder la pregunta.

—Solo hablé con ella un momento porque era su cumpleaños pero no pasé tanto tiempo con ella ya que tenía la reunión con mis amigos— Respondí un poco asustado por lo que estaba sucediendo ¿En verdad estas personas con las que he trabajado por más de 5 años me creen un asesino?

—Saben qué, necesito un abogado, no voy a seguir esperando a que me perjudiquen por un crimen que no cometí.

—William, solo queremos ayudarte, tenemos un testigo que te vio hablar con la víctima en el bar donde dices que estabas con tus amigos.

—Ya les dije que si la vi !Pero sólo la felicité por su cumpleaños¡ les aseguro que la dejé viva, ella misma se fue del bar unos minutos después que la vi.—

—Miren, no voy a seguir hablando hasta que venga mi abogado—

—Muy bien, queríamos hacer esto por la buena, pero si usted quiere será por la mala—

Después de unos minutos, llega mi abogada Caroline, me saca de la sala de interrogatorios y me lleva a mi casa. Ya que para mi suerte no tenían muchas pruebas para retenerme.

En cuanto llego, veo que tengo un mensaje de la oficina del forense, eran los resultados del laboratorio, los cuales indicaban que Louise había consumido alcohol, lo cual no me pareció extraño ya que nos vimos en un bar, pero también habían encontrado que la víctima había ingerido canela, era imposible que la comiera , ya que era alérgica. Además encontraron rastros de cianuro.

Al ver esto, fui directamente a su apartamento, el cual para mi sorpresa estaba sin llave, por lo que no me costó mucho entrar.

En cuanto entré, vi que en la mesa del comedor habían unas galletas  junto con el relicario favorito de Louise, con una tarjeta que decía “Te deseo que tengas un feliz cumpleaños, con amor William” rápidamente, tomé las galletas con el relicario y me dirigí directamente al laboratorio. Estaba seguro que esas galletas iban a darme una pista importante del caso.

Esa misma tarde, Clarisse, la encargada del laboratorio me llamó, y me pidió que llegara al laboratorio lo más pronto posible.

Para mi sorpresa, las galletas tenían canela y cianuro. !Había encontrado el arma del crimen¡ ahora mi mayor problema era descubrir quién tendría acceso a ese veneno y quién tenía motivos para matar a mi vecina, solo así mi vida, volvería a la normalidad.

En los días siguientes estuve intentando abrir el relicario ya que este tenía una llave, la cual yo no tenía.

Cuando por fin logré abrirlo, descubrí que adentro había una foto De la Torre Eiffel y una pareja con 2 niños (un niño y una niña) Recuerdo que Louise me contó que ella había ido a al universidad en París, pero no recuerdo que me mencionara de qué país era o si aún tenía familia así que con las pistas que tenía me dispuse a viajar a París para ver si lograba descubrir algo con sus antiguos maestros.

A la mañana siguiente, mi novia me consiguió un pasaporte falso y un boleto para ir a París.

En seguida me fui al aeropuerto, con un disfraz por supuesto, para que no me reconocieran y me arrestaran.

En cuanto llegué, me registré en un hotel con el poco efectivo que me quedaba y me dispuse a buscar la universidad Sorbona, no me fue muy difícil encontrarla pero como ya era muy tarde decidí dormir esa noche y a la mañana siguiente me desperté temprano para ir directo allá.

Ya estando allá, me fui a la oficina de información, aparentemente no logré mucho ya que no podían darme nombres de los compañeros de Louise de ese entonces, pero para mi sorpresa si pudieron decirme que según sus registros, ella era de Guatemala y había llegado a esa universidad a estudiar unos cursos de Literatura.

No me extraña, pensé, Louise siempre fue aficionada a escribir, principalmente historias de amor.

Ya con la información traté de buscar a su familia, pero no tuve suerte, no logré averiguar nada ni con su apellido ni con su nombre.

Aún sabiendo que era demasiado difícil que lograra dar con el asesino, decidí arriesgarme y fui a Guatemala y en cuanto llegué, empecé a investigar todo lo que pude.

Resulta que allá, entre tanto intento descubrí que el nombre real de mi vecina no era Louise, ella originalmente se llamaba Renata Palacios,  pero por alguna razón se cambió el nombre en cuanto llegó a París.

Ya con este descubrimiento logré averiguar que sus padres habían muerto cuando ella era muy pequeña, así que sus abuelos maternos la criaron, tristemente, ambos fallecieron 3 años atrás.

Pero, justo cuando me quería dar por vencido, logré encontrar a uno de sus primos llamado Raúl, el cual vivía en la ciudad donde yo estaba.

Esa misma noche, decidí arriesgarme a ir a la casa del primo de Louise, pero me costó que me recibieran, ya que según palabras de Raúl, él ya no quería saber nada de su prima.

Después de varios días de intentar convencerle, Raúl accede a hablar conmigo.

—Buen día señor Raúl.

—Solo dígame de una vez lo que quiere , no tengo mucho tiempo ya estoy harto de todo el relajo que esa hace. De una vez le cuento que si está presa no la voy a sacar del tambo.

—No señor, no es eso, lo que sucede… Es que a Renata la asesinaron.

—Mmm, pues ese no es mi problema, ya era hora que dejara de hacer tanto relajo.

—Me sorprende que no se asuste por lo que pasó.

—Mire, a mi esa patoja fresa me dejó de importar desde que se volvió la traída de ese fulano que era tan caquero que la convenció de cambiarse de nombre—

—Como que si nuestra familia fuera una total basura—

—Disculpe, ¿Cómo se llamaba el novio de su prima?—

—Ya ni me acuerdo, creo que Hugo, pero ni me acuerdo del apellido, ni me importa—

—Ahora me tengo que ir, uno si tiene que darle duro al chance para salir adelante—

Después de la “amable charla” fui directamente a buscar al dichoso ex novio de la víctima, lo cual complicó las cosas porque resulta que no tenía el apellido del susodicho.

Horas más tarde, por alguna razón, el susodicho me encontró y me dejó dicho en el hotel que nos viéramos en el hotel Panamericano, que por suerte quedaba a unas pocas cuadras de donde me hospedaba.

En cuanto llegué al hotel, se acercó a mi un hombre vestido de saco y corbata, con fácil unos 5 guardaespaldas custodiándolo.

Aparentaba ser alguien importante, como del gobierno o algo así, aunque no estoy seguro.

—Buenas noches, mi nombre es Hugo Alvizures, ¿Quién es usted? ¿Y qué busca de Renata? De una vez le advierto que si ella me quiere culpar de algo, yo no le hice nada que ella no quisiera. Me dijo con una voz amenazante, mientras me enseñaba una pistola que cargaba en el cincho de su pantalón.

—Buenas noches señor Alvizures, soy el oficial William y vengo de la policía de Nueva York, lamento informarle que Renata ha sido asesinada y estoy investigando el caso—

—¿Cómo que asesinada? ¿Qué no se supone que los estados es más seguro que acá y que la gran cosa? No me diga que ahora resulta que me van a ensartar a mi en eso..

—No señor, solo necesito saber qué ha sabido de ella, es que un testigo me comentó que ustedes tuvieron una relación—

—Pues, si, ella era mi mujer, hasta que a la pisada se le ocurrió denunciarme porque un día me enojé porque no limpió la casa—

—Encima de que yo la mantenía a esa se le ocurre meterme una demanda por “violencia en contra de la mujer”. Ella solo tenía que mantener la casa limpia, se supone que para eso son las mujeres.

—Es que las mujeres de ahora no aguantan nada—

—Pero a saber con quién se metió que ya la dejaron tiesa—

—¿ok gracias, de casualidad usted no sabe si ella tenía otros hermanos o hermanas?—

—Según recuerdo tenía una hermana que se llamaba Sofía—

—Era bien patoja cuando la conocí, creo que está viviendo con una tía o algo así, ya no me acuerdo—

—Ahora, me tengo que ir, pero recuerde, si me quiere joder, conmigo no va a poder—

—No se preocupe, gracias, que tenga buena noche—

Después de salir de ahi, como era tarde decidí pedir un uber para que me llevara al hotel, fue un día duro y quería descansar.

Cuando ya iba llegando al hotel, solo vi que el chofer del uber, se desvió,—Nos vienen siguiendo— me dijo mientras pisaba el acelerador y se metía a un parqueo que estaba cerca.

Yo estaba a punto de llamar a la policía, pero el joven me detuvo y me dijo, —mejor no pierda el tiempo— El señor que estuvo hablando con usted es un narco, y contra esos no se logra prácticamente nada—

—Mejor quedémonos aquí en lo que los matones se van, ya después lo llevo a su hotel—

Con lo que el señor me dijo solo pude quedarme preocupado, yo era un policía pero no se me había ocurrido traerme mi arma, así que no tenía cómo defenderme.

Después de que pasaron más o menos unos 20 minutos, el encargado del parqueo nos dijo que iba a cerrar así que aún asustados por lo sucedido no nos quedó mas que ir al hotel.

Lo bueno es que los matones ya no estaban, así que logré llegar sano y salvo, para irme directo a dormir.

A la mañana siguiente, intenté volver a llamar a Raúl, el primo de Louise, y le pregunté si sabía dónde encontrar a Sofía, por suerte parece que estaba de buenas porque tranquilamente me dijo que vivía con él y me dijo que en esos momentos estaba estudiando pero que en la tarde podría hablar con ella.

Solo me advirtió que no le había dicho nada sobre su hermana, así que yo debía tener cuidado.

Esa misma tarde, fui a la casa de Raúl y efectivamente pude hablar con Sofía. Era una muchacha de unos 15 años, callada, seria y un poco resistente a hablar conmigo.

—Hola Sofía, ¿Cómo estás? Le dije tranquilamente.

—¿Usted quién es? Me dijo mientras daba un paso atrás como queriendo poner una barrera entre ella y yo.

—Tranquila, soy William , soy vecino de tu hermana Renata. Solo quiero hablar contigo un momento.

—¿Conoce a mi hermana? ¿Le pasó algo?

—Mira por el momento solo te puedo decir que necesito que platiquemos un rato, si quieres te puedo invitar a un helado.

—No gracias, así estoy bien, pero quiero hablar con Raúl primero. Me contestó desconfiada.

—Ok, mejor te dejo que hables con él y luego decides si me ayudas..

Entonces, ante la petición de Sofía, Raúl entra a la sala y le comenta lo que pasó con Renata, mientras yo esperaba afuera.

Como era de esperarse, Sofía no tomó muy bien la noticia, se puso tan mal que comenzó a hiperventilarse, por lo que entre Raúl y yo decidimos darle tiempo y cuando ya estuviera mejor ya podíamos hablar.

Ante este inconveniente, decidí ir a comer ya que aún no había almorzado y decidí tomarme un tiempo para conocer un poco del país.

A la mañana siguiente, Raúl me llamó para decirme que no había llevado a Sofía al colegio, y ya que estaba tranquila yo podría hablar con ella.

Después de colgar el teléfono , pedí otro Uber para dirigirme a la casa de Raúl.

Ya estando allí, Sofía estaba esperándome en el comedor, con los ojos llorosos porque como era de esperarse pasó gran parte de la noche llorando hasta que logró quedarse dormida.

En cuanto comenzamos a hablar, Sofía me comentó que desde que ambas eran pequeñas, su padre tenía serios problemas de alcoholismo, su madre era médico y ganaba relativamente bien, por lo que realmente no pasaban muchas penas económicas, pero su padre además de que tomaba en exceso, un día en una de sus tantas borracheras, mató a su madre a golpes y trató de abusar de ella así que Renata, decidió salir corriendo como pudo con ella y llegó con su abuela materna, la cual las había cuidado desde que eran unas niñas muy pequeñas.

Cabe resaltar que realmente Louise o Renata, no tenía la edad que decía tener si no que realmente tenía 25 años y ese incidente ocurrió hace 5 años, mientras ella había regresado de París para pasar unas vacaciones con su familia antes de irse a Nueva York.

Mientras hablábamos, Sofía me comentó que su abuela había puesto una denuncia en contra de su padre, la cual tristemente no tuvo mucho éxito ya que  un juez decidió soltarlo  por “falta de pruebas” pero al menos gracias a ese suceso ninguna de las 3 volvió a saber de él.

Con el pasar de los años, Renata conoció a Hugo, que según palabras de Sofía, era la viva imágen de su padre, ya que también tenía problemas con el alcohol y en repetidas ocasiones golpeó a Renata.

La relación realmente duró un año, hasta que un día, ella se hartó y llamó a la policía, para su suerte, llegaron inmediatamente y lo arrestaron, pero, como se trata de alguien de dinero, consiguió sobornar al juez para que no lo metieran a la cárcel, en lugar de eso, solo le dieron una orden de restricción.

Al poco tiempo, Renata decidió salir huyendo de Guatemala, ya que ese narco la seguía amenazando que si no volvía con él, la iba a matar y a mí me iba a vender en uno de sus bares.

Entonces, Renata decidió falsificar su identidad y se fue a vivir a Nueva York, mientras que Sofía se iba a vivir con Raúl ya que su abuela se enfermó de cáncer y murió.

—Gracias Sofía, me has ayudado mucho, ahora solo quisiera saber ¿Cómo te llevabas con tu hermana? ¿La ibas a visitar alguna vez?

—Si, una vez fui a pasar mis vacaciones con ella en Nueva York aunque no conocí su casa ni nada de eso, solo nos fuimos a conocer unos lugares bonitos.

—A mi me gusta mucho la música y el teatro así que en ese viaje mi hermana me llevó a ver varias obras en Broadway.

—Siempre que hablábamos me decía que un día vendría para llevarme con ella pero siempre pasaba algo que parecía detenerla, y ahora ya no podremos estar juntas— decía Sofía, mientras lloraba desconsoladamente .

—Gracias Sofía, eres una mujer muy valiente, sé que tu hermana estaría orgullosa de ti— le dije tratando de calmarla.

—Encuentre a quien le hizo esto y mátelo por mi, no es justo que se llevaran a mi hermana—

—Haré lo que pueda— le respondí.

Para terminar le agradecí a Raúl por dejarme hablar con Sofía y me fui con un enorme nudo en la garganta por todo lo que había escuchado.

Esa misma noche, recibí una llamada extraña al teléfono de la habitación, no logré distinguir quién me llamó pero quien quiera que haya sido solo me dijo—Ya deje de meterse de Shute en esto, si no deja de investigar lo vamos a matar—

Un poco asustado por lo que pasó, me atreví a salir de la habitación, esta vez con mi arma en la mano, para ver quién me amenazaba y a lo lejos logré ver una persona más o menos de la estatura de Hugo, correr lejos de un teléfono público que había cerca del comercial que estaba cerca de mi hotel.

Lamentablemente, todo pasó tan rápido que no logré verle la cara al desdichado.

Para no arriesgarme a que me mataran decidí volver a mi habitación, sin saber lo que me sucedería al día siguiente.

Después del susto de la noche anterior, decidí desayunar y salir a caminar por la sexta avenida de la zona 1, me pareció un lugar interesante, con varias tiendas y restaurantes, aunque iba con precaución porque me habían dicho que por ahí asaltaban mucho.

Después de un rato caminando llegué al parque central y decidí quedarme ahi un rato a ver la gente pasar.

Unos minutos más tarde, cuando iba saliendo del parque, se me acercaron unos tipos en motos y con pasamontañas, pararon la motocicleta enfrente mío y me amenazaron con una pistola, a lo que yo solo pude reaccionar sacando mi arma y disparando al aire, como logré distraer a los matones, me fui corriendo por la calle hasta que entré en una panadería que estaba cerca, traté de pedir ayuda pero para mi suerte los matones tenían unos cómplices que me golpearon, me dejaron inconsciente y me subieron a un automóvil.

Después de unos minutos logré despertar y vi que me tenían atado en una silla, estaba encerrado en lo que parecía una casa abandonada.

En cuanto logré recuperar por completo la consciencia, aparecerieron 3 hombres con máscaras y unos enormes bates, inmediatamente comenzaron a golpearme.

De pronto, entró en la habitación una persona que parecía mujer y aparentemente era la líder de esa banda.

Después de que me golpearan bastante y me abrieran la frente, la mujer solo se me acercó y me dijo— Mire usted, deje de meterse en lo que no le importa, ya váyase de regreso a los estados, usted no tiene nada que andar haciendo aquí hombre. —

—¿Quién es usted y qué quiere conmigo? Le pregunté .

—A usted qué le importa— Ya deje de joder hombre—

Luego de un silencio incómodo, la mujer solo les dice a los que andaban con ella.

—Sigan trancaseando a este, para que entienda que no lo queremos aquí, acuérdense que a don H.. no le gusta nada a medias—

Después, la mujer solo se fue del lugar donde me tenían y uno de los matones solo se acercó a mi y me susurró, haga como que le pegamos fuerte, nosotros no lo queremos matar, es que nos tiene amenazados.

Luego de eso, los 3 comenzaron a romper cosas y a gritar muchas malas palabras, yo gracias a lo que me dijo aquel hombre sólo comencé a gritar para que pareciera como que me seguían golpeando.

Una semana me tuvieron encerrado hasta que los hombres me dijeron—Mire don William, la jefa ya no está, lo vamos a soltar pero por favor no diga nada.—

Después me soltaron de la silla y me llevaron a un restaurante donde me soltaron, pero me advirtieron que no saliera rápido, que tratara de “matar el tiempo” un rato. También me pidieron que me cambiara de hotel ya que me iban a seguir persiguiendo.

Estas palabras me asustaron pero decidí que ya que estaba avanzando no iba a darme por vencido, así que hice lo que me pidieron y me cambié de hotel, aunque me trajo problemas hacer eso porque tuve la adorable idea de irme a otra zona de la ciudad.

La verdad es que este caso me tenía cada vez más confundido y frustrado pero por otra parte comencé a sospechar que el ex novio de Louise tenía algo que ver, así que decidí investigarlo más a fondo, siempre tratando de no dejar de lado a Raúl ya que parecía tener motivos para cometer el crimen.

Con el pasar de las semanas, me comencé a quedar sin pistas, hasta que un día, se me ocurrió llamar a Clara, mi novia, ella también es policía en Nueva York así que le pedí que averiguara si Renata o Louise o cualquier persona relacionada con ella.

Curiosamente, encontró que dos semanas antes del asesinato, Sofía había estado con Renata en Nueva York y “convenientemente” regresó el mismo día que asesinaron a Renata, solo que el vuelo partió en la mañana, así que Sofía no podía haber dejado las galletas, además no creo que una muchachita de 15 años sea capaz de semejante crimen contra su propia hermana.

Por un tiempo decidí dejar esa pista sin investigar mucho para enfocarme en Raúl, ya que como Sofía era menor de edad, él tendría que haber ido con ella, obligatoriamente.

Después de unos días, la pista de Raúl se había desvanecido, resulta que él si había viajado a Estados Unidos junto con Sofía pero, de alguna forma, él se fue a Miami ya que tenía unos compromisos de trabajo allá, mientras que Sofía se fue para Nueva York para ver a su hermana.

Al seguir más directamente esa pista, resulta que Sofía había comprado unas galletas iguales a las que se usaron para matar a Renata pero si ella se iba ese día en la mañana ¿Cómo pudo arreglar para que su hermana comiera las galletas cuando ella ya no estuviera allá?

Entonces, se me ocurrió que mi novia me ayudara a averiguar en las panaderías que estaban cerca del apartamento, para mi sorpresa, la única panadería que estaba en esa zona, que por cierto era mi panadería favorita, vendía esas mismas galletas de canela.

Pero, entonces ¿Còmo consiguió el cianuro ? !Es sólo una joven de 15 años! ¡No puede ser que tenga tanta suerte!

Entonces, recordé, la mujer que estaba con los que me secuestraron mencionó a un don H..

En eso, vino a mi mente ¿Y si Hugo si tuvo algo que ver? ¿Digo es un narcotraficante, perfectamente podría haber conseguido el veneno y mandarle las galletas a Louise?

¿O será posible que esa mujer que vi era la misma Sofía? ! Pero, cómo no la reconocí!

Con estas pistas decidí arriesgarme a llamar a mi colega Cloe, ya que aunque ella estaba investigando el caso, pensé que no creería que yo podría ser capaz de semejante crimen.

—Hola Cloe, soy William, no puedo decirte dónde estoy, pero tengo unas pruebas que necesitas para resolver el caso de mi vecina—

—!William¡ !Còmo es posible¡ !Tienes que regresar¡ todos te estamos buscando, te vas a meter en muchos problemas

—Si Cloe, lo sé pero necesito tu ayuda, estoy muy cerca de resolver el crímen pero necesito que le presentes las pruebas a la capitana Simons, necesito que retiren los cargos en mi contra—

—No te prometo nada, pero lo intentaré—

—Gracias, también necesito que vayas a la panadería que queda cerca de mi apartamento, necesito que averigües quién compró galletas de canela en las últimas 2 semanas—

—Eso parece difícil de averiguar, pero lo intentaré—

—Ahora dime ¿Porqué necesitas saber eso?

—En el apartamento de la víctima encontré unas galletas de canela, las envenenaron—

—Ok, haré lo que pueda.—

—Gracias, ahora no puedo seguir hablando para que no me descubran-

—Adiós William, ya verás que todo se resolverá—

Dos días después, Cloe me llamó a mi celular y me comentó que en las últimas 2 semanas, solo habían comprado una orden de galletas de canela.

Las ordenó una tal Luisa Lane, lo cual fácilmente se distinguía que era un nombre falso, pero ¿Ahora cómo probaré mis sospechas?

Por suerte para mi, Raúl me llamó sospechosamente pero no me quiso decir qué necesitaba hasta que llegué a su casa.

—Hola oficial William, necesito su ayuda, hace unos días llegó el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito, resulta que tengo una compra de unas galletas de canela pero estoy seguro que yo no las compré, también tengo un cobro por un envío en una hora que yo estaba en el aeropuerto para regresar a Guatemala.

—Le pregunté a Sofía y ella me dijo que solo compró las galletas para dárselas a su hermana por su cumpleaños, pero me lo dijo con un tono como a la defensiva—

—¿Usted cree que Sofía sea capaz de hacer un daño? Le pregunté tranquilamente

—No lo sé, la verdad es que ha estado muy rara desde que regresó, resulta que me llamaron del colegio que se ha estado escapando con dos hombres, no sé qué le pasa, ella no es así—

—Tranquilo, averiguaremos qué sucede, pero necesito que usted trate de hacer como que no sabe nada—

—Eso intento pero me preocupa que Sofía esté en malos pasos—

—No se preocupe, resolveremos esto—

De pronto mientras hablábamos, Sofía entró a la casa y se fue corriendo a su habitación. En ese mismo momento Raúl y yo corrimos tras ella pero no la alcanzamos entonces tuve que sacar mi arma y dispararle a la puerta.

Lamentablemente cuando abrimos, Sofía saltó por la ventana y logró huir en una motocicleta.

Cuando pasó esto Raúl y yo nos fuimos rápido en el carro de Raúl para ver si la podíamos alcanzar.

Una hora después, a Raúl se le ocurrió ir al cementerio la villa, era el lugar donde enterraron a la mamá de Renata y Sofía.

Para nuestra suerte, encontramos a Sofía en la tumba de su madre. Estaba llorando pero no parecía que estuviera lastimada.

En cuanto nos vio comenzó a confesar todo.

—Siempre había admirado y querido mucho a mi hermana, hasta hace 2 semanas, resulta que ella siempre me prometía que en cuanto pudiera me llevaría con ella, y yo podría estudiar lo que tanto quise que era música, pero el día que llegamos a su apartamento, ella me dijo que como yo estaba grande, ya tenía que ver por mi misma, ya ella no necesitaba la responsabilidad de cuidarme, me dijo que ella era mi hermana, no mi niñera y yo tenía que madurar—dijo entre sollozos.

—Ella era mi hermana, mi sangre y yo ya no le importaba, simplemente me abandonó como todos los que están en mi vida—

—Además, me dijo que ella ya no era Renata que ahora era Louise, ajá como si la muchachita fuera toda una francesa—

— Entonces pensé que si ella no me quería en su vida yo tampoco, como su cumpleaños se acercaba, vi la panadería que estaba cerca del edificio y aproveché a pedir una órden de galletas, y un día antes de irme, les puse el veneno, solo que como ella me descubrió poniéndolo le dije que solo le había puesto esencia de almendra, solo que yo sabía que eso no era verdad—

—Sofía ¿Porqué lo hiciste? Yo te podía cuidar, no te dejaré sola— dijo Raúl mientras trataba de abrazar a Sofía.

—Ay Raúl, tú estás cuidándome por la herencia que mi mamá dejó, sabes que yo no la puedo cobrar hasta que sea mayor de edad, pero en cuanto cumpla los 18 me vas a dejar lo sé—

—No Sofía, no te voy a dejar, además esa herencia que tanto dices la tenía tu hermana, no yo—

—Ajá claro, y ahora qué, me vas a contar una de vaqueros o qué—

En eso, como Sofía estaba distraída yo logré sacar unas esposas que llevaba conmigo, y se las puse para que no pudiera huir, en eso Raúl llamó a la policía y en cuanto llegaron se la llevaron a una estación, en lo que yo arreglaba todo con la policía de Nueva York para extraditarla ya que el crímen fue cometido allá.

Después de muchos trámites logré comunicarme con mi jefa la cual logró retirar los cargos en mi contra gracias a las pruebas y así pude regresar tranquilo a mi vida normal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Publicado por Viviluc

Tengo 28 años, amo la música y escribir cuentos cortos y poemas.

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