
Eran más o menos las 10:00 a.m. de un día soleado, la brisa del mar parecía refrescar el ambiente, Marina y Joaquín iban caminando por la playa, ambos tomando una piña colada, de pronto Marina pregunta curiosa – ¿Joaquín, alguna vez pensaste en lo que has hecho con tu vida?- Mmm, no ¿porqué la pregunta?, responde Joaquín confundido, No lo sé, responde Marina, mientras trataba de terminarse su bebida -solo trataba de pensar en lo misteriosa que me parece la vida, que siempre toma rumbos diferentes. Como un laberinto, que nunca sabes por dónde ir para salir.
Ok, contesta Joaquín riéndose – creo que ya has tomado mucha piña colada y necesitas descansar , mejor vamos a desayunar a algún lugar que tengo hambre.
Si, tienes razón ya tengo hambre, vamos al hotel a comer y descansar un momento.
Unos días después, Marina regresa a casa después de hacer sus compras de la semana, cuando de pronto la atropella un auto, por lo cual queda inconsciente 2 semanas en un hospital, después de muchos tratamientos Marina logra despertar y se encuentra con que Alicia, su mejor amiga de la secundaria, llega a cuidar de ella en el hospital.
-¡Marina, despertaste! dice Alicia asustada, ¿còmo estàs? ¿Còmo te sientes?
-No sé, ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó?
-Tuviste un accidente muy fuerte, estás en el hospital San Francisco, pero tranquila yo me encargo de ayudarte hasta que mejores.
Con el pasar de los días Marina se recupera y logra regresar a casa, aún con una fractura en el tobillo y en el brazo izquierdo.
Cuando Marina regresa del hospital, se encuentra con Joaquín, que estuvo cuidando de la casa y de los peces de Marina.
-Hola Marina ¿Cómo estás?, dice Joaquín muy alegre, me alegro de verte de regreso, ¿Cómo te sientes?
- Mejor Joaquín, gracias, ¿Tú has estado cuidando la casa mientras no estuve?,
-Si, dice Joaquín, y no te preocupes, seguiré ayudando hasta que logres recuperarte del todo.
Lentamente, Marina logra recuperarse de las heridas provocadas por el accidente. Un día, mientras ella y Joaquín platicaban un poco, Marina hace un comentario un poco extraño a Joaquín.
-Sabes Joaquín, en estos días de encierro, me he dado cuenta de que extraño muchas cosas de mi vida, menos mi trabajo. Aunque entiendo que salvo vidas, desde hace un tiempo he estado sintiendo que lo que hago no me llena como antes, ni el hecho de conocer personas nuevas en el hospital, ni la alegría que me daba al lograr realizar una operación complicada con éxito, ya mi trabajo no me emociona como antes.
- ¡¿Pero, si te veías feliz y muy realizada?! dice Joaquín,
- Si, lo sé, pero últimamente no he sentido que puedo ser yo misma, siento que estoy viviendo lo que los demás quieren y no lo que me hace feliz, ¿sabes? antes del accidente, incluso estuve considerando en renunciar a mi empleo en el hospital y estudiar pintura con los ahorros que tengo. Pero tengo miedo de que no funcione.
-Bienvenida al mundo de los adultos, responde Joaquín, muchas personas pasan por este tipo de crisis, solo recuerda que yo te apoyo en lo que a ti realmente te haga feliz, por ahora lo que te puedo decir es que intentes de darte ese espacio de experimentar lo que te gusta, por ejemplo inscribiéndote en un curso de pintura, trata de aprovechar tu vida, pero que sea la tuya, no tienes porqué vivir pensando en lo que los demás piensen, igual críticas siempre vas a tener. ¿Tu familia sabe esto?
-Mjm, mi familia, aún no les he dicho, ellos siempre me presionaron para que estudiara algo que “de verdad valiera la pena”, nunca les pareció que yo quisiera dedicarme a la pintura, es más, dudo mucho que ellos realmente crean que puedo llegar lejos en lo que yo quiera y no solo en lo que ellos dicen.
-Amiga, desde que te conozco siempre has logrado cosas maravillosas, que muchos nunca soñarían en lograr, por ejemplo: te graduaste con honores de la universidad, desde que estudiabas en el colegio, estabas entre las mejores, conseguiste convertirte en directora del hospital más prestigioso de la ciudad, ¿en serio crees que necesitas que tu familia, o cualquier otra persona te diga hasta dónde puedes llegar?
-!Es que no lo sé¡ responde Marina, supongo que nunca en mi vida, me permití soñar con salir del molde que mi familia quería que siguiera, pero ya me harté, ahora quiero aprender a conocerme, ser yo misma, estén de acuerdo todos ellos o no.
-Bueno, responde Joaquín “como te decía ya te apoyo !EN LO QUE A TI TE HAGA FELIZ¡, pero por ahora trata de recuperarte y piensa en los recursos que tienes y con eso construir lo que realmente quieres.
Gracias Joaquín, se siente bien no estar tan sola. Ahora el problema es que no sé ni por dónde comenzar. Jajaja.
A la mañana siguiente, Alicia llega a visitar a Marina.
Hola Marina, ¿cómo estás?, mira te traje una lasaña de carne, para alegrarte un poco.
Hola Alicia, muchas gracias, no te hubieras molestado.
Joaquín me comentó de tu problema y vine a ver si podía ayudar en algo, pero antes dime una cosa, ¿estás segura de que ya no quieres seguir trabajando de médico?.
Aún no estoy segura, pero casi puedo decir que si.
Ok, responde Alicia, por ahora vamos poco a poco, yo tengo una amiga que da clases de pintura, si quieres te doy su número y agendas una clase con ella, si te gusta, te quedas, si no, buscas otra opción.
Gracias Alicia, voy a llamarla ahora mismo, si no, yo sé que no lo voy a hacer nunca.
Entonces Marina, agarra su celular y llama a la amiga de Alicia.
- Buen día, mi nombre es Marina y quería saber ¿cuánto cuestan las clases de pintura?
-Buen día señorita, por ahora la primer clase es gratis, las siguientes serían $120 al mes.
-¿$120 al mes?, muy bien, y ¿cuál sería el horario? - las clases generalmente las doy una vez por semana, podría ser fin de semana o los días miércoles, en la mañana.
-Muchas gracias responde Marina, solo que por ahora no me puedo mover mucho de mi casa. - No se preocupe, yo puedo llegar a su casa a darle las clases.
- Ok, muchas gracias, ¿tiene tiempo este sábado en la mañana?
-Si claro, podría llegar a las 9:00 a.m.
-!Perfecto¡ a esa hora está muy bien - Muy bien, nos vemos el sábado, a las 9:00 a.m.
-Muchas gracias, responde Marina
-Bueno, dice Marina suspirando de alivio, por ahora vamos a ver cómo me va el sábado,
-Me alegro, dice Alicia, me cuentas cómo te va.
-Gracias Alicia.
-Con gusto Marina, responde Alicia, ya sabes que no estás sola. Joaquín y yo estamos para ayudarte a encontrarte de nuevo.
Al final el sábado llegó, Marina estaba muy entusiasmada por la clase de pintura que recibiría,
-Buen día señorita Marina, mi nombre es Luisa, yo seré su maestra de pintura
-¡Buen día!responde Marina alegremente, ¿Estaría bien si recibimos la clase aquí en la sala?
-Si, responde Luisa con una sonrisa agradable, podemos tener la clase en donde usted se sienta más cómoda. Normalmente no soy tan exigente en ese sentido. Lo que si quisiera es que me comentara a grandes rasgos, ¿qué le gustaría aprender conmigo? ¿qué le gustaría pintar?
-Uy, realmente no lo he pensado, me gustan muchas cosas, aunque honestamente, aún no sé nada de pintura.
- Muy bien, no hay problema, podemos comenzar con cosas básicas entonces. Por ejemplo: podríamos comenzar por aprender a dibujar figuras geométricas simples y de ahí vamos a ir sacando otras figuras como frutas, etc.
- Ok, por el momento vamos a dibujar en el lienzo?
- Si, vamos a comenzar dibujando con lápiz y luego vamos a ir pintando.
-Ok, la verdad es que en dibujo no me va muy bien pero al momento de pintar si logro combinar bien los colores,
-No se preocupe, vamos a ir despacio, verá que poco a poco se puede mejorar.
-Gracias, ¿podríamos comenzar?
-Si claro, comencemos por hacer círculo, por ahora trate de hacerlo lo mejor posible, no importa cómo quede porque vamos comenzando.
-Ok. ¿Así está bien? - Si, vamos bastante bien. Ahora, vamos a tratar de realizar otros trazos sobre el círculo para poder formar una manzana,
- Ok,
Dos horas después, Marina y Luisa acordaron seguir con las clases los sábados a las 9:00 a.m.
- Muchas gracias, la verdad me parecen muy interesantes las clases, ¿estaría de acuerdo en recibir las clases todos los sábados a las 9:00 a.m.?
- Si, los sábados podemos continuar las clases sin ningún problema, también necesito aclararle que cada persona tarda su propio tiempo, no se presione porque no es necesario correr tanto.
-Ok, muchas gracias.
Un mes más tarde, hubo algunos recortes de personal en el hospital donde trabajaba Marina y la despidieron, lo cual generó muchos sentimientos encontrados en ella, ya que por una parte se sintió aliviada de no seguir desempeñando el trabajo que tenía pero al mismo tiempo sentía miedo de que lo que su familia fuera a pensar, principalmente de ella, ya que tanto sus 2 hermanos menores como sus padres habían sido médicos exitosos a lo largo de su vida y ninguno de ellos había tenido ese “tropiezo”.
Al día siguiente Fernando y Paulina, los padres de Marina fueron a visitarla de sorpresa a su casa.
- !Mamá, Papá¡ !¿Qué hacen aquí?¡ Dice sorprendida Marina,
- Ay hija, qué recibimiento es este, solo queríamos venir a verte porque te extrañamos.
- No mamá, no me mal entiendan, es que me tomaron de sorpresa, pero me alegra que estén aquí.
-Gracias hija, a nosotros nos agrada verte también. - Ahora cuéntanos ¿Cómo te ha ido en el trabajo?
-Eeee bien, soy directora del hospital y me mantengo bastante ocupada.
-!Excelente¡ sabíamos que podrías sobresalir en medicina, qué bueno que te olvidaras de esas cosas de pintura que tenías antes.
-Ay mamá!
-¿Qué? Solo te decía mi humilde opinión.
-Bueno,¿hija, porqué no mejor nos llevas a un lindo lugar a pasear? Tu sabes, para poder convivir un poco.
-Si papá, conozco un precioso parque donde podemos caminar y así me cuentan cómo están las cosas en casa.
-Bueno idea, así nos despejamos un poco.
Después de un rato caminando en el parque Marina y sus padres llegan a una galería de arte que es muy famosa en la ciudad donde vive Marina, de pronto Fernando sugiere que entren a la galería a ver un rato, a lo que Marina acepta contenta pero Paulina solo entra por no quedarse sola afuera.
Fernando: ¿Sabes algo Marina? Siempre me he preguntado ¿porqué no tratas de aprender algo de pintura? Tù sabes, en tu tiempo libre.
Marina: Pues, no lo sé, creo que no tengo tiempo aún, tal vez cuando me jubile.
Paulina: ¡Ay Fernando! No me digas que quieres alentar esas pérdidas de tiempo, si Marina necesita dedicarse a una verdadera carrera para vivir. Ella tiene que ser igual a sus hermanos. Todos exitosos.
Marina: Cuando no mamá, no vas a cambiar nunca verdad, pero igual si me dedicara a la pintura, lo haría por mi cuenta, no te preocupes, no necesito de tu aprobación.
Paulina: Ay Marina, yo solo quiero tu bien, no es para que te ofendas por cada cosa que te digo.
Fernando: Bueno, mejor cambiemos de tema, antes de iniciar otra guerra entre ustedes. Marina, ¿cómo han estado tus amigos de siempre ? Joaquín y Alicia creo que se llaman?
Marina: Bien gracias papá, Joaquín trabaja de abogado en una firma muy importante y Alicia recientemente abrió su propio restaurante.
Paulina: ¡Excelente! Recuerdo que ambos fueron siempre buenos amigos tuyos.
Fernando: ¡Qué bien¡ creo que sería bueno ir al restaurante de Alicia un día, tu sabes, para darle suerte, además creo que sería bueno saludarla, después de todo la conocemos desde que estaban en secundaria.
Marina: Si quieren podríamos cenar allá hoy, el restaurante está a una cuadra de aquí, podríamos ir caminando incluso.
Fernando: Excelente idea, ya tengo hambre, me vendría bien una buena cena.
Después de un rato caminando, Marina y sus padres llegan al restaurante Las delicias de Alicia, el restaurante de la amiga de Marina y luego de un rato, Paulina entra al tocador y Fernando se queda en la mesa a solas con Marina.
Fernando: Muy bien hija, ¿Qué te sucede? Tu no tiendes a ser tan callada y distante.
Marina: Mmm no papá, no me sucede nada.
Fernando: Hija, te conozco, además veo que tienes una cicatriz en tu frente, que antes no tenías. Eso sin mencionar que me encontré con los padres de Alicia y me comentaron que tuviste un accidente. Hija, tú sabes que siempre estoy para ayudarte ¿Porqué no me avisaste?
Marina: Lo siento papá, no quería preocuparte, la verdad es que me atropellaron hace unos meses, pero ya estoy recuperada, y con respecto al trabajo, ay no sé cómo decirlo..
Fernando: Me alegra que estés mejor, tu solo cuéntame que sabes que te amo pase lo que pase.
Marina: Bueno.. la verdad es que.. Me despidieron ayer.
Fernando: Pero, ¿Estás bien? ¿No necesitas ayuda? Yo podría hablar con algunos contactos para colocarte en otro hospital. No te preocupes, estas cosas ocurren, si supieras todas las veces que yo he tenido que pasar por crisis así, pero ya verás que después todo se arreglará. Yo aquí estoy para cuando me necesites, sabes que para eso tienes a tu padre.
Marina: Gracias papá, de hecho, desde hace un tiempo ya no me he sentido igual, ya no disfruto mi trabajo como antes, me siento como estancada.
Fernando: Bueno hija, eso es parte de crecer, a veces hay circunstancias que nos ayudan a encausar nuestra vida por el camino que debe ir. No te preocupes, no es nada extraño lo que sientes, lo que si quiero es que te permitas hacer lo que a tu corazón haga feliz.
Marina: Gracias papá, de hecho lo del despido no es tan malo, te cuento que estoy recibiendo clases de pintura.
Fernando: ¡Excelente! !Me alegra mucho¡ Aún recuerdo cómo se te iluminaban los ojos cuando dibujabas o pintabas, cuando eras pequeña. Siempre me pareció extraño que no te dedicaras a eso. Pero no dije nada porque quería que tú te convencieras para que te dedicaras a lo que realmente querías.
Marina: ¿No te molesta? ¿No te decepcionaste de mí?
Fernando: Hija, yo nunca me decepcionaría de algo que te haga feliz. Como te digo, yo solo quiero tu felicidad, ahora a tu madre si aún no quieres comentarle nada, si quieres déjamela a mí que yo te ayudo con ella.
Marina: No papá, gracias pero creo que esperaré para comentarle, tu sabes que ella estas cosas no las tolera mucho que digamos.
Fernando: Hija, sé que tu madre es algo dura a veces pero en el fondo ella te ama mucho y quiere que tengas todo lo que necesitas para cuando nosotros ya no estemos aquí.
Marina: Si papá, lo sé, solo que a veces quisiera saber si realmente algún día voy a ser suficiente para ella, es que de verdad parece que nada de lo que hago le parece.
Fernando: Tú no te preocupes por ella, al final aunque parezca dura, ella te ama y sabrá entender lo que tú elijas. Solo ten paciencia.
Paulina: Uy! Pero cuánta gente había en el tocador¡, pensé que nunca saldría de ahí.
Fernando: Bueno, ya que los tres estamos aquí, ¿qué les parece si pedimos algo de cenar?.
Paulina: Si, buena idea porque ya tengo hambre y no quiero que se tarden demasiado con la comida.
Marina: Ee, señor, disculpe, nos podría atender por favor?
Mesero: Si, con gusto, Bienvenidos a Las delicias de Alicia, mi nombre es Mauricio y los atenderé esta noche, ¿ya decidieron qué desean ordenar?
Paulina: Si, yo quiero una ensalada César con el aderezo a un lado.
Fernando: Yo quiero un lomo asado, término medio con papas fritas.
De pronto el mesero, voltea a ver a Marina y le pregunta ¿ señorita usted qué desea ordenar?, de pronto Paulina responde- A ella tráigale una ensalada también, le hace falta bajar algunos kilos.
Marina: !Mamá¡ ya te he dicho que no me gusta que ordenes por mí, gracias señor, yo quiero una pasta con salsa Alfredo y un filete de pescado asado.
¿Y de beber? ¿Qué desean?, pregunta el mesero.
Fernando: Yo deseo una cerveza,
Paulina: A mi tráigame una limonada con soda
Marina: Yo quiero una naranjada con agua normal.
Muy bien, contesta el mesero, en seguida les traeré sus bebidas, mientras tanto gustan que les traiga un plato de entrada antes de traer la comida?
Marina: No, gracias creo que así estamos bien.
Muy bien, en seguida les traigo sus órdenes.
Fernando: Gracias caballero.
Después de un rato, comiendo y charlando, Marina y sus padres deciden regresar a casa. En eso Paulina comienza de nuevo a criticar a Marina.
Paulina: Marina, cuándo se te va a quitar esa costumbre de desafiarme!, yo soy tu madre y sé lo que es bueno para ti.
Marina: Ay ya mamá, no fue para tanto, además te he dicho que ya estoy lo suficientemente grande para decidir por mí misma lo que quiero comer y lo que no. Tu sabes que jamás me han gustado las ensaladas. Además, no soy obesa por Dios¡, No necesito torturarme a cada momento para contar las calorías que consumo.
Paulina: ¿¡Aa No!? Entonces ¿Qué son estas lonjas que veo aquí?, deberías de ser como tu hermana, ella siempre hace ejercicio y siempre la vez en forma.
Marina: Claro, como ella siempre fue tu favorita, pero yo nunca fui suficientemente buena.
Paulina: ¡Marina! ¡No me hables así que soy tu madre!
Marina: ¡Ya lo sé! ¡Siempre me lo restriegas en la cara! De verdad crees que soy tonta o qué¡ !Ya entiende¡ !Yo nunca voy a ser como mi hermana¡ Yo no necesito ser mi hermana¡ !y tampoco necesito ser doctora para ser feliz¡
Paulina: ¡¿Qué quieres decir Marina?!
Marina: Que ya no estoy trabajando en el hospital y no me interesa si te parece o no.
Paulina: ¿qué, qué? No es posible Marina, ¡Fernando dile algo a tu hija! ¡Va a destruir todo lo que hicimos por ella!
Fernando: A mi ni me metan, yo no tengo vela en ese entierro. Además es la vida de Marina, ya va siendo hora que la dejes un poquito en paz, ¿no crees?
Paulina: No lo puedo creer Marina, eres una mal agradecida, después de todo lo que me esforcé para hacer de ti alguien de éxito, y ahora que no tienes trabajo ¿qué vas a hacer? No me digas que te vas a dedicar a pintar. Te vas a morir de hambre, pero ahora yo ya no te voy a sacar de esta.
Marina: Sabes mamá, como te dije antes, no necesito que sigan decidiendo por mi lo que debo o no debo hacer. Por mi, si tu no quieres apoyarme para que sea feliz, mejor quédate con tus otros hijos ya que yo jamás hice nada bien, según tu.
Paulina: Bueno, si eso es lo que piensas, no me quedaré a soportar que me faltes al respeto, a partir de ahora ya no seguiré preocupándome por tu felicidad, ya que ni si quiera te preocupas por agradecer.
Fernando: Marina, Paulina, ya cálmense, ambas son adultas, reaccionen, no van a dejar de hablarse por algo que puede pasarle a cualquiera.
Marina: Lo siento papá, pero ya esto harta de que mi madre nunca aprecia lo que hago, y si ella no entiende pues ella decide si me saca de su vida o no.
Paulina: Bueno, ya que así están las cosas, lo mejor es que nos vayamos, Fernando, mete las cosas al auto, nos vamos enseguida de aquí.
Fernando: Será que te vas tu Paulina, yo no quiero dejar así a mi hija. Realmente tu no eres la que estás sufriendo con todo esto, para ella también es difícil.
Paulina: ¡Ay claro! ¡Ahora la mala soy yo! Pues bien, si tu no te vas, yo si me voy. Te espero en la casa. Si es que tu no decides abandonarme como la insensata de tu hija.
Fernando: Ten cuidado en el camino, Nos vemos en casa.
Paulina: y tú ingrata, no esperes saber de mi nunca más.
Marina: Adiós Paulina. Que tengas una linda vida.
A la mañana siguiente, Fernando y Marina estuvieron charlando unas horas sobre lo sucedido entre Marina y Paulina. En medio de la charla Fernando decide contarle a Marina, ciertas cosas sobre Paulina, con la esperanza de que eso ayudara a calmar las aguas.
Fernando: Buenos días hija, ¿cómo estás? ¿Ya estás más tranquila?
Marina: Si papá, anoche no pude dormir muy bien pero hoy ya estoy un poco mejor. ¿Y tú? ¿Cómo estás?
Fernando: Bien, aunque necesito hablar contigo. Necesito que sepas algunas cosas que creo que son importantes.
Marina: Bueno, te escucho papá, solo déjame que termine de preparar el desayuno y mientras comemos podemos charlar.
Fernando: Está bien, ¿necesitas ayuda con algo?
Marina: No gracias papá, tu solo siéntate tranquilo que yo termino con el desayuno.
Fernando: Ok.
Después de unos minutos, Marina termina de cocinar unos huevos revueltos con pan tostado y salsa para desayunar con su padre y después, Marina le pregunta a Fernando – Bien papá, ¿Qué era lo que querías contarme?, Siéntate un momento hija, dice Fernando, ¿Alguna vez trataste de pensar por qué es que tu madre siempre fue tan dura y exigente? Digo, no voy a justificar lo que ella ha dicho desde que tu tienes memoria, pero quisiera que trataras de pensar un poco en eso. Mmm no papá, dice Marina un poco molesta por lo que decía Fernando, Verás hija, tu madre no siempre fue así. No claro, si con mis adorables hermanos no era así. Déjame terminar hija, por favor, entiendo que estés molesta pero trata de escuchar antes de responder.
Lo siento papá. Continúa.
-Pues verás hija, cuando tu madre era joven, siempre supo que quería ser médico, pero en su familia, nunca tuvo a nadie que la apoyara, ella venía de una familia donde todos eran abogados y como ella era la mayor de 4 hermanos, pues todos esperaban que ella, más que todos sus hermanos, entrara al negocio de la familia. Pero ella nunca quiso, entonces su familia completa la rechazó a tal punto que ninguno de ellos le habla desde que se graduó de la universidad.
-¿! Estás seguro de que estás hablando de mi madre¡? Dice Marina sorprendida por lo que escuchaba.
-Si, dice Fernando, tu madre luchó mucho sola para llegar a donde ella está, y cuando nacieron tu y tus hermanos, ella trató de darles lo que ella no tuvo, la oportunidad de que ustedes estudiaran sin tener que hacer todos los sacrificios que ella misma hizo.
-Entonces, ella debería de entender lo que yo siento. ¿Si a ella le hicieron eso, porqué insiste en hacerme la vida imposible a mi? Dice Marina, aún herida por la discusión con su madre.
-Bueno, yo te lo comento porque deseo que trates de ver que no es que tu madre no te quiera, es que tiene miedo de que tu y tus hermanos pasen por las privaciones que ella pasó por lograr lo que ella quería. Tal vez en su afán de protegerlos, terminó haciendo lo mismo que le hicieron a ella, pero no fue con la intensión de hacerles daño. Dice Fernando, mientras intenta que Marina entre en razón.
Después de unas horas hablando Fernando decide empacar sus cosas y regresar a la casa donde vive con Paulina.
Dos meses después, María José, la hermana menor de Marina la llama para comentarle una mala noticia sobre Paulina.
Aló? María José? Dice Marina extrañada,
Hola Marina, si soy yo, María José, tu hermana, llamo para comentarte algo sobre mi mamá, Mjm, dice Marina molesta, de seguro que te comentó la pelea que tuvimos hace unos meses, mira si es para reprocharme que me llamas mejor ahórratelo.
-Pues, lamento decepcionarte pero no es por eso que te llamo. Es sobre mi madre, está muy enferma.
-¿Mi madre? Dice Marina sorprendida, ¿Pero, qué le sucede? Cuando vino hace unos meses con papá, estaba muy bien.
- Desde hace dos semanas que ha estado teniendo muchos desmayos, llegamos al punto de tener que llevarla de emergencia al hospital, le hicieron unos exámenes y el doctor que la atendió, dice que tiene un tumor en el cerebro. La van a operar.
-!Un tumor¡ ¡Cómo pasó! Si ella siempre fue muy sana. Dice Marina asustada.
-Si, un tumor, el doctor dice que puede ser maligno, pero aún falta que le puedan hacer unos análisis para estar seguros de si es maligno o no. Mira, el punto es que necesitamos que vengas unos días ayudarnos a cuidarla, yo lo haría pero tu sabes que trabajar en un hospital te absorbe mucho tiempo. - Mira María José, por mi yo iba a cuidarla, pero el caso es que no sé si ella quiera recibirme, tu sabes, por la pelea que tuvimos.
- Me imagino que tuvo que ser algo muy fuerte, pero sigue siendo nuestra madre y ahora te necesita.
-Aunque si no puedes, pues, tendremos que ver qué hacemos nosotros. - No te preocupes María José, yo voy a cuidar de ella. Ahora arreglo mis cosas y llego a la casa de mis padres, ¿En qué hospital está internada?
-En el hospital Saint Davis, es el mejor hospital de esta ciudad.
-OK, ahora empaco mis cosas, y nos vemos allá
Gracias Marina, y no te preocupes, no creo que mi madre no quiera recibirte. Después de todo, estos días antes de enfermar estuvo hablando mucho de ti.
Después de hablar con María José, Marina prepara una maleta con toda la ropa y demás cosas que pudo y llamó a un taxi que la llevó directamente al hospital donde estaba su madre y se encuentra con Fernando, su padre que estaba cuidando a su madre en lo que ella llegaba.
-Hola papá, dice Marina angustiada, ¿Qué pasó? ¿Cómo está mi mamá?
-Mal hija, dice Fernando, los doctores la mantienen sedada porque además de los desmayos ha estado teniendo muchos dolores de cabeza, demasiado intensos. ¿Y tú, ya te instalaste en la casa?,
No, decidí pedirle al taxi que mejor me trajera directamente para acá, para poder ver a mi madre. Tú tranquilo ¿ya comiste? ¿Lograste descansar un poco?
No, dice Francisco, la verdad es que no logré pegar un ojo anoche, tu sabes, por cuidar a tu madre.
-bueno papá, no te preocupes, ahora que yo estoy aquí, mejor ve a descansar a la casa y come algo, mejor cuídate porque no sería nada bueno que tú también te enfermes.
Si hija, dice Fernando mientras bosteza, creo que mejor iré a cambiarme a la casa, aprovechando que estás aquí. ¿No prefieres que me lleve tus cosas? Para acomodarlas en la habitación de huéspedes,
No te preocupes papá, yo las llevo después, por ahora necesito que vayas a comer y descansar, yo me encargo de mi mamá y después pido que lleven mis cosas a la casa.
Después de unas horas, Paulina logra despertar y se encuentra con que Marina está con ella en la habitación del hospital.
Marina? ¿Qué haces aquí?¿ Dónde estoy? Dice Paulina con dificultad.
Hola mamá, tranquila, estás en el hospital, te desmayaste y te trajeron de emergencia. Contesta Marina.
-Hija perdóname por lo que te dije, no debí ser tan dura contigo.
-Tranquila mamá, ahora no es momento de hablar de eso, mejor descansa, trata de recuperarte.
-Hija, no sabes cuánto te he extrañado. De verdad perdóname.
-tranquila mamá, dice Marina mientras sostiene la mano de Paulina, tu descansa. Necesitas todas tus energías para recuperarte. Por mi no te preocupes que vine a cuidarte.
-Me duele mucho la cabeza, dice Paulina mientras intenta tocarse la cabeza con la mano.
-Es que los doctores encontraron un tumor en tu cerebro, eso puede estarte provocando los dolores, ¿quieres que llame a una enfermera para que te dé algo para el dolor?
-No hija, gracias, mejor ayúdame a cambiar de posición, creo que eso me ayudará un poco. Dice Paulina con voz débil y fatigada.
Muy bien mamá, déjame ayudarte a levantarte un poco. Despacio, trata de no esforzarte mucho.
Listo, ¿así estás mejor?.
Si, un poco, gracias hija.
Bueno, ahora trata de descansar un poco, ¿ quieres que te dé agua?
No gracias, por ahora mejor voy a dormir un poco. Gracias. Dice Paulina mientras Marina trata de terminar de acomodar la almohada.
De nada mamá, tu tranquila, yo estoy contigo para lo que necesites, dice Marina.
Después de unos minutos, Paulina logra dormirse de nuevo, de pronto Marina decide descansar un poco también, ya que estaba cansada por el viaje.
Unas horas después, llegó Alberto, el otro hermano de Marina y cuando la vio en la habitación, explotó de ira y comenzó a gritarle a Marina.
!¿Qué haces aquí¡? Tu no deberías de haber venido¡ después de la forma tan desgraciada como trataste a mi madre!
Tranquilo Alberto! Vine porque María José me llamó y me dijo que necesitaban a alguien que cuidara a mi madre. Ahora por favor !ya deja de gritar¡ ! Vas a despertar a mamá ¡
!Tu no me vas a decir lo que tengo que hacer¡ !cómo te atreves a venir¡ ! Ya lárgate! ¡Mi madre no te necesita! Grita Alberto, mientras golpea intensamente la pared de la habitación.
De pronto, al escuchar el escándalo en la habitación de Paulina, llega una enfermera e intenta calmar a Alberto. Después de unos minutos, Marina decide irse mejor, para evitar más problemas en el hospital, entonces Alberto se quedó cuidando de Paulina.
A la mañana siguiente, Fernando llegó a tratar de calmar a Alberto para que pudiera estar en paz con Marina, ya que ella era la única que iba a poder cuidar de Paulina mientras los demás trabajaban.
Esa misma tarde, Alberto y Marina se sientan a charlar en la casa, con Francisco, que trata de mediar entre ambos para que las cosas no se salgan más de control.
Después de unas horas hablando, Alberto y Marina logran organizarse para no tener que hablar mucho entre ellos y así los dos podían ayudar a cuidar a Paulina hasta que ella se lograra recuperar.
Con forme los días pasaron, los 3 hermanos lograron convivir sin tanto conflicto, y Alberto logró comprender que la pelea entre Paulina y Marina fue un mal entendido nada más, lo cual contribuyó a que ambos pudieran estar más tranquilos.
Después de un mes en el hospital, los doctores lograron determinar que el tumor de Paulina no era maligno y la lograron operar para poder extraerlo sin provocarle mucho daño. Aunque después de salir del hospital Paulina aún necesitó cuidados de sus hijos y esposo.
Cuando Paulina se recuperó, Marina regresó a su casa, en donde descubrió que en una universidad local estaban dando becas para estudiar dibujo y pintura, y después de pensarlo un poco, se atrevió a aplicar y consiguió la beca.
5 años después, Marina logró graduarse de su licenciatura en pintura y logró abrir su propia galería, en donde comenzó a exponer sus propias creaciones, además de las obras de otros artistas tanto locales como extranjeros.
Con los años, Paulina y Marina lograron mejorar su relación ya que Paulina llegó a entender que cualquier carrera a la que se le dedique trabajo duro y pasión puede ser muy exitosa, también Marina, logró aprender a incluir a su madre en su vida, sabiendo que no tenía que complacerla en todo para poderse llevar bien con ella.
Vivian Lucía Rivera Marroquín